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Los días en los que las cosas se tuercen o llegan malas noticias, es fácil venirse abajo y maldecir al 2020. Los días buenos, en los que te reencuentras con alguien y se te olvida por un rato la nueva normalidad, también es fácil querer maldecir al 2020 por habernos privado de más momentos buenos. Y, para colmo, se nos ha acabado el verano.
El inicio de curso ha llegado con incertidumbre y lluvias. El apetecible plan otoñal de pasar el fin de semana en el sofá viendo una peli, leyendo o haciendo nada empieza a ser menos atractivo después de un confinamiento y a la espera de que pueda llegar otro. Pero al menos hemos tenido verano. Con más o menos vacaciones, el paréntesis estival de este 2020 nos ha permitido coger fuerzas.
Si generalmente te traemos aquí lecturas que nos interesan, esta vez queremos compartir una lista de cosas que hemos descubierto desde el equipo de Verne este verano y que nos han gustado, aunque no desvelaremos quién ha escrito qué. Es una lista a la que agarrarse cuando queramos odiar el 2020 y nos arrastre la zozobra. ¿Qué has descubierto y te ha gustado mucho este verano? Si quieres, cuéntanoslo en un correo electrónico o en los comentarios que encontrarás al final de este artículo. Y guárdatelo para cuando necesites un salvavidas.
-Dead to me no arranca como una comedia. Christina Applegate interpreta a una mujer que acaba de perder a su marido (atropellado por un coche que se dio a la fuga) y va a un grupo de duelo. Allí se hace amiga de otra mujer, Linda Cardinelli, sin sospechar que esta tiene otros motivos para acercarse a ella. Pues bien, aunque hay momentos seriotes y duros, las dos temporadas son muy divertidas, con mucho humor negro para hablar, entre otras cosas, de la amistad. Además de eso, a cada una de las protagonistas les deberían dar diecisiete o dieciocho Emmys. Puede verse en Netflix.
-El ajoblanco. Tras años resistiéndome a probarlo por ese color blanquecino que me tiraba para atrás, probé el ajoblanco. Y oye, que sí, que el salmorejo es increíble, pero me parece un digno sustituto y hay que reconocérselo.
-Los videojuegos de Last of Us. Me he pasado Last of Us y Last of Us 2 del tirón, y puedo decir que son, con diferencia, los juegos que más me han gustado de todos los que he jugado en mi vida. El argumento es demoledor, el juego es trepidante y tiene el plus de que ha provocado male tears como para llenar varios pantanos: por lo musculosa que está una de las dos protagonistas, porque la otra prota es lesbiana y tiene novia, porque hay un personaje trans...
-Japan Sinks: 2020. ¿Qué le podía falta a este año? Unos terremotos catastróficos que empiecen a hundir las islas de Japón mientras la familia Mutō intenta sobrevivir al caos. El anime Japan Sinks: 2020, basado en la novela de 1973 del escritor japonés Sakyo Komatsu, está dividido en 10 episodios que no ahorran en emociones las más diversas. De la esperanza a la tristeza y, finalmente, a la redención, la animación entretiene al espectador del inicio al fin. También en Netflix.
-Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor. El realismo mágico, la esperanza y la desesperación, y la violencia de México se dan la mano en esta novela. Maravillosamente escrita y con un manejo del lenguaje que te hace valorar tanto el fondo como la forma. Temporada de huracanes te deja bastante mal cuerpo porque revuelve y duele, pero la experiencia de leerlo es increíble.
-La película libanesa Cafarnaúm, de Nadine Labaki. Puede verse en Filmin.
- El gazpacho de sandía de El Comidista. Desde hace unos meses estoy haciendo lo posible por reducir al mínimo mi consumo de carne y cualquier receta vegana, rápida y fresquita que me encuentro pasa automáticamente a mi recetario. Este verano, la estrella ha sido el gazpacho de sandía del comidista que puedes encontrar aquí. Se hace con, literalmente, tres ingredientes y se prepara en cinco minutos.
-Me compré una polera y ya no compro helados, me como los que hago con frutas.
