El próximo sábado, a eso de las 20.45, Madrid será, casi con toda seguridad, una ciudad semidesierta y con la vista puesta en Milán. Millones de personas estarán para entonces en un bar, en casa de un amigo, de la familia o en cualquier lugar con televisión. El padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, tampoco verá el partido solo: lo hará en la Iglesia de San Antón, a doble pantalla, y acompañado de un centenar de personas sin hogar a las que ha invitado a seguir la final de la Champions League entre el Real Madrid y el Atlético.
La sacristía de la parroquia se ha habilitado para los sintecho en otras ocasiones especiales como la cena de Nochebuena y lo hace ahora también con motivo del partido del año para los madrileños futboleros. "Quienes no tienen a donde ir en Navidad, tampoco un día como este en el que lo normal es reunirte en casa de alguien para ver el partido", dice a Verne el padre Ángel por teléfono. "Es cierto que también lo ponen en los bares, pero hay que recordar que hay gente que no tiene ni siquiera un euro para comprarse un café", añade.
El párroco explica que contarán con la ayuda del local de UGT situado frente a la parroquia. "En la sacristía solo entramos unas 100 personas, pero habitualmente se acercan a nuestras instalaciones a recoger comida unas 300, 400 personas, así que los que no entren aquí podrán seguir el partido desde sus salones".
La retransmisión del partido no afectará al desarrollo habitual de las misas del templo -que también pueden seguirse por streaming a través de la web de la parroquia-. Se mantiene la de las siete de la tarde y después del partido todo volverá a la normalidad: "Tenemos, como cada día, una misa programada para las 12 y se mantendrá porque además algunos tendrán mucho que agradecerle al santo", bromea el padre Ángel.
Y si tiene que elegir ¿San Antón con quién se posiciona? ¿Con el que nunca ha ganado una Champions o con el que tiene 10 trofeos? "Yo creo que lo va a tener muy difícil para mojarse", responde, "y yo tampoco lo hago porque soy del Oviedo, pero igual este año a los seguidores del Madrid no les importa tanto si es el Atleti el que se lleva la copa".
El párroco explica que los sintecho están muy ilusionados con la cita y que él también seguirá el partido a través de las pantallas habilitadas en la sacristía: "Igual ahí, cuando me dejo llevar por la emoción, sí se me nota un poco más con quien voy". Como ocurre en el resto de la ciudad los aficionados están muy divididos. "Hay de todo", señala, "pero los seguidores rojiblancos son mayoría. Ellos dicen que son los sufridores de la sociedad, los que nunca ganan nada como el Atleti".
Pase lo que pase en Milán, la copa de campeón de Europa visitará la parroquia de San Antón. Al menos, así se lo han prometido los presidentes de ambos clubes al párroco: "Los llamé a los dos por teléfono cuando se clasificaron para la final y así se lo pedí", recuerda, "porque no solo tienen que poder besar la copa la alcaldesa o el arzobispo. Todos tienen derecho a disfrutarla". ¿Y si no cumplen su promesa? "Ellos verán, porque el año que viene no ganarán".
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