Anécdotas que hacen reír (y sufrir) a nuestros farmacéuticos

Clientes que compran Dalsy como si fuera una gominola y el que llega para que le instalen el WhatsApp

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El día a día en botica, en 'Esta framacia es una cruz' de @farmaenfurecida / Grijalbo
El día a día en botica, en 'Esta framacia es una cruz' de @farmaenfurecida / Grijalbo

Hay tantas anécdotas que nacen tras el mostrador de una farmacia que Guillermo Martín (Salamanca, 1990) lleva años recopilándolas desde su cuenta de Twitter @Farmaenfurecida. En realidad empezó incluso antes, en 2012, cuando estaba estudiando la carrera. Una vez dejados los apuntes, el trabajo de campo resultó ser todavía más agitado. Lo resume con el mismo humor que en sus tuits en la novela gráfica Esta farmacia es una cruz (Grijalbo), que ha ilustrado Maribel Carod.

"Además de la carrera de Farmacia, lo que se necesita para ser farmacéutico es psicología y muchas dosis de paciencia", cuenta a Verne el autor del libro, que suma 30.000 seguidores en su perfil de internet. A través de sus páginas, el lector descubre el día a día de la novata Remedios, que empieza a trabajar en una farmacia.

"Yo soy de los que digo que el paciente siempre tiene la razón... pero casi nunca acierta. Es complicado explicarles que están equivocados. Los más mayores, además, no se fían mucho si eres joven. Estoy a punto de cumplir los 30 y siguen pensando que soy el ayudante...", cuenta por teléfono el farmacéutico tuitero, que últimamente se encarga de desmentir a los influencers que recomiendan antibióticos como si fueran cosméticos.

Hemos preguntado a Martín por algunas de las anécdotas que le han ocurrido en sus años de profesión. Nos ha contado siete. Algunas de ellas pueden encontrarse en las páginas del libro:

1. Dalsy en vena: "Los niños son fuente de muchas anécdotas. Un día vino una madre y me pidió Dalsy (conocido como el ibuprofeno infantil) para dárselo a su hija. No lo necesitaba, pero a la niña le gustaba el sabor y se le había antojado. ¡Como si fuera una gominola!".

2. El catador de vinos: "Un día llegó un señor con diez tratamientos y me hizo sacarle todas las opciones de cada medicamento. Estuve media hora en el almacén para sacar casi 100 cajas. Luego la elegía según le gustara el color de la caja, igual que en una cata de vinos...".

3. Sexo oral: "Un error recurrente es cuando se confunden con el nombre del medicamento. El más grave fue una vez que me pidieron sexo oral en vez de suero oral. Cada uno bautiza al medicamento como le da la gana".

Guillermo Martín(@Farmaenfurecida) cuenta el día a día de los farmacéuticos en este libro ilustrado por Maribel Carod

4. Los nostálgicos: "Es muy común que vengan señores mayores queriendo comprar un medicamento que hace tiempo les vino muy bien. No saben el nombre, ni si quiera para lo que es. Como mucho el color de la caja. Una vez llegaron a decirme: Es ese que me costó 600 pesetas".

5. Recicla como puedas: "Al contrario que los anteriores, hay algunos que te traen los medicamentos que ya no necesitan, por si se les puede dar uso. Casi siempre están caducadísimos. El récord fue un día que me trajeron algo de 1998; del siglo pasado".

6. Asistente para todo: "El refrán Aquí hay de todo, como en botica existe por algo. Vienen a pedirte de todo. Que les instale el WhastApp (para eso no soy demasiado joven y sí se fían de mí) o que les explique una carta del banco. Te piden consejo porque su niño no estudia y hay quien intenta que le subas las bolsas de la compra a casa".

7. ¿Negligencia?: "Un día vino una señora y me montó un pollo serio. Decía que por ser joven no me había enterado y le había dado un colirio que le había quemado los ojos. Resultó que se había equivocado y se había echado alcohol de 96º. Y eso que los botes no tenían nada que ver".

Algunos de los tipos de clientes que aparecen en el libro / Grijalbo

Estudiar una carrera para ejercer muchas profesiones / Grijalbo

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