El centro comercial Global Harbour de Shanghái ha decidido dar una alternativa a aquellos que les aburre ir de compras. Junto a las numerosas tiendas y restaurantes, los gestores del complejo han decidido instalar cabinas individuales en las que se puede jugar a videojuegos. Hasta aquí, la historia no es tan sorprendente en un país como China, donde en otras grandes superficies comerciales han proliferado espacios similares para cantar karaoke o hacerse fotografías. La novedad radica en que estos cubículos se anuncian explícitamente como una "zona de descanso para maridos".
"Nos dimos cuenta de que cuando las clientas van de compras, el hombre que las acompaña generalmente está muy aburrido. Así que decidimos proporcionarles un buen lugar para descansar y entretenerse", explica a Verne Xue Zhikan, director de relaciones públicas del centro comercial. Cada una de estas cabinas cuenta con una pantalla grande, una cómoda silla y un mando de consola. Los juegos son clásicos de finales del siglo pasado con el objetivo de atraer a los nostálgicos y al público objetivo.
Por el momento se han instalado dos cabinas que, según Xue, han tenido una buena acogida. Ambas se pueden usar gratuitamente porque están aún en periodo de prueba, pero en los próximos meses los usuarios que quieran "descansar" en ellas deberán escanear primero un código QR y efectuar un pequeño pago por móvil. Los fabricantes de estas particulares cápsulas están ofreciéndolas también a otras grandes superficies comerciales de Shanghái.
Los que han probado la experiencia están más o menos satisfechos. Según aseguraron varios de ellos al periódico local The Paper, el servicio cumple su propósito: "Al acompañar a mi novia de compras tengo que ir de arriba a abajo por todas las tiendas y caminar mucho, con lo que termino agotado. Si lo comparamos con tener que cargar con todas sus bolsas y estar de pie, jugar en esta sala de descanso es sin duda una mejor opción", dijo un residente de apellido Yang.
Otros sugirieron algunas mejoras, como hacer la cápsula algo más grande e instalar aire acondicionado o algún sistema adicional de ventilación. "Me enfadé bastante al no poder pasar de nivel, así que la experiencia fue aún peor teniendo en cuenta el calor que hacía dentro", contó otro usuario, de apellido Wu.
Críticas en redes
Estas particulares cabinas para maridos fueron también objeto de discusión en las redes sociales chinas, que se llenaron de comentarios, algunos en contra de una idea anticuada u sexista, pero otros a favor: "Es una estrategia inteligente: los maridos tienen un motivo más para ir al centro comercial, pagan la cuenta y las esposas tienen más deseos de comprar", decía uno. "Si sacamos a los maridos a la calle y terminan jugando a videojuegos, qué sentido tiene que salgan?", se preguntaba otra.
Muchas de las publicaciones más aplaudidas, sin embargo, fueron para los que se mostraban críticos no tanto con la iniciativa sino con los hombres que la usan: "Esta clase de maridos que no quieren acompañar a sus esposas, simplemente no deberían ser sus maridos", espetaba uno.
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