La barcelonesa Idoia Miranda tenía 36 años cuando le diagnosticaron un cáncer de mama en 2018. Al hacerse la mastectomía, decidió que no se haría la reconstrucción del pecho. Hoy está libre de la enfermedad, pero buscaba una solución para un problema específico: un sujetador que pudiera llevar confortablemente sin tener que recurrir a ningún tipo de prótesis externa. Cuando entró en contacto con la creadora de la comunidad de activismo feminista Teta & teta en Instagram, María Rufilanchas (Madrid, 46) descubrieron juntas que tal prenda no existía. Decidieron entonces diseñarla. “Igual que lo necesitaba yo, lo podrían necesitar otras mujeres y había que crearla”, recuerda Miranda por teléfono.
Tras un año, una cuarentena y un crowdfunding exitoso, el sujetador Lola se ha comenzado a comercializar este martes 6 de octubre en colaboración con la artista y diseñadora Aniela Parys. El vídeo de divulgación del sujetador en Instagram es un éxito: en menos de un día ya lleva más de 110.000 reproducciones y ya se está traduciendo a otros idiomas.
Lola, además de nombre de mujer, es también una de las palabras usadas en español para designar los pechos. De ahí vino el nombre del producto. Para diseñar sus modelos, teta & teta hizo primero una encuesta a varias mujeres con un solo pecho para recoger información, después se pusieron a diseñar y pasaron por distintos prototipos. “El reto de sujetar una sola teta es difícil, sobre todo cuando es grande”, explica Rufilanchas en una conversación telefónica con Verne.
La participación de las mujeres a quienes va dirigido el sujetador también fue fundamental. Miranda explica que ha ido diversas veces al estudio donde se fabricaba la pieza: “Lo he probado para ver si me sentía cómoda o si no, he participado en la difusión [de la idea del sujetador] y he contactado con otras compañeras unitetas para que aportaran su opinión sobre cómo les gustaría que fuera”.
Con todo el proceso hecho a mano, la pieza llega en dos modelos, uno de lencería y otro más casual, y también “llena de defectos”. Rufilanchas aclara esto último: “Para que el sujetador no tuviera costura en el pezón o para intentar meterle refuerzos, necesitábamos una maquinaria especial”, lo que no fue posible con el presupuesto limitado que tenían. De ahí el reto que lanzan en su campaña a las grandes marcas, como Women’secret, Intimissimi o H&M, para que desarrollen sus propios sujetadores para un solo pecho con más investigación y recursos. De momento, solo Kiabi ha contactado con teta & teta y se han mostrado “muy abiertos” a este proyecto, según Rufilanchas.
No reconstruirse el pecho también es una opción
El cáncer de mama es el segundo en incidencia en España, detrás del cáncer colorrectal, según un informe de la Asociación Española Contra el Cáncer. En 2019, fueron diagnosticados 33.307 nuevos casos en el país.
De acuerdo con datos de 2015 de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, algo más de un 64% de los casos de cáncer de mama acaban en una mastectomía. Pero solo un 30% de estas pacientes pasan por una reconstrucción mamaria. Es decir, muchas de las mujeres que pasan por el cáncer de mama empiezan una nueva vida con un solo pecho. Los motivos pueden variar, como explica Idoia Miranda: “Muchas decidimos no hacer la reconstrucción porque los resultados no son los esperados o porque no queremos volver a entrar en quirófanos por algo que no sea estrictamente necesario”.
Por eso es la idea de que existan opciones que puedan dar comodidad a las mujeres que después de una intervención quirúrgica por causa de un cáncer de mama siguen utilizando sujetadores. Para Miranda, Lola es importante porque es una forma de normalizar, visibilizar y quitar un poco de presión por la reconstrucción del seno después de una mastectomía.
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