Hay anuncios de televisión con los que te ríes, otros que producen una soporífera indiferencia y otros que, sencillamente, te cambian la vida. Esto fue lo que le ocurrió a Christian McPhilamy, un niño de 6 años de Melbourne, Florida, que tras ver un comercial de St. Jude, un hospital infantil sin ánimo de lucro, decidió que él también podía hacer algo para ayudar a niños con problemas. ¿Su idea? Dejarse el pelo largo para donarlo a Children With Hair Loss, una asociación benéfica que provee de cabello a jóvenes que lo han perdido en tratamientos médicos. Dos años después, tras aguantar burlas por parte de niños y chantajes por parte de adultos, el chaval ha logrado su objetivo.
Donar cabello a Children With Hair Loss no es una tarea fácil, y menos para un niño: el pelo ha de medir un mínimo de 8 pulgadas (unos 20 cm), lo que supone un largo proceso de crecimiento que McPhilamy tuvo que llevar con estoicismo: “Él ha soportado una gran cantidad de críticas, e incluso acoso, durante todo este tiempo”, explicaba su madre en Facebook. “Algunos compañeros lo llamaban ‘chica’, y algunos entrenadores o amigos de la familia le instaron a cortárselo y hasta le ofrecieron dinero por hacerlo”. A pesar de ello, su madre ha querido insistir en que “sus amigos y profesores de la escuela sabían lo que estaba haciendo y le apoyaron”, y que ésta “no es una historia sobre bullying, sino de la bondad y el amor por los demás que tienen los niños”.
McPhilamy no solo no cedió a los chantajes durante todo este tiempo, sino que, además, “siempre se tomó su tiempo en explicar a todos [los que se metían él] por qué había tomado la decisión de dejarse crecer el pelo”. Dos años después, el joven logró superar con creces los 20 cm necesarios para la donación: finalmente, fueron cuatro coletas de 26 centímetros lo que McPhilamy consiguió para la asociación.
Tras su paso por la peluquería, que tuvo lugar el 20 de mayo, fue su madre la que compartió la historia en redes, que ha acabado haciéndose viral tras aparecer en medios como Florida Today o Daily Mail. La publicación de su madre en Facebook alcanza ya los 750 compartidos y, entre los comentarios, se encuentran algunos como el de Brittany MacQuarrie, una enferma del St. Jude, el centro que fuera la inspiración de McPhilamy, agradeciéndole el gesto. “Siempre estaré orgullosa de él”, concluía su madre la publicación. Es para estarlo.
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