Una de las protagonistas de la semana en redes sociales ha sido una madre que, al grito de "Ni Periscope ni hostias", abroncaba a su hija y a una amiga de esta porque estaban viendo un desnudo masculino a través de Periscope, la herramienta de Twitter para la transmisión de vídeos en directo.
ESTOY LLORANDO pic.twitter.com/Qp2nUS6v2l
— Jorge (@Voldage) 18 de julio de 2016
La expresión se hizo un hueco entre las más citadas en Twitter y un tuit difundido por el usuario @Voldage, que incluía el vídeo de la escena, ha alcanzado casi 8.000 retuits, siendo el más compartido sobre el tema desde una cuenta personal. En esta cuenta de YouTube, el vídeo roza las 800.000 reproducciones y supera los 1.300 comentarios. Hasta la Policía Nacional lo ha utilizado para recordar a los padres que supervisen el uso que hacen los hijos de las redes sociales.
#IronicModeOn ¡NI PERISCOPE NI HOSTIAS! 😂
— Policía Nacional (@policia) 19 de julio de 2016
Moraleja: Supervisa las #Apps y #RedesSociales de tus hijos, edad de acceso y contenido...
Teniendo en cuenta que, según datos del INE, más de un 26% de los niños de 10 años ya tienen móvil -el porcentaje aumenta a un 63% si hablamos de 15 años-, no está de más conocer las herramientas a tu disposición antes de gritar a tu hijo "¡Ni Periscope ni hostias!".
Todo lo que internet sabe de ti
En este caso, de ellos. Con cada nueva cuenta y publicación, hay un montón de datos detrás que pueden estar al alcance de cualquiera. Es importante transmitir la idea de que, incluso en redes sociales que se presentaban como lugares de contenido fugaz (como Snapchat), nada desaparece de manera definitiva. En internet, todo se archiva. Y todo lo que se publica es susceptible de convertirse en viral, como la señora del Periscope.
Casi todas las redes sociales permiten configurar la privacidad. Lo primero que habría que saber es si las cuentas son públicas o cerradas solo para los contactos y amigos a los que han aceptado previamente. Cuanto más privadas, más seguras y hay menos posibilidades de que otros las compartan y acaben en los teléfonos de todo el mundo. Muchas veces es necesario vincular las cuentas a un teléfono o mail, pero eso no significa que tengan que ser públicos; casi siempre se pueden ocultar. Lo mismo con las fotos de perfil, incluso en WhatsApp.
También está bien revisar sus opciones de geolocalización, que pueden aparecer por defecto, sobre todo al subir fotos. Respecto a las imágenes, también se puede controlar si alguien puede o no etiquetarte.
La única manera de saber a qué se enfrentan los menores es teniendo una actitud abierta ante las tecnologías que utilizan sin demonizarlas. E incluso abrirse una cuenta. La diferencia de edad o "esto me ha pillado muy mayor" no son excusas. Esto te permitirá, además, seguir a tus hijos y conocer de primera mano el uso que hacen de las redes. Para aquellos padres que se sientan perdidos, existen guías como esta para Instagram de la asociación Protégeles. La Agencia Española de Protección de Datos tiene la página web Tú decides en Internet, con varias guías para padres, profesores y menores.
Pero ojo, no pensemos que internet es solo Facebook o Twitter. Hay otras muchas redes sociales y webs menos conocidas, que salen continuamente y donde los menores publican su información, como ask.fm o Curious Cat.
Educar en la responsabilidad
Las herramientas de control parental pueden ser muy útiles pero, aunque parezca obvio, lo que mejor sigue funcionando es la educación y la confianza:
- Llega a acuerdos: En el tiempo de uso del teléfono y las redes sociales. Se trata de una negociación. Tanto que el equipo de Redes Sociales de la Policía Nacional incluso ha redactado un modelo de contrato entre padres e hijos "por un buen uso del móvil, tablet y ordenador".
- Trabaja la confianza: Puede que sea el punto más importante de todos. En el caso de menores que han sufrido situaciones de acoso en redes sociales, la confianza para comunicárselo a la familia y denunciarlo es clave. Si desconoces términos como Grooming, sexting y ciberbullying, comienza por informarte. Las cifras sobre acoso en internet en España son confusas, como reconoce en esta entrevista el jefe de delitos informáticos de la Ertzaintza: "Es imposible saber los casos reales de acoso sexual por Internet". El estudio de Save the Children Yo a eso no juego, concluye que un 6,9% de los encuestados admite haber sufrido ciberacoso.
Herramientas para el control parental
Al mismo tiempo en que se trabaja la educación sobre redes sociales, los padres cuentan con un grupo nutridos de aplicaciones que les permiten supervisar la actividad de sus hijos en redes sociales.
- Norton es un conocido antivirus que también ha lanzado una aplicación, Norton Family, que ayuda a los adultos a controlar el uso que sus hijos hacen de las tabletas y teléfonos inteligentes. Permite consultar el histórico de las páginas vistas, los periodos de tiempo de uso o la monitorización de redes sociales, además de restringir las páginas web que deseen.
