Richard Angell era uno los clientes desalojados de urgencia de un restaurante de Borough Market en Londres durante los ataques de la noche del sábado, en el que fallecieron al menos siete personas. A la mañana siguiente, regresó al establecimiento para pagar la cuenta de la cena que dejó a medias. Un cordón policial le impidió hacerlo, pero asegura que regresará cuando el local reabra sus puertas.
"Hay que pagar la cuenta y dar una propina a los camareros. Cuidaron de nosotros cuando deberían haber mirado por ellos mismos. Además, era una buena comida y quiero disfrutar del resto de mi segundo plato", ha declarado Angell a la edición británica de Buzzfeed. "Si tienen problemas con que sea gay y que salga a tomarme un gin tonic con amigos para tontear con otros hombres, voy a seguir haciéndolo", aseguró Angell en una entrevista para BBC.
El británico, director de un laboratorio de ideas conectado con el partido laborista llamado Progress, defiende que sus compatriotas deben mantener la normalidad y mostrarse vitales y positivos: "Esta gente no debe ganar. Borough Market es uno de mis lugares favoritos en la mejor ciudad del mundo. No voy a permitir que actos barbáricos de gente cobarde minimicen eso".
Angell explica que se encontraba cenando con amigos en este popular mercado gastronómico de Londres. De repente, el equipo de seguridad del recinto pidió que cerraran las puertas del local y que todo el mundo se protegiera bajo las mesas. Desde su posición cercana a la salida del establecimiento pudo ver cómo salían algunas personas del restaurante de al lado cubiertas de sangre. La policía llegó en pocos minutos y, tras escucharse varios disparos, comenzó a desalojar a todos los comensales, relata este testigo del suceso.
La sociedad británica responde a la oleada de atentados que está sufriendo el país en las últimas semanas demostrando que el terrorismo no va a lograr instaurar el miedo en sus vidas. Miles de personas acudieron el domingo por la noche a un nuevo concierto de Ariana Grande en Mánchester.
La prensa británica presenta la actitud de Angell como un símbolo de la actitud desafiante que la sociedad británica está mostrando ante el terror. También se ha popularizado la imagen de otro de los clientes del Borough Market que se negó a separarse de su cerveza mientras huía de la zona.
People fleeing #LondonBridge but the bloke on the right isn't spilling a drop. God Bless the Brits! pic.twitter.com/ceeaH0XxeX
— Howard Mannella (@hmannella) 3 de junio de 2017
"Gente huyendo, pero al tipo de la derecha no se le cae ni una gota. ¡Que Dios bendiga a los británicos!
Uno de los muchos tuits que recogen la escena, considerada un ejemplo de "resistencia londinense", se ha compartido más de 35.000 veces y cuenta con más de 109.000 "me gusta".
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