Cuando llega la hora de la cena y nos relajamos después de todo el día trabajando, solemos darnos una vuelta por las redes sociales. En Instagram… ¡sorpresa! Los platos de comida que suben tus amigos parecen de estrella Michelin.
Vamos a seguir una receta muy sencilla de tartar de anchoa con aguacate y queso fresco que propone el Cocinero del cariño. ¿Conseguiremos hacerlo casi tan bien como él? Su plato puede verse en el vídeo que aparece aquí arriba y el nuestro los encontraréis a continuación. ¡Hagan sus apuestas!
Capítulo 1: “a ver qué tengo en la nevera”
Y, efectivamente, no tenemos lo necesario para hacer la receta, así que hay que ir a la compra a por un aguacate, tarrinas de queso fresco y una lima… Encontrar una única lima es imposible, así que compramos un pack de seis y ya las aprovecharemos para hacer, por ejemplo, caipirinhas. Como las anchoas no nos convencen del todo, hemos decidido adaptar la receta a la de steaktartar. ¡Somos más de solomillo, qué le vamos a hacer!
Capítulo 2: cortar los ingredientes
Cogemos el aguacate, lo cortamos en trocitos y le ponemos un poco de lima, aceite y sal para que no se oxide (como nos pasaba de pequeños con las peras por tardar una hora en comérnoslas).
Seguimos con el solomillo de ternera. Le hemos pedido al carnicero del barrio que nos lo trocee para un tartar, pero si no los hacemos más pequeños vamos acabar llamando al 112 por atragantamiento.
¿Te duele ya la mano de cortar? Tranquilo, ahora vamos con el queso fresco, es tan blandito que apenas va a costar, de hecho debemos tener cuidado para no deshacerlo, tiene que quedar en forma de dados.
Ahora que ya tenemos todo cortado, podemos dejar el cuchillo: toca hacer una salsa que le dará un punto muy sabroso y, a la vez, aportará algo de estilo al plato… Cogemos mayonesa (casera o comprada) y añadimos un poco de miel de la Alcarria de Guadalajara, de las más ricas de España. Cuando hayas conseguido despegar la miel de la cuchara y que se mezcle con la mayonesa (si lo haces sin meter el dedo, no dudes en contarnos cómo), muévelo bien para que se unan.
Capítulo 3: El emplatado al estilo Instagram
Vamos a coger un poco de todo lo que hemos troceado y a colocarlo en tres montoncitos, sin mezclarlo. Después, mancharemos con la salsa que hemos hecho el mango de un cubierto y haremos tres trazos que le darán al plato un toque sofisticado que ríete tú del minimalismo culinario por el que se cobra cientos de euros. Después, puedes ponerle por encima alguna hierba o algún detalle para que parezca recién sacado de un restaurante moderno. Nosotros hemos utilizado semillas de chía que compramos hace un año y aún no hemos conseguido terminar.
A la izquierda, como tenía que haber quedado; y a la derecha… ¡nuestra adaptación!
Pero si creéis que con esos tres montoncitos nos íbamos a quedar saciados, os enseñamos lo que pasó después de hacer la foto foodie. Añadimos más cantidad de todo, lo revolvimos y entonces, ya sí, cenamos, nos relamimos y nos pusimos a pensar cuál será nuestro próximo experimento gastronómico.
Bonus track
¿Has disfrutado cocinando?
¿Estaba rico?
¿Cuántos likes ha conseguido tu fotografía?
Ahora toca poner el lavavajillas, salvo si eres de los que llamaste “daño menor” a no encontrar una casa de alquiler que te gustase y que contase con ese electrodoméstico… Si es así, ¡a arremangarse!
Tartar de anchoa, queso fresco y aguacate
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