Vigilar nuestro bienestar mental es un relevante asunto de salud que a menudo es considerado un tabú, en especial en el trabajo. La estadounidense Madalyn Parker es desarrolladora web en una empresa de software. A finales de junio, decidió dejar una respuesta automática en su correo electrónico, explicando sin eufemismos que se encontraba ausente un par de días para centrarse en su salud mental. "Espero volver descansada y al cien por cien", decía. Uno de los directivos de la empresa contestó al mensaje felicitando a la trabajadora "por ser un ejemplo para combatir el estigma".
When the CEO responds to your out of the office email about taking sick leave for mental health and reaffirms your decision. 💯 pic.twitter.com/6BvJVCJJFq
— madalyn (@madalynrose) 30 de junio de 2017
Parker compartió ambos mensajes en su perfil de Twitter, donde ha generado 33.000 me gusta y 10.000 compartidos en sus diez primeros días de publicación.
"Hola equipo. Me tomo libre hoy y mañana para centrarme en mi salud mental. Espero regresar la semana que viene descansada y al cien por cien", decía el mensaje automático.
Su jefe Ben Congleton celebraba su gesto: "Hey Madalyn. Solo quería agradecerte personalmente que envíes correos así. Cada vez que lo haces, lo uso como recuerdo de la importancia de usar días de enfermedad para la salud mental. No puedo creer que no sea ya habitual en todo tipo de organizaciones. Eres un ejemplo para todos nosotros a la hora de enfrentar el estigma y así demos lo mejor de nosotros en el trabajo".
En el hilo de respuestas a su mensaje en Twitter, Parker explica que decidió dar tantas explicaciones sobre su ausencia para ser un ejemplo y que su equipo supiera que "pueden sentirse cómodos tomándose días por salud mental, incluso si no lo dicen".
En 2015, explicó en Medium que ha sufrido de ansiedad desde la infancia. Su condición empeoró durante sus años universitarios, cuando vivió una relación abusiva. Con riesgo de depresión, comenzó a tomar medicación y a ver a un médico.
"A pesar de los problemas, logré el trabajo de mis sueños nada más graduarme. Todo iba bien hasta que la medicación dejó de funcionar", cuenta en el texto.
En 2014, su depresión y ansiedad comenzó a afectar a su trabajo: "A pesar de todas las cosas buenas, me siento inútil y desganada. No quiero que mis jefes y compañeros piensen que no me gusta mi trabajo, porque es al contrario. ¿Debería explicarles lo que me pasa?", se preguntaba en un post anterior. El consejo general era que no dijera nada o se arriesgaría a un despido.
Decidió comentar su situación a uno de los fundadores de la empresa. "En vez de preocuparse por mi rendimiento, se centró en mi bienestar", asegura. Esa conversación llevó a otra más amplia con su equipo de trabajo en la que se trataron todo tipo de problemas que sufrían miembros de la compañía, como la bipolaridad o el estrés laboral. Ahí es donde comenzaron a plantearse el incluir la salud mental en su plan de bajas y libranzas.
Parker celebra la seguridad que siente en su entorno laboral. Disfruta de flexibilidad de horarios ("si un día siento que mi ansiedad está en alza, puedo quedarme a trabajar desde mi cama"), valores positivos -"empatía, relax, libertad para decir lo que se piensa"-, y se siente tratada con humanidad.
La semana pasada, el directivo de su empresa que respondió a su mensaje también ahondó en el tema en un artículo de Medium: "En el 2017, vivimos en la economía del conocimiento y nuestros trabajos nos exigen un rendimiento mental de primer nivel. Cuando un atleta se lesiona, se sienta en el banquillo a recuperarse. Deshagámonos de la idea de que, de algún modo, nuestro cerebro funciona de una forma diferente".
Esta misma idea es la que defiende el testimonio en primera persona para Verne de una española, Pilar. Ella relata que sufre ataques de ansiedad crónicos porque en su momento no se los trató a tiempo.
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