Deliberadamente cutre y barato. El tráiler de Jurassic World de Matthew Potter costó 50 libras, unos 70 euros, pero muchos sospechan que 40 de ellas se invirtieron en las cervezas del final del rodaje. El británico colgó hace unas semanas el vídeo en YouTube y ha atraído 740.000 visitas hasta el momento. Él mismo comenta a Verne que hubo cervezas, pero quedaron fuera de ese minúsculo presupuesto. En Fresno (California), Bryan Harley y Roque Rodríguez llevan años haciendo lo mismo que Potter ante millones de espectadores bajo el nombre Dumb Drum. Su último tráiler casero es el de Star Wars: The Force Awakens (800.000 veces en cinco días). Con sus vídeos reviven el fenómeno de las suecadas.
Una suecada es una versión precaria y hecha por aficionados de una película de éxito o de alguno de sus trailers. El reto de recrear los efectos especiales de grandes producciones de Hollywood estimula a sus creadores."La primera razón por la que lo hacemos es porque somos adictos al cine -cuenta a Verne Bryan Harley por correo electrónico-. Nos enamora la naturaleza artesanal de este tipo de películas y el hecho de que nada es imposible a la hora de rodarlas".
Esta fiebre nació con una película mucho más pequeña que las sagas de La guerra de las galaxias o Parque Jurásico. Hace siete años, la comedia Rebobine, por favor, del francés Michel Gondry, supuso una conmovedora e ingenua declaración de amor al arte del cine. También fue una de las primeras modas del entonces recién nacido YouTube. Aunque rodadas en varios idiomas, los diálogos suelen ser lo de menos en estas grabaciones. Los materiales los encuentran en sus casas y, si tienen que comprar alguno, lo hacen en tiendas de todo a un dólar.
En la comedia de Gondry, el actor Jack Black interpreta a un tipo que queda imantado por accidente y se carga todas las películas VHS del videoclub de su barrio. Para solucionar el desastre que llevará al negocio a la bancarrota, decide volver a grabar con sus amigos todas y cada una de las películas en versión casera. Reviven desde Cazafantasmas a Robocop con los medios posibles, que son bastante precarios. El éxito es inmediato, así que deciden cobrar el alquiler de las cintas más caro, argumentando a sus clientes que las grabaciones vienen de Suecia y tardan mucho en llegar a la tienda. De ahí el término sweded movie (película suecada).
Todos hemos agarrado alguna vez en nuestra vida la videocámara familiar para montar nuestra propia película, aunque para algunos ha sido el primer paso hacia la gloria cinéfila, como le ocurrió a Michel Gondry. El director de Olvídate de mí comenzó en su infancia rodando películas caseras en casa de su tía, recuerda el documental inédito en España The Thorn in the Heart.
Así es como el francés empezó a canalizar su amor por los efectos especiales de deliberado aire retro que definen muchas de sus películas y vídeos musicales. "De pequeño quería ser inventor, tenía millones de ideas que quería hacer realidad. No era muy buen estudiante, así que eliminé la parte científica del oficio y me quedé con la creativa. Cuando aprendí a usar una cámara descubrí que también se podía inventar con ella", nos contaba Gondry el año pasado mientras presentaba su documental animado sobre Noam Chomsky, Is the Man Who is Tall Happy?
Muchos otros inventores o cineastas aficionados no hicieron carrera de ello, pero encontraron sus quince minutos de fama en YouTube, colgando sus propuestas después de que Gondry invitara a la suecada creando él mismo un tráiler casero de su Rebobine, por favor. El británico Matthew Potter, autor del Jurassic World suecado, adora la película: "Solía trabajar en un videoclub antes de que cerrara y me siento muy identificado", nos cuenta por email. Lo más complicado para él fue coordinar las agendas de sus amigos para poder rodar en el tiempo libre que les deja sus obligaciones laborales. Ya preparan una nueva grabación para el mes que viene, también dedicada ala nueva película de La guerra de las galaxias.
Una de las producciones más famosas de este género es la de Terminator 2 (casi 1,2 millones de reproducciones) o la de la más reciente entrega de Los Vengadores, hecha por los propios Dumb Drum, quienes ya esperan "con paciencia" el trailer de Captain America: Civil War para hacer su propia versión, dicen. Su gran momento de gloria llegó cuando Guillermo del Toro comentó lo que le parecía el trailer que habían hecho de su película Pacific Rim.
El género ha parido incluso algún que otro clásico. Flooding With Love for the Kid, de apenas cien dolares de presupuesto y rodada en un minipiso de Manhattan, es un filme de Zachary Oberzan considerado "una obra maestra de la ingenuidad" por el New York Post. Logró en 2010 una calificación perfecta del cien por cien en la web especializada en recopilar criticas cinematográficas Rotten Tomatoes. La cinta se inspira en la novela de David Morrell, First Blood, que a su vez fue el germen del Rambo de Sylvester Stallone. Time Out, Variety y Salon prestaron atención al filme y también lo alabaron. El Resplandor y, por supuesto, Regreso al futuro, también tienen sus propias versiones amateur.
A día de hoy las suecadas siguen siendo objeto de culto y tienen su propio festival de cine, Swedfest, organizado por los Dumb Drum y cuya edición del 2015 se celebró hace unos días en Fresno (California). Como el propio manifiesto de las suecadas defiende, la calidad artística de estos vídeos es lo de menos. De hecho, el festival suele proyectar las primeras 20 grabaciones que reciben. "Nos llegan peticiones de todos los países: Estados Unidos, Corea del Sur Filipinas y muchos otros. No lo tomamos como una competición y no buscamos ganadores y perdedores", explican sus responsables.
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