Si alguien grita “José” en una calle de México, es muy probable que un numeroso grupo de hombres volteen a ver si les hablan. Pero si gritan “José Guadalupe” quizá atienda algún hombre mayor de 60 años. “Tengo 28 años y resulta raro para alguien de mi edad”, dice a Verne José Guadalupe Ríos, periodista de Ciudad de México.
Como contamos anteriormente, el nombre de José es uno de los nombres más usados en el país, siendo su forma más popular la forma compuesta José Luis y posteriormente el nombre sencillo. Sin embargo, el nombre de Guadalupe es el sexto más usado, pero para mujeres, debido a la devoción que tiene el país en torno a la Virgen de Guadalupe.
De hecho, este periodista nacido en 1992 cuenta que el origen de su historia está relacionado directamente con la religión. “Suena a una historia sacada de La Rosa de Guadalupe [una popular telenovela mexicana]”, bromea el capitalino. “El médico que atendía a mi madre en su embarazo le dijo que yo podría nacer muerto, por eso le hicieron la promesa a la virgen de que si sobrevivía me pondrían su nombre”, indica.
De acuerdo con un documento del Colegio de México que analiza los nombres de pila de 1540 a 1950 en el país, destaca que el nombre de Guadalupe ha sido uno de los más usados para mujeres desde el siglo XVI, pero cayó en desuso para hombres a partir de 1920. “Siempre que menciono mi nombre recuerdan a José Guadalupe Esparza, que es uno de los más famosos”, dice el periodista Ríos. Esparza es el vocalista de la célebre banda de música grupera Bronco, y este año está por cumplir los 66 años.
Ligar los nombres con alguna figura religiosa es cada vez menos común en las grandes ciudades, pero es frecuente que los padres recurran al santoral para nombrar a sus hijos. Tal es el caso de Diana Socorro Gómez, quien acaba de cumplir 32 años y fue nombrada así por la Señora del Perpetuo Socorro, cuyo día se celebra el 27 de junio. “Las personas que escuchan mi nombre me dicen que ‘es nombre de abuelita’, aunque eso nunca me ha incomodado”, dice esta investigadora social a Verne.
Ella prefiere usar su nombre compuesto ya que cree que le da personalidad. “Aunque me gusta mi nombre, la verdad es que no uso mucho el Socorro”, comenta. De cariño, su familia y amigos más cercanos la llaman “Coco”, lo que causó confusión entre sus sobrinos más pequeños. “Vieron la película Coco (2017) y no pensaban que la abuelita y yo nos llamáramos igual”, bromea.
La herencia familiar también juega un papel importante al momento de nombrar a los hijos. No es raro escuchar de familias enteras con varias generaciones de hombres o mujeres con el mismo nombre. César Ildefonso Garrido, de treinta años, es miembro de una dinastía que inició con su abuelo en los años treinta. “A mí nunca me ha gustado llamarme así, por eso uso el César para presentarme”, dice este mercadólogo capitalino a Verne.
Su nombre, de acuerdo con el documento del Colmex, fue popular desde 1560 hasta la década de 1870, cuando empezó a caer en desuso. En el siglo XXI es un nombre tan poco popular que le ha causado problemas. “En muchos trámites lo escriben mal, por ejemplo, tuve que pedir una corrección en mi cédula profesional porque escribieron I-del-fonso”, relata. Esta situación le ha llevado a tomar una decisión. “Yo seré el último Ildefonso de la familia, si tengo un hijo no se llamará así”, dice.
Tener un nombre con connotaciones antiguas no a todos incomoda. Aura Felicia Ríos, de 33 años, considera que su segundo nombre es un rasgo que le da personalidad. “Hasta antes de la universidad solía presentarme como Aura, pero después le encontré encanto a llamarme Felicia”, cuenta.
Ella también fue nombrada así por homenaje a su abuela paterna, llamada Feliciana. Este nombre fue popular principalmente en el siglo XVII y su padre solo lo recortó para que fuera diferente. “Siempre me dijeron que era un ‘nombre de señora’ y aunque ahora puedo decir que lo soy, creo que se asocia de muy mala manera a personas mayores”, dice.
A sus treinta años, Domingo Aguilar se dice orgulloso de cómo se llama, sobre todo porque a diferencia de otros casos, él solo cuenta con un nombre de pila. “Claro que nunca falta que cuando te presentas te pregunten ‘¿y dónde está Sábado?’”, dice el publicista originario de Querétaro.
Según el Colmex, Domingo fue el cuarto nombre más popular en la década de 1660 y fue dejando de usarse desde 1750. “A mí me gusta, porque una vez que te presentas, no es fácil que a la gente se le olvide tu nombre”, dice Aguilar, quien fue llamado así en honor a su bisabuelo, nacido a inicios del siglo pasado. “Yo no pensaría en llamarme de otro modo, aunque mi nombre parezca de otra época”, comenta.
Los 50 nombres más populares en México desde 1900
1. Juan
2. José Luis
3. José
4. María Guadalupe
5. Francisco
6. Guadalupe
7. María
8. Juana
9. Antonio
10. Jesús
11. Miguel Ángel
12. Pedro
13. Alejandro
14. Manuel
15. Margarita
16. María del Carmen
17. Juan Carlos
18. Roberto
19. Fernando
20. Daniel
21. Carlos
22. Jorge
23. Ricardo
24. Miguel
25. Eduardo
26. Javier
27. Rafael
28. Martín
29. Raúl
30. David
31. Josefina
32. José Antonio
33. Arturo
34. Marco Antonio
35. José Manuel
36. Francisco Javier
37. Enrique
38. Verónica
39. Gerardo
40. María Elena
41. Leticia
42. Rosa
43. Mario
44. Francisca
45. Alfredo
46. Teresa
47. Alicia
48. María Fernanda
49. Sergio
50. Alberto
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