Sarahah: la aplicación de la honestidad que se apaga rápidamente (y puede ser peligrosa)

El anonimato en una red social es un motivador que se extingue pronto, además de ser un motor de extorsión y agresiones

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El anonimato en redes sociales es normalmente un caldo de cultivo para comentarios de odio, agresiones y otros comportamientos no deseables en internet, tal y como lo sugieren varios estudios. Cuando se invita a un usuario a que se desprenda de su identidad y opine de otra persona, puede que no se cumpla con ningún objetivo.

La aplicación Sarahah (palabra que significa honestidad en árabe), creada a finales de 2016, invita a los usuarios a recibir comentarios de sus conocidos o amigos de forma anónima. “Sarahah te ayuda a descubrir tus puntos fuertes y áreas de mejora al recibir comentarios honestos de tus empleados y amigos de manera privada”, dice la descripción de la aplicación. En julio y agosto, su popularidad creció en las tiendas de aplicaciones móviles en México, alcanzando por varios días el número uno de descargas.

Apelar al anonimato de las personas tiene varias vertientes. Una de las más importantes es que al usarla, las personas deben saber que recibirán algún tipo de agresión, dice a Verne la especialista en medios digitales de la Universidad La Salle, Claudia Benassini. “Existe la posibilidad de las agresiones gratuitas; es un riesgo latente y que puede afectar la autoestima de las personas si no están listas para ello”, dice vía telefónica.

Buscar opiniones hasta encontrarlas

Un correo electrónico y un nombre de usuario bastan para darse de alta en esta red. Si se desea, se puede colocar una foto, y posteriormente se crea una página personal donde un cuadro de texto invita a dejar un mensaje constructivo. Sarahah ofrece la posibilidad de controlar las audiencias que podrán dejar comentarios y sólo permitir que los usuarios registrados lo hagan, aunque nunca se muestre el remitente.

La configuración también permite que el usuario pueda o no mostrar su perfil en el motor de búsqueda. Si uno habilita esta función, cualquier persona podría dejarle comentarios, sea o no una persona conocida o cercana, y con tan solo ingresar un nombre o criterio de búsqueda, aparecer en los resultados.

Para empezar a recibir mensajes es indispensable que se comparta la dirección de la página personal, lo que puede hacerse por medio de otras redes sociales como Facebook o Twitter, mediante aplicaciones de mensajes como WhatsApp o por otros medios de difusión como el correo electrónico.

La efímera valentía del anonimato

Dejar mensajes a otros bajo la garantía del anonimato puede envalentonar a muchos. “No da la misma seguridad, no es lo mismo si hablas con la persona directamente que si simplemente dejas un mensaje”, refiere Benassini. Al abrir mi cuenta, coloqué la liga de mi página en Twiiter. Tras recibir apenas cinco mensajes positivos, me llegó uno más bien agresivo. Después descubrí que a uno de mis conocidos le había llegado exactamente el mismo mensaje.

Zain al-Abidin Tawfiq, fundador y creador de Sarahah, explicó en una entrevista para el Financial Times que el objetivo de su desarrollo era, en un inicio, mejorar la comunicación entre jefes y empleados. La aplicación se hizo pública más adelante, para todo tipo de personas. “Hacemos lo mejor para monitorear lo que está pasando y adaptarnos. Realmente quiero que Sarahah mejore la comunicación”, dijo el empresario a finales de julio.

Pero incluso en un ambiente laboral controlado, dejar mensajes de forma anónima sirve de muy poco, de acuerdo a la experta. “Para poder proceder adecuadamente o justamente, debes de tener información directa de la fuente porque el riesgo es grande: descalificación, intriga y sospechas infundadas”, explica Benassini.

En un periodo de cinco días, recibí 75 mensajes: cuatro de ellos muy ofensivos y hasta personales, y dos que revelaban la identidad del remitente por su propia decisión. Aunque la gran mayoría eran mensajes alentadores, no me resultaron personalmente constructivos. “Esta idea de ver las cosas desde una perspectiva positiva y expresarse de forma anónima, no necesariamente funciona”, dice Benassini.

El peligro de revelar lo oculto

Cuando existe la posibilidad de revelar la identidad de quien se ha hecho pasar por anónimo, las cosas se pueden poner muy mal. La compañía de ciberseguridad Kaspersky Lab alertó a sus clientes en México que la aplicación saudí está siendo utilizada por cibercriminales para enviar enlaces a sitios maliciosos, a pesar de que la plataforma no permite compartir vínculos.

“El mensaje, originalmente escrito en inglés, ha sido recibido por algunos usuarios y lleva a un sitio en el que te ofrecen dar el nombre de las personas que han escrito los mensajes anónimos por una módica cantidad de dinero, lo cual es totalmente falso ya que las políticas de la aplicación no dejan conocer esa información”, dice el informe al que Verne tuvo acceso.

Los mensajes que se reciben también pueden ser compartidos en forma de imagen en Facebook, Twitter y WhatsApp y así el usuario puede contestar a estos mensajes, aunque por otra vía.

En cuatro días, esta aplicación pasó del primero al noveno lugar de descargas. Otra aplicación de confesiones anónimas, Secret, fue clausurada en abril de 2015 por sus creadores aún después de haber recibido una cifra millonaria de inversión, pues “no representa la visión que tuvo en un inicio”, según escribió su fundador en un blog de Medium.

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