18 frases que dices a menudo y salieron de un anuncio

Aceptamos latiguillo publicitario como frase cotidiana: la influencia de los anuncios en nuestra forma de hablar

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Parece mentira, pero no todo lo que decimos en nuestra vida diaria son latiguillos popularizados por José Mota o Chiquito de la Calzada, ¿te das cuen? Como manifestación de la cultura popular, los creativos publicitarios también han inventado frases en sus anuncios que han acabado calando en la gente. Tanto que, a pesar de la fugacidad propia de los anuncios, las repetimos con frecuencia años después.

Aquí traemos 18 frases que dices a menudo y surgieron de un anuncio:

1. Aceptamos barco como animal acuático

Muy utilizada dentro de los matrimonios, es una frase que usamos cuando no queremos seguir discutiendo, pero tampoco dar la razón al otro. Los amigos del anuncio, en lugar de comprar su propio juego, se veían obligados Navidad tras Navidad a aceptar barco como animal acuático. Y pulpo como animal de compañía.

Curiosamente, el éxito de esta frase en España no tiene su réplica en otros países. En el original estadounidense el dueño del juego obligaba a aceptar la pulcritud (neatness) como enfermedad (disease). Y rinoceronte como animal de granja. Sí, yo también he pensado en Sheldon Cooper.

2. Pues va a ser que no

Quién no le ha dicho eso a un amigo o deseado decírselo a su jefe. El que tal vez sea el latiguillo más famoso de la era publicitaria reciente nació como una campaña de Digital+ con muchísimas versiones y tuvo múltiples consecuencias: que a todos los creativos les pidieran pensar un anuncio con un chascarrillo que se hiciera igual de famoso y que María Isabel, la de Antes muerta que sencilla, lanzara una canción con la frase.

3. Mi primer Loquesea Chispas

La vida está llena de primeros momentos y todos tienen el apellido Chispas. Desde que este anuncio de principios de los 80 nos presentó una nueva colonia para casi adolescentes, su jingle se grabó a fuego en nuestro cerebro. No hay más que mirar un momento en Twitter para confirmar el vigor con el que aún celebramos nuestra primera vez en lo que sea.

Ah, buena suerte tratando de quitarte la melodía del anuncio durante el resto del día.

4. Ahora pido Casera, y como no hay...

En esta prodigiosa serie de anuncios, la gaseosa La Casera aprovechaba una campaña anterior, actualizándola. La gente pedía una Casera en un lugar y si le respondían que no la tenían, se iba (fuera un restaurante de postín o un avión en pleno vuelo). Frase usada cuando no quieres hacer algo pero estás obligado.

5. Pa habernos matao

Secuela de los anuncios anteriores, en este maravilloso spot destacaba la frase desmayada del náufrago al ser rescatado, “Pa habernos matao”, que hizo rápida fortuna y se usa al sobrevivir a dificultades a priori insuperables. Una curiosidad: la voz del náufrago es la de un experto en frases mil veces repetidas, la de José Luis Gil, el actor que interpretó en Aquí no hay quien viva a “Juan Cuesta, presidente de ésta nuestra comunidad”.

6. ¿Y el Madrid qué? Otra vez campeón de Europa, ¿no?

Este anuncio de Mitsubishi Montero está lleno de momentos memorables, pero es en el postpack (así se llama la pequeña escena que hay en algunos anuncios tras el bodegón del producto) donde se halla la frase que repite la gente. Da igual que el Madrid haya sido campeón de Europa tres veces después de la primera emisión de este anuncio: si eres madridista, puedes estar seguro de que la vas a escuchar unas cuantas veces más en la próxima eliminación europea.

7. Porque yo lo valgo

Con más de 40 años, el "porque yo lo valgo" de L’Oreal es quizá el eslogan en activo más antiguo. Hasta su aparición, los anuncios de cosméticos se basaban en prometer que con ellos tu marido te querría más o los chicos te harían más caso. Por primera vez en la publicidad una mujer hablaba de sí misma (sin necesidad de un hombre como portavoz) y lo hacía para decir que ella valía la pena. Fue un mensaje revolucionario, histórico, que cambió por completo las reglas de la publicidad de cosméticos.

