Mábel Lara es una periodista afrocolombiana que en febrero, tras 16 años en televisión, decidió presentar el noticiero del fin de semana del canal Noticias Uno con su pelo natural. Dejó de alisarse la melena y apareció con sus rizos. “Ese día me quité un piano de encima. Me sentí libre”, explica a Verne.
Desde aquel momento creó una pequeña revolución en Colombia. Lara empezó a recibir cientos de mensajes en sus redes sociales y los medios se interesaron en comprender cómo había conseguido una mujer negra saltar por los aires tantos estereotipos en un solo gesto.
“El impacto al principio me dio miedo”, asegura. “El público me ha visto de una sola forma en pantalla”. Antes de tomar la decisión, recordó los intentos que había hecho en el pasado por enseñar sus crespos (como se llama en Colombia a los rizos). “Me bombardearon en redes con mensajes que decían que me veía despeinada y desagradable. En el Mundial de Fútbol me llegaron a llamar burda y sucia por mi pelo”. Y para ella la relación era directa: “Si nuestro pelo es sucio, nosotras somos sucias”.
Los descalificativos que recibe Mábel Lara son de usuarios blancos, pero también negros. Las mujeres afrodescendientes de Colombia luchan desde niñas por “pertenecer”, en palabras de la periodista. “Mi mamá me regalaba de pequeña muñecas negras para sentir pertenencia y yo me sentía fea porque no veía mis caderas en pantalla”.
En un país con un 20% de población negra, una gran parte condenada a la pobreza en las zonas más olvidadas del país como el Pacífico (la región donde nació Lara), la mejor manera que muchas mujeres encontraron de evitar la discriminación fue con el pelo liso, con extensiones y tintes. Es decir, con el aspecto de una mujer blanca. “Todas las niñas negras hicimos la comunión y celebramos los 15 con melenas lisas”, recuerda. Esta es una imagen de Lara en noviembre de 2017.
Desde hace pocos años, las nuevas generaciones intentan rebelarse contra el canon de belleza impuesto. Las jóvenes negras reivindican los rizos, los turbantes y las trenzas como un símbolo de su cultura. Las primeras africanas que llegaron hacinadas en barcos al puerto de Cartagena de Indias para ser vendidas como esclavas dibujaban mapas con trenzas para ayudar a sus compañeros a escapar: ríos, montañas y caminos en el pelo que indicaban el palenque más próximo.
“Las mujeres negras hemos venido dando pequeñas batallas para visibilizarnos"
“Tenemos unos rasgos que hacen parte de nuestra etnia. Y el pelo es fuerza y poder. Nosotras durante siglos hemos luchado por el pelo. Es un tema de resistencia”, explica Mábel Lara. “Nos hemos cansado de parecernos a las otras cuando hay tantas formas y muy distintas de belleza”.
La periodista ha pasado un período de transición en el que, asegura, ha tenido que aprender a reconocerse con su propio pelo. No solo ha aceptado al “inmanejable”, como le llama, ha comprendido que el proceso es más duro de lo que parece porque después de años de tintes y tratamientos, su cabello estaba muy dañado.
“Recuerdo que cuando publiqué mis crespos en Instagram me escribió una chica. Ella era azafata en Chile. Le dijo a sus jefes que quería salir con su pelo crespo. Lo primero que hizo fue raparse para sanear el pelo y que le volviera a crecer natural. Cortar es liberador. Empezó a trabajar con su cabello y tuvo que renunciar de la compañía Lan Chile porque le dijeron: este es el canon de belleza, o perteneces o te vas. Pues ella se fue feliz con su pelo”.
Ya han pasado unos meses desde que Mábel Lara aparece cada fin de semana en televisión nacional con su cabello natural. Su hermana apoya su decisión, pero por el momento dice que no quiere arriesgarse y prefiere seguir con los alisados. Su madre, la que invirtió mucho dinero en productos capilares cuando eran niñas porque “para una mujer negra el pelo es la mitad de su presentación”, le ha dicho que, por lo menos, ahora sus crespos pueden respirar un rato. Algunas de sus amigas se siguen planteando si esto es una moda o ha comenzado un verdadero cambio para las mujeres afrocolombianas.
Mábel Lara es consciente de que ha tomado esta decisión en un momento en el que gracias a su trayectoria se ha hecho un nombre. “Creo que al principio de mi carrera no hubiera sido tan fácil. Ahora tengo más libertades y puedo mostrar libremente la negritud”. La fortaleza también la ha encontrado en el movimiento #MeToo y la nueva ola de feminismo.
“Las mujeres negras hemos venido dando pequeñas batallas para visibilizarnos en Colombia, para mostrar que somos una población grande en este país y que merecemos ser tratados como ciudadanos de primer nivel. Cada una desde su espacio ha batallado. Lo estamos logrando”, dice Mábel Lara.
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