-Jugar a Viticulture. Es un juego de mesa en el que cada jugador encarna a una familia de viticultores que tiene que producir su propio vino: elegir qué vides va a plantar en su terreno, cosecharlas y producir el vino, venderlo, organizar visitas guiadas a la bodega para conseguir un ingreso extra… De mi vicio a este juego, mi madre ha dicho: “Si le hubieras dedicado a aprender sobre vinos DE VERDAD el tiempo que le has dedicado al jueguito, podrías montar una bodega”. Razón no le falta.
-El vino naranja.
-El YHLQMDLG, de Bad Bunny. En las escasas dos semanas que pasaron entre que Bad Bunny publicó su disco, a finales de febrero, y que nos mandaran a casa a teletrabajar, algunos miembros de la redacción de Verne fantaseamos con ir juntos al concierto que tenía previsto dar en Madrid en junio. Obviamente, no ocurrió. En este verano sin festivales ni fiestas, este disco ha sido lo más parecido a tener una canción del verano.
-La cuenta de Instagram de La Última Croqueta. Coge cuadros clásicos e introduce personajes de la cultura pop española. De pasarme la hora de la siesta deslizando hacia abajo para ver todos sus post.
- He vuelto a ver The Office entera. Los 201 episodios, me ha llevado prácticamente todo el verano (en agosto no vi mucho porque me fui). Las oficinas de Dunder Mifflin son horrendas, pero a veces envidiaba que podían estar todos juntos, hacer fiestas y que no pasara nada al compartir vaso. También me llamó la atención un gag de higiene en la oficina de cara al invierno. De repente me pareció de lo más actual un capítulo que tendrá unos 10 años. Puede verse en Prime Video.
-Los cuentos de Machado de Assis han sido mi segundo contacto con el autor. Antes ya había leído algunas de sus novelas como Don Casmurro o El alienista. Así como en las novelas, en los cuentos Machado de Assis también narra mucho de la naturaleza humana y sus particularidades, retratando situaciones de la vida cotidiana con críticas, ironía y humor. Su lenguaje es simple, pero trae marcas del tiempo, ya que fueron escritos en el siglo XIX.
-Descubrir que hay un camino que une Valencia y Lisboa. La GR10 forma parte de una red europea de senderos de Gran Recorrido. Y este, en concreto, permite atravesar a pie la Península Ibérica: 1.600 kilómetros repartidos en etapas con origen en el Mediterráneo y destino en el océano Atlántico.
Y, por supuesto, nos han gustado mucho las matrioskas de este verano, con nuestras autoras invitadas. Te las dejamos aquí por si te has perdido alguna:
Los nuevos veranos, por Aixa de la Cruz: "El verano es una amenaza a la que prefiero enfrentarme desde la seguridad de mis escenarios conocidos. El verano, constato de pronto, ya no es mi territorio".
Mil suecas embarazadas (y las forasteras que hemos sido), por Noelia Ramírez: "La melancolía de aquellos veranos libres nos invade en esta nueva y mutante incertidumbre, ahora que el calentón no pide piel con piel, sino sana distancia".
Margarita y los turistas, por Lucía Baskaran. "Así nació la gilda, un encurtido de aceitunas, anchoas y guindillas de Ibarra que encontraremos en casi todos los bares y que le debe su nombre a uno de los personajes más memorables del cine negro, interpretado por Rita Hayworth en 1946. La comparación casposa afirmaba que el pincho era como ella: verde, salada y un poco picante".
¿Sueñan los renacuajos con niñas en patines? por Berta García Faet: "¿Ustedes tienen alguno de esos sueños que llamamos “recurrentes”? Yo soñaba con agosto. Voy patinando por la plaza del Olmillo, empiezo a descender la cuesta que conecta al pueblo con la zona del frontón, doy un saltito, y floto. Tengo diez años".
El verano del colapso, por Ana Bulnes. "Este verano mi cuerpo decidió alinearse con el espíritu general de 2020 y la esclerosis múltiple que ayudó a diagnosticar aquella punción de hace casi 20 años dejó de portarse bien (...) Estoy bien, repito una y otra vez. Estoy incluso disfrutándolo".
La conquista de Buenos Aires, por Tamara Tenembaum: "Así fueron los veranos de mi adolescencia: la vida de mis pies, dibujar con el cuerpo un mapa imaginario que se iba volviendo real".
Selección del contenido y redacción de La Matяioska: Mari Luz Peinado @mluzpeinado
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