La frase ha tenido tal impacto que hasta Jason “No me cabe más testosterona” Statham la pronuncia en la película Los mercenarios, tras darle una somanta de palos a un tipo y sus amigos.

8. El algodón no engaña

El algodón no engaña es nuestro Elemental, querido Watson. Un mayordomo llamado Tomás pero con cara de llamarse Jeeves aparecía por sorpresa en cuanto uno pensaba que había terminado de limpiar el baño para demostrar que no. La voz del mayordomo era del actor de doblaje Joaquín Díaz (voz de Jack Lemmon, Peter Ustinov y Benny Hill, entre otros); su cuerpo, el de Peter Bland, un actor inglés con una notable carrera poética.

Tuvo hasta parodia de Martes y Trece, por supuesto.

9. De qué vas, Bitter Kas

Pertenece al repertorio de tu suegro o tu cuñado, junto a Digamelón y Efectiviwonder. Y tú la vas a decir. A lo mejor piensas que no, pero sí, la vas a acabar diciendo en un descuido.

10. Si bebes, no conduzcas

Hablando de Stevie Wonder, hay que ser muy genio o muy loco para elegir a un hombre ciego que se mueve siempre con chófer (ambos sin cinturón de seguridad) para dar consejos de seguridad vial. Pues funcionó. La muletilla se popularizó y aún se dice a lo largo y ancho de España, tratando de imitar el acento del genio de Michigan (si bebesss, no conduscas).

11. ¿Y mi kimono, quiá?

Los anuncios de detergentes suelen ser poco memorables, pero este está lleno de frases estupendas. Además del “¿Y mi kimono, quiá?” ganaron fama “Estoy hasta el… kimono de tanto frotar” y “El frotar se va a acabar”.

12. Tenemos chica nueva en la oficina

Otro de esos jingles que se te meten por dentro y no te abandonan jamás. Su “Tenemos chica nueva en la oficina” sigue sonando en todas las oficinas de España cuando entra alguien nuevo a trabajar.

13. Tú pasa el Pronto y yo el paño

Una frase que aún se usa habitualmente para repartirse las tareas. Si no intentaste hacer esto de niño, no tuviste infancia, aunque a cambio tal vez aún mantengas los dientes. El secreto de cómo aterrizaba la ejecutiva es uno de los mejor guardados de la publicidad española.

14. ¿A que se lo digo a mi primo?

La eterna lucha entre David y Goliat que vivimos a diario nos ofrece múltiples oportunidades para decir lo mismo que decía el niño del anuncio: ¿a que se lo digo a alguien que es mucho más fuerte que tú?

El drama de poder seguía luego en la bolera.

15. Be water, my friend

El inesperado éxito de este anuncio de BMW con Bruce Lee hizo que incorporáramos a nuestro repertorio la frase de "be water, my friend", aunque no para aconsejar adaptarnos a las circunstancias, sino más bien para pedir tranquilidad y no estresarse. Para lo mismo que servía el siguiente ejemplo.

16. Me estáis estresando

Hay que pronunciarla con acento caribeño o pierde todo su efecto calmante.

17. Andá, la cartera.

Siempre que se te olvida algo lo acabas diciendo. Sobre todo si es la cartera, claro. Pero si no, puede que también la pronuncies.

18. ¡Guerra a la vulgaridad!

No, por desgracia este añejo anuncio de Pilé 43 no logró poner de moda la frase “¡Guerra a la vulgaridad!” ni “Todos toman combinaciones vulgares”. Pero para remediar este imperdonable error está Verne. ¿No sería precioso que de aquí a un año todos dijéramos con cierta frecuencia una de estas hermosas frases?

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