El relato que nos cuentan las esculturas en España

Aunque la polémica por las estatuas racistas no se ha extendido tanto, también hemos tenido esculturas polémicas

  • Comentar
  • Imprimir
Unos trabajadores cubren una estatua ecuestre de Franco antes de su retirada en Santander en 2008
Unos trabajadores cubren una estatua ecuestre de Franco antes de su retirada en Santander en 2008. AFP/Getty Images

El homicidio del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Estados Unidos ha desatado manifestaciones multitudinarias en todo el mundo. Y estas protestas antirracistas han incluido en muchas ciudades el derribo, por parte de los manifestantes, de esculturas asociadas con la simbología esclavista y racista. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en Minnesota (Estados Unidos), donde se derribó una de Cristóbal Colón. En Bristol (Reino Unido), los activistas antirracistas lanzaron al río la estatua del siglo XVII del esclavista Edward Colston. Y en Londres se tuvo que proteger con paneles la estatua del antiguo primer ministro británico Winston Churchill, al que también califican de "racista", para evitar su mismo final.

En otros casos, son las propias autoridades las que se están planteando la retirada de estatuas por los mismos motivos. Por ejemplo, los políticos demócratas de California han acordado la retirada de una estatua de Cristóbal Colón e Isabel la Católica que lleva 137 años en el Capitolio estatal. Y no es la primera vez que se retira una estatua de Cristóbal Colón en Estados Unidos: ya se hizo en noviembre de 2018, cuando el condado de Los Ángeles retiró la que estaba en Grand Park, enfrente del Ayuntamiento.

Estos casos demuestran la relevancia que puede llegar a tener la presencia de estatuas y otras esculturas públicas en cualquier lugar del mundo. "El arte público (y aquí entran las esculturas y las estatuas) está estrechamente ligado a la historia y la política, al ser representaciones que buscan conmemorar a algún personaje o acontecimiento, creando un relato que es diferente en cada país", explica a Verne en conversación telefónica Jesús Pedro Lorente, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza.

En España, por ejemplo, "la misma figura de Colón no genera tanta controversia generalizada, sino más bien localizada en algunas ciudades, como Barcelona", según el historiador. Decenas de personas se manifestaron el pasado lunes en la capital catalana en torno a la estatua que se erige en la plaza del Portal de la Paz para pedir su retirada. En 2016, el grupo de la CUP en el Ayuntamiento ya lo intentó, pero el gobierno municipal lo rechazó.

Pero esto tampoco significa que la vida de las estatuas en España haya sido tranquila. En la propia Barcelona se retiró en 2018 la estatua del empresario Antonio López y López (1817-1883). Aunque el pedestal de la estatua lo identificaba como "gran naviero, senador vitalicio y primer marqués de Comillas", su consideración histórica fue cambiando con el paso de los años por sus actividades en Cuba vinculadas al tráfico de esclavos. "La sociedad va evolucionando y en determinados momentos de la historia ya no quiere tener cierta simbología en sus calles porque relacionan ese personaje con una ideología, en este caso opresora", explica la historiadora y crítica de arte Helena de las Heras, autora de la tesis La escultura pública en Valencia. Estudio y catálogo.

El caso más emblemático de la retirada de estatuas en España es el del dictador Francisco Franco. La Ley de Memoria Histórica (2007) obligó a retirar las efigies que quedaban en la vía pública y que lo homenajeaban. En 2010, se retiraron las últimas estatuas ecuestres en Ferrol y Melilla, aunque en esta última todavía queda otra escultura de Franco, no a caballo, sino a pie, cuya retirada estaba prevista para el pasado mes de marzo. Otra escultura relacionada con el franquismo que sigue en su sitio es la del Valle de los Caídos. Y aunque no en forma de estatua, 535 vías públicas españolas aún conservan un nombre relacionado con la dictadura franquista, según un listado publicado en abril por el Instituto Nacional de Estadística.