- Más enfocada en adolescentes, Screen Time registra el tiempo que los hijos pasan en cada una de las aplicaciones del dispositivo electrónico y permite regular los minutos disponibles al día a través de un temporizador. Está disponible en Android e IOS.
- Ignore no more es una aplicación más taxativa, ya que permite bloquear el móvil del hijo a distancia. Cuando eso ocurre, aparece una pantalla en negro y la funcionalidad del teléfono solo se puede restaurar si el joven llama a uno de los contactos de una lista restringida, seleccionada previamente por los padres, que sí están disponibles a pesar del bloqueo. Es una herramienta disponible para Android e IOS.
- La app Life360 geolocaliza un teléfono o tableta. Permite a los hijos notificar a los padres dónde se encuentran de forma veraz y a los padres controlar cuándo los niños salen del colegio o si han ido directamente a casa, por ejemplo. También tiene versión para IOS y Android.
- Mobil Fence desactiva si se desea el uso de herramientas como la cámara o el bluetooth, y de algunos de los números de la agenda de contactos. Además, monitoriza los mensajes, de forma que detecta determinadas palabras violentas en los mensajes que recibe el niño y avisa al adulto al instante, para así prevenir posibles casos de ciberbullying.
- La semana pasada se lanzó la aplicación YouTube Kids. Se trata de la versión para niños de la famosa plataforma de vídeos que ha sido concebida con criterios de control parental. En ella, no hace falta registrarse, para que el menor no pueda introducir ningún dato personal, ni es posible subir vídeos ni escribir comentarios. El adulto tiene la opción de activar o desactivar la opción búsqueda, lo que limita el catálogo de vídeos a los que aparecen en la pantalla de inicio.
¿Qué es exactamente Periscope y cómo podemos controlarlo?
Periscope es una aplicación que permite a sus usuarios la transmisión de vídeos en directo a través de Twitter, así como su posterior visionado hasta que han transcurrido 24 horas de su emisión. Es equiparable, por ejemplo, a Facebook Live, la versión que ha lanzado Facebook con el mismo objetivo. Al mismo tiempo en que ven el vídeo, otros usuarios pueden ir dejando comentarios, como los que van saliendo durante el vídeo que abre este artículo. El pasado mes de marzo, Periscope cumplió su primer año de vida y ya acumulaba más de 200 millones de emisiones en directo.
El propio origen de esta herramienta demuestra que sus finalidades pueden ser de lo más variopinto. La idea surgió en el verano de 2013 cuando Kayvon Beykpour, uno de sus creadores, planeaba un viaje a Estambul. Días antes habían estallado las primeras protestas y manifestaciones en la plaza Taksim, a pocos metros del hotel que había reservado. Buscó información sobre lo que sucedía , pero solo encontró, según relata Wired, las imágenes más duras y sensacionalistas. ¿Qué estaba pasando a pocos metros de su hotel? Si en esa plaza había personas con teléfonos con conexión a internet, ¿por qué nadie lo contaba en directo? La herramienta nace, pues, de un esfuerzo por hacer más accesible la información sobre un suceso, aunque es inevitable que también haya usuarios que lo utilicen con fines inapropiados.
Periscope fue adquirido por Twitter a principios de 2015, cuando aún estaba en su fase preliminar, a cambio de 100 millones de dólares. Esto hizo que Periscope entrase a formar parte de una red social que cuenta con 310 millones de usuarios activos mensuales. Y cada uno de estos usuarios es un potencial emisor de vídeos en Periscope, así como un potencial espectador para los vídeos que emitimos. Esto hace que los riesgos sean bidireccionales.
Por un lado, es posible que los menores, al retransmitir un vídeo, revelen inconscientemente detalles sobre su ubicación. También es posible que un vídeo emitido se convierta en viral y sus consecuencias se vuelvan incontrolables, como en el caso de la señora que reprende a su hija. Del mismo modo, los emisores también quedan expuestos a recibir comentarios ofensivos durante la retransmisión. Con el fin de evitar esto último, los responsables de la aplicación habilitaron el pasado mes de junio la opción de moderar los comentarios.
Por otro lado, como espectadores, al tratarse de una aplicación de vídeos en directo es imposible controlarla en tiempo real, de modo que todos los usuarios, incluidos los menores de edad -la edad mínima para su uso en España es de 13 años-, quedan expuestos al visionado de contenidos inapropiados. En esos casos, solo queda la opción de denunciarlos a posteriori, por ejemplo, haciendo uso del botón "Reportar", localizable en todos sus contenidos (aquí hay una lista más exhaustiva con todas las maneras de denunciar el incumplimiento de las normas de uso por algún usuario).
Pero, ¿es peligroso el uso de Periscope? Como todas estas herramientas, depende del uso que se hagan de ellas, de manera que lo mejor es familiarizarse con su funcionamiento y adoptar las medidas de protección necesarias. Aunque las redes sociales no dejan de incorporar mecanismos de control propios, debido a su naturaleza y a su rápida evolución, estas medidas suelen quedarse cortas a la hora de proteger a los menores de los contenidos ofensivos y de los usuarios malintencionados.
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