No puede besar a la novia: cómo el coronavirus arruinó los planes de boda de estos mexicanos

Unas 98.000 bodas fueron pospuestas o canceladas por la contingencia sanitaria por la covid-19

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El anuncio que Brenda y Raúl mandaron a sus invitados para notificar que se cancelaba su boda. La pareja posa junto a las bebidas que habían comprado para su fiesta.
El anuncio que Brenda y Raúl mandaron a sus invitados para notificar que se cancelaba su boda. La pareja posa junto a las bebidas que habían comprado para su fiesta.

Brenda Zatarain no quería una boda suntuosa, por lo que escogió un vestido sencillo pero elegante con el que festejaría su unión con Raúl Chida el 2 de mayo en la ciudad de Puebla, en el centro de México. Pero el vestido y los centros de mesa que ella misma elaboró se quedarán guardados, luego de que la pareja decidiera cancelar definitivamente su boda ante la contingencia sanitaria por la covid-19. “Decidimos cancelarla definitivamente y no posponer porque no creemos que pudiéramos hacer las cosas como las teníamos planeadas”, cuenta la pareja a Verne, vía telefónica.

La prohibición de reuniones masivas y la instrucción de las autoridades sanitarias de quedarse en casa afectó alrededor de 98.000 uniones nupciales que se llevarían a cabo en marzo, abril y mayo, de acuerdo con un sondeo realizado por el portal de organización de eventos matrimoniales, Bodas.com.mx. “El impacto emocional es muy importante tratándose de una celebración tan especial en la vida de una pareja”, explica a Verne Nina Pérez, directora de este portal. “Depositan mucha ilusión en celebrar ese día como lo han ido diseñando durante toda la organización o incluso más”, comenta, vía correo electrónico.

Elsa Bautista y Diego Ayala llevaban un año planeando la ceremonia religiosa y civil que iba a celebrarse en julio en el Estado de México. Sin embargo, a mediados de abril decidieron aplazarla a octubre. “Algo que nos movió mucho fue que el sacerdote que nos va a casar se enfermó de covid-19 y aunque ya se recuperó, fue un hecho que contribuyó a mover la fecha”, cuenta la pareja, vía telefónica.

Diego y Elsa en un concierto antes de que iniciara la contingencia sanitaria.

Pilar Arrieta es organizadora de eventos en Los Cabos (Baja California) y una de sus principales labores es planear bodas en este destino turístico. Tras dos años de compromiso con Alejandro Ochoa, decidió ponerle fecha a su unión matrimonial el 25 de abril. "Después de tanto esperar y al final no se va a hacer”, comenta la organizadora de 34 años, quien planeaba casarse en San Miguel de Allende. “Aunque la movimos a octubre, no tenemos certeza de poder llevarla a cabo con todo este tema de la contingencia”, cuenta, vía telefónica.

El viaje emocional de las parejas cuya boda estaba programada en el tiempo de la contingencia sanitaria empieza con una mezcla entre frustración y tristeza, según cuenta Nina Pérez. Sin embargo, también se trata de un tema económico. Las tres parejas tenían planeado gastar entre 200.000 y 500.000 pesos (entre 9.000 y 22.000 dólares, aproximadamente) para una reunión de entre 120 y hasta 300 invitados. Para Zatarain y Chida, que cancelaron definitivamente el evento, algunos servicios que ya habían apartado como música y fotografía les supuso una penalización del 20% de lo que ya habían depositado con anterioridad.

Pilar y Alejandro en una foto de recuerdo de otra boda.

¿Vuelta a la normalidad?

Aunque el Gobierno de México ha anunciado un plan para la reactivación de actividades, aún existe incertidumbre por parte de las parejas que quieren llevar a cabo una fiesta de matrimonio. Para la directora de Bodas.com.mx no cabe duda que se tendrán que llevar a cabo nuevos protocolos de organización para que sean reuniones seguras. “Tenemos la esperanza de que la industria nupcial se reactive pronto, aunque es probable que lo haga con restricciones de aforo, medidas de distancia social, protocolos de seguridad sanitaria y, no nos cabe duda, con diferencias entre unas y otras regiones·, dice en entrevista.

Ayala y Bautista creen que, de llevarse a cabo su fiesta, sin duda será muy distinta a como la imaginaron. “A lo mejor muchas personas no quieran ir, sobre todo las personas mayores”, comentan. Arrieta y Ochoa por su parte, creen que ya no harán una fiesta grande, sino una reunión muy casual con la familia más cercana. “Ya he perdido un poco de motivación con la organización porque a final de cuentas no sé si se va a hacer, así que en uno o dos meses veremos si hacemos algo pequeño y simbólico”, comenta la novia de Los Cabos.

Para las tres parejas, sin embargo, la temporada de confinamiento ha sido una oportunidad para fortalecer los vínculos. “Yo creo que fue una moraleja de la prioridad que le das a las cosas en tu vida, porque si te esperas mucho tiempo para hacer algo, es probable que ya no se pueda hacer pero queda siempre la pareja”, dice Zatarain.

Una mujer celebra su boda en Italia usando mascarilla y guantes el 11 de mayo de 2020.. Miguel Medina (AFP vía Getty Images)

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