Polina Marinova es una periodista búlgara que vive en Nueva York. Este jueves ha publicado un mensaje en Twitter sobre el chasco que se ha llevado al enterarse de que las imágenes en el templo Pura Lempuyang de Bali (Indonesia) tienen truco. Se coloca un espejo o una superficie reflectante en la parte inferior del objetivo de la cámara para generar en la imagen un efecto acuático que no es real.
Proof that Instagram influencers have ruined everything👇
— Polina Marinova (@polina_marinova) July 4, 2019
My hopes & dreams were shattered when I found out the “water” at the Gates of Heaven is actually just a piece of glass under an iPhone 😭 pic.twitter.com/oiahI5VCIo
"Aquí una prueba de que los influencers de Instagram lo han arruinado todo. Mis sueños y esperanzas se rompieron en mil pedazos al descubrir que el agua bajo las Puertas del Cielo es solamente un trozo de cristal bajo un iPhone", dice en el tuit, que se ha compartido más de 7.000 veces en sus primeras 24 horas.
Otros usuarios confirman en los comentarios al mensaje de Marinova el truco del espejo: "Eso me pasó hace dos semanas. Llegué allí y dije: 'Espera, ¿dónde está el agua?'. Me sentí timada", dice uno de ellos.
Verne ha contactado con una agencia de viajes situada en Madrid y especializada en este país asiático, Indonesia en tus Manos, que nos explica la historia detrás de este lugar de moda. "La primera vez que vi una foto así en las redes sociales pensé que el lugar se había inundado. No suele haber agua ahí, más allá de un pequeño charco", comenta por teléfono el agente de viajes Alejandro Viato.
En esta empresa confirman que, para lograr este efecto, ni siquiera se necesita un filtro. "Gente local se ofrece a hacerlas a cambio de unos euros colocando el móvil 90 grados contra una superficie que haga reflejo", explican. Un cristal, un espejo o la carcasa de un móvil valen para el truco.
En este vídeo del usuario de YouTube Antarik Anwesan puede comprobarse el truco a partir del minuto 1:48.
"He vivido en Indonesia y no conocía el sitio. No era de los más populares hasta hace dos años, cuando el efecto Instagram lo ha convertido en un destino tremendamente popular. Hay gente que viene a la agencia con una de estas fotos en la mano pidiendo que les llevemos allí", cuenta Viato. El templo Pura Lempuyang se encuentra dentro de una ruta de senderismo que lleva a la cima del monte Lempuyang. Las puertas donde los visitantes suelen hacerse fotos dan al volcán Agung, el más alto de Bali.
El problema es que la obsesión por hacerse una foto falsa para redes sociales ha colapsado de turistas este templo, que se encuentra en el extremo oriental de la isla.
"Los guías con los que trabajamos nos han pedido que no les hagamos ir allí en los meses de julio y agosto. Las colas de espera suelen ser de tres horas. Recomendamos a nuestros clientes que inviertan ese tiempo en visitar otros lugares. Aunque este templo es un lugar bonito, no vas a encontrar el agua y, en días nublados, ni siquiera se ve el volcán de fondo. No merece la pena arriesgar un día de visita", comenta Viato.
La moda de las fotos para Instagram es tal que otras agencias organizan tours especializados en postureo, en los que solo se recorren lugares como este templo. Otra de las paradas fijas es este columpio en lo alto de una colina en Ubud, un pueblo en el sur de Bali. La cola para acceder a él suele ser superior a una hora, dicen las reseñas de viajeros publicadas en Internet. En esta imagen se puede ver a la influencer española Marta Lozano posando en el lugar.
"Es una pena hacer este tipo de tours, porque te pierdes la experiencia real. Se nos está yendo de las manos", lamenta Viato, quien se queda con la parte positiva de todo este absurdo: "Cientos de familias locales viven a costa de cobrar 2 o 3 euros a turistas por hacerles fotos falsas".
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