"Rosalía es una mujer llena de dulzura y pureza, pero a la vez empoderada e inspiradora, que ha sabido replantear la cultura española combinando tradición y futuro". Así interpreta a la cantante el artista Filip Custic (Tenerife, 1993) y así la muestra en la portada de su segundo álbum, El mal querer, que ha salido a la venta el 2 de noviembre.
En ella, la barcelonesa "emerge desnuda desde los cielos, como si fuera una diosa más que una virgen, diciendo esta soy yo y este ha sido mi proceso de aprendizaje", explica el artista a Verne sobre la imagen que introduce el proyecto que ha vuelto a hacer que en España se sienta curiosidad por la llegada de un disco.
Uno y otra se conocieron a través de las redes sociales y se hicieron amigos. En verano de 2017, Rosalía le pidió que concibiera un universo visual para ella. "Pensé que una simple imagen no era suficiente; que había que hacer algo tan grande como el disco que estaba preparando", cuenta desde un bar de Malasaña, el barrio de Madrid en el que vive.
Decidieron que cada una de las canciones se explicara con una imagen de Custic y compartían lluvias de ideas en un grupo de WhastApp mientras él se empapaba antes que nadie de las melodías de El mal querer. Ahora comparten todas ellas en Instagram, algunas de ellas en movimiento, que pueden verse en YouTube. [Al final del artículo puede verse las 8 ilustraciones que no se habían adelantado antes del lanzamiento del disco]
El catálogo de retratos no solo narran el florecer artístico de Rosalía, del que cada vez más gente es testigo. También se componen del vocabulario habitual de su autor que resulta onírico, geométrico.
Custic, de sangre croata y tinerfeña, llegó a Madrid poco después de cumplir la mayoría de edad para emanciparse de unos padres que, en un principio, no entendían la vocación de su hijo. "Él era deportista profesional y quería un hijo heteronormativo y ella es economista y quería un hijo economista. Y no les salió nada de eso...", recuerda con una media sonrisa.
Estas son algunas de las imágenes que definen su trabajo:
Un abecedario hecho de objetos
Debido a las expectativas de sus padres, Custic prefirió dejar dormida su creatividad hasta que cumplió los 20, cuando comenzó "a dedicarse en serio" a la fotografía. Merodeando por los puestos del Rastro madrileño, se inspiró en ese océano de objetos cotidianos que cada fin de semana se ponen allí a la venta. Como las letras del abecedario o los signos de los jeroglíficos egipcios, su idioma se compone de objetos. En algunos de ellos encontró un significado especial y por eso son recurrentes en sus trabajos. Intenta que en sus trabajos "primero llegue el mensaje y luego el recurso estético con el que representarlo".
Una de las imágenes que Custic ha creado para el disco de Rosalía. En esta caso, vinculada a la canción Malamente.
Por ejemplo, en la imagen que acompaña a Malamente da vital importancia a los aros que la cantante luce a menudo y que son parte de su estética. "El círculo es la forma perfecta para representar la expasión que ella está viviendo en estos momentos, y que nacen de su rostro como lo hacen las ondas sonoras de su voz".
"Los espejos representan la dualidad y la relación que tenemos con nuestro propio ego: complicada, pero con la que debemos convivir. El ego suele ser destructivo, pero intentar eliminarlo de nuestra vida es casi imposible, así que lo mejor es aprender a lidiar con él en la medida de lo posible".
Aitana y la importancia del retrato
La revista ICON propuso a Custic hacer varios retratos a Aitana Ocaña, finalista de Operación Triunfo, para un artículo publicado en verano de 2018.
"Para mí fue un reto porque si retrato a alguien es porque conozco y quiero a esa persona, excepto cuando trabajo con modelos para otro tipo de trabajos. En ese momento, no sabía mucho de ella y tuve que partir desde otra perspectiva. Vi a una persona muy blanca y pura, que, como Rosalía, está floreciendo. A sus seguidores no les gustó que le cambiara el pelo, pero yo creo que ella lo valorará con el tiempo. No me gustan todas las fotos que hago, pero esta ha terminado siendo una de las que más orgulloso estoy".
María Forqué y las redes sociales
Para Custic, las redes sociales son primordiales en su trabajo. Desde su cuenta de Instagram dialoga con sus seguidores sobre el significado de sus trabajos. "Las redes somos nosotros mismos; son conexión humana a través de lo virtual", dice. Pero las redes también plantean un reto a su trabajo, en el que predomina el desnudo. Una de sus múltiples colaboraciones con María Forqué, 1por1, fue censurada de la cuenta de ella en Instagram.
"Ella es menos comedida que yo. En mi caso, como decía antes, creo todo es dualidad en la vida y hay que saber convivir con ella. Prefiero no enfrentarme a la censura de Internet porque tengo todas las de perder. Prefiero asumir que está ahí y que no se va a marchar por el momento y decido crear a partir de ella y no a pesar de ella", defiende.
Un ejemplo de esa forma de hacer virtud a partir de la necesidad puede verse en las imágenes de Rosalía, de la que oculta de forma estratégica su sexo. "No son solo pegotes para evitar que borren la foto. A veces coloco un destello para acentuar su feminidad, como esa fuerza que expresa El origen del universo de Courbet. Otras, coloco una flor para mostrar cómo se está desarrollando su madurez artística".
Palomo Spain y la industria de la moda
Además de colaborar con muchas marcas de moda, Custic es uno de los aliados más antiguos del diseñador Palomo Spain. "Con él puedo trabajar en la moda tal y como me gusta, entendiéndola como una forma de expresión y no como una industria", dice.
La relación de Custic con la moda ha cambiado a medida que sus trabajos han ido apareciendo en galerías de arte: "Pensaba que me encantaba la moda, pero descubrí que no me gusta porque todo va muy rápido en ella. Hay que crear algo para esa temporada que va a desaparecer casi de inmediato, con la llegada de otra temporada. Prefiero que mi trabajo no sea efímero. A la moda le vendría bien ser algo más contemplativa".
El resto de imágenes de Filip Custic para El mal querer
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