Si pudiéramos hacer turismo por series, libros y películas, seguro que acabaríamos visitando bares y restaurantes como el Central Perk, de Friends, o la cantina de Mos Eisley, de Star Wars. Y si quisiéramos preparar una ruta por nuestros favoritos, podríamos recurrir a la Enciclopedia de bares y restaurantes de ficción, un libro de Óscar Alarcia con entradas para 250 locales ficticios en las que acaba hablando de un total de 1.500.
La idea llevaba rondándole desde hace unos diez años, cuando publicó su primer fanzine: “Me inventé en la última página una lista de títulos en preparación, como si fuera de una editorial real. Allí ya estaba este libro”, comenta a Verne. Además, Alarcia conoce el sector por partida doble: no solo ha trabajado en hostelería sino que además ha publicado otros libros sobre cultura pop, como Homer-visión: las 1.001 películas que Homer Simpson vería antes de morir y Búscate la vida: guía no oficial (además, por cierto, de La secta de la tierra plana).
Estos son algunos de los locales que podemos recorrer en esta enciclopedia que para Alarcia es “una manera transversal de acercarse a la ficción”.
1. El Central Perk y otros clásicos
“El tema es inabarcable”, confiesa el autor. Rara es la película o la novela en la que no aparezca una barra de bar o la mesa de un restaurante, aunque solo sea para cambiar de escenario. “Hay que hacer una criba y esta se basa en mis gustos personales”. El libro es una forma de “recomendar cosas que me gustan”.
Pero “también quería que nadie se quedara con ganas de que apareciera su bar favorito”. Por eso también están los clásicos de los que nos acordamos todos: “El bar de Friends es muy importante. Tenía que estar, aunque no le tenga un cariño especial a la serie”. Alarcia le dedica cuatro páginas al Central Perk, analizando su historia, su estética y su papel en la serie.
Elaborar el libro también “ha sido una excusa para ver series antiguas” por primera vez, como Cheers, que en su opinión ha aguantado bien el paso del tiempo. Este bar muestra que en los bares de ficción también hay modas: “Bares parecidos a los de Cheers y Friends se han utilizado en un montón de comedias americanas para el mismo público”. Y añade: “La ficción se va adaptando a los tiempos. En los últimos años hay muchos bares hipsters en la ficción, a menudo burlándose de la gentrificación”. Ya se veían estas cafeterías modernas hace más de 15 años en el café Nervosa, de Frasier, por supuesto, con entrada propia en el libto.
Además, la ficción y la realidad se retroalimentan: Cheers está basado en un bar real, el Bull & Finch Pub de Boston. Pero muchos bares reales también han nacido con la imagen de Cheers en la mente del dueño.
2. El bar Reinols y otros locales españoles
Hay mucho bar estadounidense en el libro, dada la elevada presencia de contenido americano en la cultura popular, pero también hay muchas páginas dedicadas a bares de ficción españoles. Por ejemplo, el bar Reinols (Aída), La oficina (Los labrones van a la oficina) y el Ámparo (de la película El bar, de Álex de la Iglesia). “Es una tipología que se repite mucho, con su camarero rancio, su barra…”.
También se nota la influencia estadounidense en algunas series y películas españolas, como en el Casi-Ke-No, de Siete vidas, con su sofá central que recordaba al del Central Perk de Friends.
3. El bar sin nombre y otros locales de cómics
No solo hay bares de pelis y series, también se cuenta la historia de locales de videojuegos (como el Scumm Bar, de Monkey Island), de libros (Tabard Inn, de Los cuentos de Canterbury), de canciones (O’Malleys Bar, de Nick Cave and The Seeds) e incluso de cuadros, como el de Nighthawks, de Edward Hopper, que, como explica Alarcia, ha sido homenajeado en muchas series y películas, como, por ejemplo, en Glengarry Glen Ross.
El libro abarca “todo lo que sea cultura pop” y también incluye un buen puñado de bares procedentes del mundo del cómic. Alarcia recuerda que en ocasiones puede ser “más fácil dibujar un bar para un cómic o para una serie de dibujos animados” que para una serie, “donde hay un número limitado de escenarios según el presupuesto”. Los locales de cómics y animación pueden ser además “más fantasiosos y divertidos”.
Los locales que aparecen en los cómics tienen una presencia muy importante. Hay muchos de superhéroes, como el Bar sin nombre de multitud de cómics de Marvel, el Princesa de Lobezno y el Coffee Bean de Spiderman. También le dedica páginas a los bares de Mortadelo y Filemón, como el Bar La Luna, de Los invasores, y al Papastratos de Superlópez, nombre que Jan usaba para varios establecimientos.
En cuanto a los dibujos animados, no solo salen los de series infantiles como El crustáceo crujiente, de Bob Esponja, sino que también dedica páginas al bar de Moe, de Los Simpson, en cuyas páginas se habla (como es habitual en el libro) de otros bares de la serie, como el Krusty Burger. También tienen entrada propia los WcDonald’s que aparecen en muchos anime, como Cowboy Bebop, Ranma ½ y Sailor Moon, por ejemplo.
4. Locales de otros planetas
Cuando se le pregunta por sus favoritos, Alarcia comenta que “puestos a elegir, iría a algunos de otros planetas o viajaría al futuro o al pasado”. Normal, el libro incluye información sobre bares y restaurantes muy exóticos, y no solo de bares con sofá, que están en todas partes. Alarcia cita el Nogard Dna Egroeg, de la serie de ciencia ficción y humor El enano rojo, donde todo pasa al revés: pagas, te dan una jarra vacía que rellenas con cerveza que sale de tu boca...
En cuanto a los viajes al pasado, el libro dedica unas cuantas páginas, por ejemplo, a los salones de los western, como el Silver Dollar Saloon, de Bonanza, o el Palace Saloon, que aparece en Regreso al futuro III y que es el antepasado de 1885 del Lou’s Cafe de 1955, de Regreso al futuro, y del Cafe 80’s de 2015, de Regreso al futuro II.
5. Algunas rarezas para 'connoisseurs'
El libro incluye algunos rincones no tan turísticos como algunos de los que hemos mencionado: “Del mundo del cómic he aprovechado para hablar de varios que me interesaban y que eran curiosos o de series más o menos olvidadas, como una protagonizada solo por chimpancés. El libro tiene una parte para gente interesada por la cultura pop y para gente más especializada”. Esa serie de los chimpancés es Lancelot Link: Secret Chimp, que apenas tuvo 17 episodios de 20 minutos en 1970, que se emitían los sábados por la mañana en ABC. Su bar, con grupo de música incluido, era el Coconut Grove.
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