El día de Navidad, Libby Burkhalter tenía 29 seguidores en Instagram. Una semana después, cuenta con más de 17.500. El responsable de que su popularidad se haya disparado en redes es su hijo Taylor, de 24 años, que compartió un momento de intimidad familiar desde su cuenta de Twitter.
I’ve learned more about love from watching my dad reluctantly rearrange the living room so my mom can make snow angel boomerangs for her 29 Instagram followers than anything else in life pic.twitter.com/nMHdWtY0dE
— Taylor Burkhalter (@TLBurkhalter) 24 de diciembre de 2017
"He aprendido hoy más sobre amor que en toda mi vida junta viendo a mi padre recolocando a regañadientes los muebles del salón para que mi madre pudiera hacer un ángel de nieve ante sus 29 seguidores de Instagram", dice el estadounidense. El tuit supera los 940.000 "me gusta" y los 295.000 retuits en sus primeros 8 días de publicación.
Un ángel de nieve es esta figura que se hace tumbándose en el suelo nevado y moviendo brazos y piernas a la vez para que parezca un ángel volando. Aquí un ejemplo en forma de vídeo:
A falta de nieve, la madre hace el movimiento sobre una alfombra blanca. La cara del padre es bastante elocuente.
La repercusión del mensaje en Twitter ha sido tal que el número de seguidores de la cuenta de Libby Burkhalter en Instagram se ha disparado. En este gráfico extraído de la herramienta Socialblade se puede ver el ascenso de seguidores en su cuenta desde el día 25 de diciembre. Aunque registra desde el día 25 de diciembre, cuando el tuit ya era viral, se puede comprobar el salto de 8.000 a más del doble de seguidores en apenas 48 horas.
Aquí está el resultado de este guiño navideño pensado, en principio, para una treintena de personas. Hasta el momento se han alcanzado las 336.000 reproducciones en Instagram.
No es la primera vez que Taylor emplea las redes sociales para burlarse con cariño de la torpeza tecnológica de sus padres. En su cuenta de Twitter (la famosa es su madre, él solo tiene 5.000 seguidores), aparece como tuit fijado un momento en el que narra el viaje de 40 minutos que hizo con su padre para ver quién fotografiaba la mejor puesta de sol con su teléfono. "En la de él solo salió el color de su dedo", dice en el mensaje. El padre agarraba el móvil de tal forma que uno de sus dedos tapaba el objetivo.
My dad & I drove 40 minutes to see who could get the best sunrise pic. All of his came out the color of his finger pic.twitter.com/99zhqB4NZ3
— Taylor Burkhalter (@TLBurkhalter) 5 de septiembre de 2016
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