9 personas que se han mudado muchas veces te dan consejos para tu próxima mudanza

"La peor enemiga de las mudanzas es la prisa. Si no mides los tiempos, estás muerto"

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A esas cajas les faltan etiquetas. Y la guitarra del sogá, mejor no guardarla en una caja
A esas cajas les faltan etiquetas. Y la guitarra del sogá, mejor no guardarla en una caja.

Empaquetar tu vida y moverla a otro sitio, esté cerca o lejos, es un engorro por el que todos pasamos tarde o temprano. Además, lo normal es hacerlo mal, al menos en la primera mudanza. No nos referimos a que te equivoques de dirección y dejes tus cosas en casa de un desconocido, sino a que cometas errores de principiante por los que tardas más en terminar. Y con más esfuerzo.

Hemos consultado a varias personas que no se han mudado ni una, ni dos, ni tres veces. Han cambiado al menos siete veces de residencia en su vida adulta. No todos tienen la misma opinión sobre cuál es la mudanza perfecta, pero sus experiencias son muy valiosas para los novatos en el mundo de las mudanzas. Estos son sus consejos.

1. Mezcla bien el contenido de las cajas para que no pesen demasiado (Clara Viloria, 27 años y 11 mudanzas)

Recuerdo que en mis primeras mudanzas preparaba muy mal las cajas. En algunas solo metía libros. Imagínate cuánto pesaban. Luego no hay quien las levante. Lo mejor es crear tándems que eviten que las cajas sean muy pesadas y, a la vez, protejan el contenido. Por ejemplo: libros con sábanas y toallas o jerseis con cazuelas.

Cortesía de Clara Viloria

Hablando de cazuelas, aprovecha los espacios en los que, de primeras, no piensas. Una vez llené una olla a presión de calcetines. También recomiendo mirar muy bien el armario antes de mudarte, pensar en lo que hace meses que no te pones y tirarlo o donarlo. También es importante escribir qué hay en cada caja, pero en el lateral, no en la tapa. Si no, no sabes que hay en cada caja cuando están apiladas.

Cajas de Clara en una de sus primeras mudanzas, cuando todavía escribía qué hay en cada caja en la tapa en vez de en el lateral

2. Deshazte de lo que no necesites (Samuel Sánchez, 46 años y siete mudanzas)

Las mudanzas son saludables. Hacen que tengas justo lo que necesitas. Al final, de mudarte tanto, te deshaces de muchos chismes. Cada vez que me voy a mudar, hago limpiezas brutales de la cantidad de cosas que tengo. Tira lo que no necesites en vez de llevártelo a otra casa.

Otro consejo importante: la peor enemiga de las mudanzas es la prisa. Si no mides los tiempos, estás muerto. Móntatelo de manera que tengas margen de sobra para avisar en el trabajo, empaquetar, pedir ayuda a amigos o familiares y llevar las cosas con tiempo suficiente.

3. Cuantas más bolsas al vacío, mejor (Miguel Pozanco, 32 años y 13 mudanzas)

Usar solo cajas es un error normal en las primeras mudanzas. Hay cosas que van mucho mejor en maletas, sobre todo si son de ruedas. Además de las tuyas, puedes pedir a tus amigos. Con el tiempo he descubierto las bolsas al vacío, que son perfectas para aprovechar mejor el espacio. Hacen que un edredón o un abrigo ocupe la mitad de espacio.

Y esto es algo que he ido cambiando con la edad: antes no me importaba mucho que me siguieran llegando cartas a direcciones antiguas, pero ahora soy más cuidadoso. A través de internet es muy fácil cambiar la dirección de facturación de tus recibos.

Cortesía de Miguel Pozanco

4. Empaqueta primero lo que menos uses (Fernanda Sandoval, 41 años y ocho mudanzas)

Es muy importante fijar un día concreto, que no se quede en el aire. Así es mucho más fácil. También hay que pensar muy bien el orden en el que empaquetas las cosas. Días antes de la mudanza, metes en caja lo que sabes que no vas a usar. Y justo antes de irte, lo que utilizas todos los días. Con el paso de las mudanzas te vas haciendo minimalista: antes de comprar algo me lo pienso mil veces.

Cortesía de Fernanda Sandoval

5. Deja cosas en casa de tus padres (Olga Quesada, 42 años y 14 mudanzas)

Hay ciertas cosas que se pueden quedar en la casa familiar, no pasa nada. Si puedes tenerlas ahí y no les molestan, te hace la vida más fácil. Por otra parte, si a tu mascota le cuesta acostumbrarse a la nueva casa, no te asustes. Es normal. Mi gato tardó un tiempo en habituarse a mi última casa, pero con el tiempo no hubo problema.

6. Que te ayuden tus amigos (Julio Domínguez, 38 años y 13 mudanzas)

Pide ayuda a la gente que tengas cerca. Y agradécelo bien: invítales a comer o algo así. Cuantas más personas te ayuden, más rápida y más sencilla será la mudanza. Otro consejo es que no dejes las cajas eternamente sin abrir. Lo mejor es abrirlas cuanto antes.

7. Haz fotos nada más llegar ( Ana Santos, 25 años y ocho mudanzas)

Nada más llegar a la casa nueva, antes de empezar a desempaquetar, hay que hacer fotos de todo. Así, el casero no te podrá cobrar desperfectos que no has provocado tú. Mira todos los detalles, hasta el más mínimo, para que quede constancia. Además, soy de usar muy pocas cajas. Con muchas maletas, bolsas de Ikea y de Mercadona, me apaño.

8. Intenta que la fianza sea el último mes de alquiler (Lucía Prieto, 32 años y 11 mudanzas)

Una cosa que es bastante común es que los caseros hagan todo lo posible por no devolverte la fianza. Con varios de mis últimos caseros he conseguido que vengan al piso antes de irme para que comprueben que está en condiciones, de manera que no me devuelvan la fianza y sirva como pago del último mes de alquiler. Normalmente prefieren no cobrar un mes de alquiler a tener que pagarte algo. Por ley, tienen que depositar la fianza en alguna institución pública (depende de la comunidad autónoma; en la Comunidad de Madrid es la Agencia de Vivienda Social), pero hay muchos que no lo hacen.

Cortesía de Lucía Prieto

9. No tengas miedo a mudarte (Joan Vicent Blasco, 42 años y nueve mudanzas)

Es normal que una mudanza dé pereza, pero no debería ser así. Llevo casi tres años en mi casa actual y ya estoy pensando en mudarme otra vez. Estrenar un sitio en el que vivir siempre gusta. Algo importante es gestionar bien la parte emocional. Las primeras veces que te mudas ves cada casa como algo importantísimo. Mudarte te parece un pecado, pero ese arraigo puede hacer que te conformes y dejes de buscar una casa mejor. Cuando te mudas bastante, te cambia el chip.

Cortesía de Joan Vincent Blasco

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