La cabra de la legión (en realidad, carnero) es una de los protagonistas indiscutibles del desfile de las fuerzas armadas. Todas las galerías de fotos de la jornada recogen alguna imagen suya, pasando delante de autoridades y militares sin inmutarse. Su presencia es objeto de expectación, comentarios, elogios y, también, chistes.
¡La cabra! pic.twitter.com/bd18EDwJj2
— Rubén Vique (@rubenvike) October 12, 2014
¿Y por qué ha desfilado la VII Bandera de la Legión con este carnero? Como explica José Luis Rodríguez Jiménez, autor de ¡A mí la legión!,los cuerpos de ejércitos coloniales siempre han mostrado preferencia por las mascotas de los países donde se han instalado. Así, los legionarios adoptaron primero a los monos de la zona de Ceuta, para después pasar al mono de Gibraltar. También el arruí, carnero del norte de África, y los loros, “siempre bien adoctrinados para decir las palabrotas más soeces y brutales”, además de jabalíes e incluso un oso.
— Legión Española (@legionespanola) November 11, 2012
La legión no es el único cuerpo que tiene mascotas: ejércitos y regimientos de todo el mundo cuentan con ellas. Por ejemplo, los húsares reales británicos tienen un caballo, mientras que dos ponis son las mascotas de los paracaidistas del mismo país. La Arrsepedia, una wiki sobre el ejército británico en tono humorístico, asegura que la mitad de estas mascotas se llaman Baldrick en honor al torpe personaje de la serie La víbora negra.
Los batallones australianos han contado, cómo no, con canguros, mientras que los canadienses han tenido osos, perros, coyotes e incluso un castor.
Los militares estadounidenses (en especial los marines) han optado tradicionalmente por bulldogs, incluyendo al sargento Stubby, un Boston bull terrier que capturó a un espía alemán durante la Primera Guerra Mundial y que fue el primer perro al que se le otorgó rango militar.
También podemos citar a Wojtek, un oso que luchó en la Segunda Guerra Mundial como ayudante de artillería de un regimiento polaco, llegando a participar en la batalla de Monte Cassino, donde contribuyó a la victoria aliada acarreando obuses de 50 kilos.
Algo menos ajetreada ha sido la carrera militar de Nils Olav, mascota y coronel de la guardia real noruega, con residencia en el zoo de Edimburgo y nombrado caballero en 2008 por el rey Harald V.
Hay que añadir que el uso de mascotas no está exento de controversia. En septiembre se conocía que el círculo Podemos de las Fuerzas Armadas proponía su prohibición. De hecho, no son pocos quienes aborrecen este término, “mascota”, ya que supone tratar, explican, al animal como si fuera un objeto.
En todo caso, hoy hemos visto un año más a la cabra de la legión, trotando ajena a todo lo que simboliza para unos y otros.
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