Las etiquetas de la ropa son cada vez más largas: tres o cuatro tiras con información sobre cómo lavar y cuidar la prenda, todo en varios idiomas y alfabetos, además de un par de botones de repuesto y, a veces, otra tira con la alarma. Las etiquetas pican, molestan y son objeto de críticas y bromas tanto en bares como en redes sociales. Por ejemplo:
Acabo de hacerme una funda para el nórdico con las etiquetas de una camiseta de Zara.
— El Humanoide (@ElHumanoide) marzo 1, 2013
Me compré una manta en Zara, pero no la uso: me tapo con las etiquetas
— Quique Peinado (@quiquepeinado) diciembre 6, 2014
Lo bueno de Zara es que si te compras una camiseta te puedes hacer otras cinco con las etiquetas que lleva cosidas.
— Pepita Pulgarcita (@Pipapulgarcita) noviembre 17, 2014
Con la etiqueta de un cojín de Ikea me he hecho dos sábanas bajeras y una funda para el nórdico.
— María Corrales (@maria_corrales) octubre 3, 2013
En las etiquetas interiores de la ropa de Zara van los consejos de lavado, la composición de la prenda y el último informe para accionistas.
— Raquel Sastre.Cómica (@raquelsastrecom) octubre 25, 2011
Señor Zara, si no le importa, envíeme la información en un PDF en vez de poner en los calzoncillos semejante racimo de etiquetas.
— La Oreja de Van Gogh (@laorejadevgogh) junio 11, 2013
Amancio Ortega publicará sus memorias en las etiquetas de las camisetas de Zara: http://t.co/QD3N2KuITk
— El Mundo Today (@elmundotoday) marzo 5, 2015
¿Sabéis en qué caseta estará Amancio Ortega firmando etiquetas?
— Lucía Taboada (@TaboadaLucia) abril 23, 2013
La ropa de Zara es baratísima! Compras 3 calzones de niña y te dan etiquetas para confeccionar un impremeable pic.twitter.com/4qeq2ZO5nB
— Zaida (@zai_tuit) noviembre 6, 2013
Sí, la principal damnificada por estos comentarios es Zara, la empresa del grupo Inditex, así que les hemos preguntado por qué son tan largas. Y nos cuentan que además de la información para el cuidado de la prenda, estas etiquetas “deben cumplir con la legislación específica de los 88 mercados en los que estamos presentes, que regulan no solo el contenido informativo de las etiquetas, sino también otras cuestiones como la localización de esa información”.
En Mango añaden que “en algunos casos hay países que nos obligan a disponer de modo permanente y visible una serie de información, ya sea para pasar la aduana o ya sea para consumo. En otros casos se estima que comercialmente es una ventaja que cierta información figure en las etiquetas”. La empresa procura que “todo lo que no sea obligatorio se etiquete en tiendas" y se imprima junto con el precio.
No parece que haya solución: la normativa y la exportación obligan a este prolijo etiquetado. Al menos son útiles si vas en autobús y no tienes nada que leer. Los personajes son planos y la trama es floja, pero algo es algo.
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