El patinador olímpico español Javier Raya decidió la semana pasada colgar una foto en Instagram besando a su novio. Desde entonces, muchos han celebrado que una figura del deporte hiciera pública su sexualidad, aunque él asegura que nunca buscó convertirse en abanderado de los derechos LGBT. Sorprendido por las reacciones positivas que ha desencadenado su gesto, celebra que cada vez más deportistas en activo, como el waterpolista Víctor Gutiérrez, hablen de ello con naturalidad, explica a Verne.
"No es que haya salido del armario, simplemente es la primera vez que lo comentaba en las redes sociales. No lo he hecho antes porque hasta ahora no tenía una pareja. Comparto ahora las fotos como lo hacen mis compañeros de residencia que son heterosexuales", comenta el patinador a través del teléfono.
A diferencia de Gutiérrez, que ha concedido una entrevista y ha posado para la revista Shangay, Javier Raya ha utilizado la imagen de un beso para hablar de su homosexualidad. "No analicé en ese momento la fuerza visual que podía tener una fotografía, pero me alegra la repercusión que ha tenido", dice el deportista, que compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014.
Me alegra y me sorprende la gran repercusión que ha tenido mi última publicación.
— Javier Raya (@skateraya) 14 de mayo de 2016
Simplemente… https://t.co/VuaLISDqiK
Aunque solo han pasado unos días, Javier Raya ya ha tenido la oportunidad de colaborar con asociaciones en favor de los derechos de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales. Ojalá una publicación espontánea en Instagram como la mía "pueda ayudar a otros deportistas", desea Raya, quien nunca ha sufrido discriminación en su profesión.
Conoce a otros atletas homosexuales que están fuera del armario en su entorno íntimo, a los que invita a que también lo hagan público "para así normalizar la situación", argumenta. También es consciente de que el patinaje artístico es un ambiente mucho más abierto que los deportes de equipo. En especial que el fútbol, "que suele considerarse de machos", dice.
Aunque sí ha vivido la discriminación en su vida personal, los problemas que enfrenta el patinador en su profesión son los mismos que los del resto de sus compañeros. "Estoy buscando patrocinadores que me permitan entrenar en Toronto, donde ya viví durante unos meses", cuenta el olímpico español.
Tiene las miras puestas en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Pyeongchang (Corea del Sur). "La Federación española ayuda en parte, pero para el resto de financiación tienes que recurrir a tus padres. No es plato de gusto estar dependiendo de ellos para hacer lo que te gusta y representar a tu país", lamenta.
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