Susana y los viejos viven en 2018

El cuadro de Artemisa Gentileschi muestra la historia de un acoso

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Ilustración: Anabel Bueno basada en el cuadro 'Susana y los viejos'.
Ilustración: Anabel Bueno basada en el cuadro 'Susana y los viejos'.

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Susana y los viejos es un óleo sobre lienzo de la pintora italiana Artemisa Gentileschi. Fue pintado en 1610 y cuenta la historia de un acoso: la de dos viejos jueces que se ponen de acuerdo para sorprender y abusar de la bella Susana mientras se baña. La escena, parte del Libro de Daniel, se ha representado cientos de veces en la Historia del Arte. Pero la peculiaridad del cuadro de Artemisa Gentileschi es que muestra a Susana aterrorizada, cuando hasta el momento se la había representado con una actitud tímida y coqueta.

El padre de Artemisa Gentileschi había contratado a Agostino Tassi para que fuera su maestro. Un año después de pintar ese cuadro, en 1611, cuando ella tenía 19 años, Tassi la violó. Ella lo denunció y fueron a un juicio que duró meses y del que se conservan documentos. Ella mantuvo su versión durante todo el tiempo a pesar de las presiones y él acabó condenado.

La artista estadounidense Betty Tompkins ha reinterpretado Susana y los viejos en su obra Apología (Artemisa Gentileschi #4), expuesta en el Centro de Arte Feminista Elizabeth A. Sacker del Museo de Brooklyn. En la obra de Tompkins podemos ver a Susana horrorizada, pero no solo por los dos viejos, sino también por las palabras que los cubren. Las palabras utilizadas por la artista no son casuales: son un extracto de la declaración de defensa de Knight Ladesman, antiguo editor de la revista Artforum, acusado de abuso sexual. Ladesman dimitió de su puesto en octubre de 2017, el mes que estalló el #MeToo.

Tompkins ha mezclado tres historias de acoso y abuso a mujeres en esta obra, la más actual que se expone en el centro. Mujeres, situaciones y épocas distintas pero con el arte de fondo. El arte en la era del #MeToo.

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A la izquierda, la obra de Artemisa Gentileschi. A la derecha, la de Betty Tompkins.

ESTOS DÍAS ME HA GUSTADO MUCHO (LEER, VER Y ESCUCHAR)

Ya os habíamos contado en otra carta que hemos sido finalistas del Premio García Márquez de Periodismo en la categoría de Innovación. Pues bien, la semana pasada viajé a Medellín (bieeeeen) y no ganamos (ooooooh). Pero allí he descubierto muchas historias que quiero compartir con vosotros. Aquí va el apartado de recomendaciones, edición Premios Gabo 2018:

1. La dignidad, en fotos (New York Times en español). Algunas de las prostitutas retiradas de la Ciudad de México acaban en el albergue Casa Xochiquetzal. Con sus retratos, la fotógrafa brasileña Adriana Zehbrauskas ha querido contar las historias de las residentes en la casa con respeto y dignidad. Su trabajo fue uno de los finalistas en la categoría Imagen.

2. La protesta y el cristal (Revista Anfibia). El premio en la categoría Imagen fue para el trabajo Memoria, verdad y justicia para las pibas. Cuando a Leonardo Vaca le pidieron que cubriera la manifestación del aniversario de Ni una Menos en Argentina, salió a la calle para retratar la protesta con su cámara y un vidrio traslúcido e hizo estas fotografías que mezclan arte y periodismo.

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Algunos de los retratos de Leo Vaca.

3. Así se gestó el caso Weinstein. El 5 de octubre de 2017, The New York Times publicó el primer artículo sobre el acoso que Harvey Weinstein ejerció sobre actrices y empleadas durante años. Justo un año después, la editora que llevó toda la investigación, Rebecca Corbett, nos explicaba en una videoconferencia desde la redacción del diario. Allí contó algunos de los retos a los que se enfrentaron en la investigación, como definir exactamente qué era abuso sexual y también en qué querían centrar su investigación. Finalmente, se centraron en conductas de acoso en el lugar de trabajo, producido con el fin de influir en las carreras de las acosadas y sin que necesariamente supusiera una conducta criminal. Aquí puedes leer algunas frases de su intervención. Y aquí, ver el vídeo de su charla junto a la periodista colombiana Ana Cristina Restrepo.

4. ¿El periodismo puede ser activista? Una de las preguntas de las que más se debatió dura la activista y periodista rusa - ahora residente en Estados Unidos,- Masha Gessen defendió que sí en el encuentro Periodismo y diversidad sexual: una ética de las disidencias, en el que charló junto al periodista Guillermo Osorno y la abogada y youtuber Matilda González Gil. ¿Qué nuevas tensiones relacionadas con el feminismo y el movimiento de disidencia sexual se viven en las salas de redacción?

5. Momento #Autobombing. ¿Cómo? ¿Que todavía no has visto 28 días? Si sigues La Matrioska, no lo creo. Pero nunca es mal momento para repasar alguno de sus 28 temas.

BRINDEMOS

Porque hemos inaugurado El País FEM, una comunidad en Twitter y en Facebook en la que hablar, leer y compartir temas sobre feminismo. Porque somos la mitad del mundo, ya no nos vamos a callar.

Y para celebrar el primer aniversario del #MeToo, varias ilustradoras nos han hecho estos dibujos taaaaan bonitos:

ESTO HAY QUE VERLO

Las historias que sube a redes sociales Anabel Lorente (@catana3el) dentro de la serie True Story, en las que mezcla vídeo e ilustraciones para retratar situaciones que seguro que os suenan:

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