La manifestacion antirracista celebrada el 14 de junio en Barcelona terminó en la estatua de Colón. Albert Garcia (EL PAÍS)

La evolución histórica en España

Aunque el relato que crea el arte público es diferente en cada ciudad española, como indican tanto Lorente como De las Heras, sí que hay puntos en común para todo el país. Por ejemplo, si nos referimos a la época en la que que empiezan a proliferar estas esculturas públicas: "En el siglo XIX, coincidiendo con el desarrollismo de las ciudades", apunta De las Heras.

"El movimiento neoclásico busca emular a la antigua Roma con esas grandes estatuas ecuestres que homenajeaban a sus héroes", explica Lorente. "Incluso algunas estatuas más antiguas se sacaron de esferas palaciegas a la vía pública en esa misma época", añade el historiador que pone de ejemplo algunas estatuas ubicadas en Madrid, como la de Felipe IV en la plaza de Oriente, la de Felipe III en la plaza Mayor o la de Carlos III en la Puerta del Sol.

Esa figuración (estilo artístico en el que la representación es fácilmente reconocible) se mantuvo en distinto grado hasta la década de los setenta del siglo XX, cuando se dio paso a la abstracción. "En ese momento, nos fijábamos mucho en Estados Unidos, también en lo que hacían con la escultura pública". Un ejemplo de ello es el Museo de Esculturas al Aire Libre de Madrid, de 1972, ubicado en el paseo de la Castellana bajo el puente de Enrique de la Mata Gorostizaga.

Pero no se abandonó del todo la escultura figurativa, como apunta Lorente, y en las ciudades españolas han seguido colocándose estatuas de diversos personajes, "a veces ya sin pedestal y a pie de calle", como la del barrendero de la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, inaugurada en 2001, o la del homenaje al cineasta Luis García Berlanga, inaugurada en 2009 en el municipio zaragozano de Sos del Rey Católico, donde rodó su película La vaquilla.

La estatua del barrendero en la plaza Jacinto Benavente de Madrid (izquierda) y el homenaje a Luis García Berlanga en Sos del Rey Católico (derecha). Getty / Wikicommons

Como explican ambos historiadores, la escultura contemporánea tiende a homenajear "el colectivismo, más que el individualismo, como se hacía antes". "Por ejemplo, el memorial a las víctimas del 11-M frente de la estación de Atocha de Madrid. En la escultura contemporánea se busca un estilo más icónico, que sorprenda", apunta Lorente. "Los días de gloria del monumento público en España ya pasaron", opina.

Sin embargo, esto tampoco significa que la instalación de estatuas se encuentre actualmente exenta de polémica. En enero de este año, José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, inauguró una estatua en homenaje a los conocidos como "Los últimos de Filipinas" en el distrito de Chamberí. Durante su tramitación, el grupo político Ahora Madrid había mostrado su rechazo al considerar que los homenajeados representaban a "un ejército colonial".

"Por supuesto, hay una enorme carencia de estatuas conmemorativas a mujeres, las pocas que hay están dedicadas a reinas o santas", lamenta Lorente. Barcelona, por ejemplo, cuenta con 168 estatuas dedicadas a hombres y solo 14 a mujeres, según explicaba María Isabel Gascón, presidenta del Grup d'Història de les Dones que fan Història, en este artículo de La Vanguardia. Es algo común a casi todas las ciudades del mundo. "Las esculturas de nuestras ciudades se encargan de recordarnos cuál es el orden social establecido", recordaba el colectivo Punt 6 en su libro Urbanismo feminista.

En referencia a los derribos de estatuas por parte de manifestantes, Jesús Pedro Lorente cree que "la historia, más que negarla, hay que explicarla. Por supuesto, retirar una estatua debe ser por una reclamación popular, por algo que resulta ofensivo y más ahora que se busca la integración entre personas que llegan a España de otras partes del mundo". La opinión de De las Heras se sitúa en una línea similar: "Si algo ofende se solicita y por consenso político se aprueba su retirada. No puede ser nunca a través de un acto vandálico", concluye.

* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!

  • Comentar
  • Imprimir

Comentar Normas

Lo más visto en Verne