26 trepidantes y tremendas palabras con la T

Para saber cuándo te sirven un triache que no es más que un tósigo, en lugar de un café decente

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La T es la séptima letra que encabeza más palabras en el diccionario, el 5,8%, pero la undécima en frecuencia de aparición en los textos (4,63%). Procede de un ideograma egipcio, en este caso uno que representaba dos palos cruzados a modo de señal, parecido a una aspa. En el fenicio es ya una cruz y de ahí se pasa a la tau griega, de donde llega al etrusco y al latín.

Talabarte. Pretina o cinturón, ordinariamente de cuero, que lleva pendientes los tiros de que cuelga la espada o el sable.

Coge la espada; y ya a punto de ceñirse el talabarte, le tiene un momento en sus manos mirándole con amor, contemplándole como se contempla a un ser amado. Esa espada es toda España; esa espada es toda el alma de la raza; esa espada nos enseña el valor, la dignidad, el desdén por lo pequeño, la audacia, el sufrimiento silencioso, altanero.

Azorín, en Castilla.

Talasoterapia. Uso terapéutico de los baños o del aire de mar.

Talcualillo. Que sale poco de la medianía. Dicho de un enfermo: Que va experimentando alguna mejoría.

Tañar. Conocer las cualidades o intenciones de alguien.

Tataradeudo, da. Pariente muy antiguo, antepasado.

Tazar. Estropear la ropa con el uso, principalmente a causa del roce, por los dobleces y bajos. Estropear o destrozar haciendo cortes o mordiendo.

Teísmo. Creencia en un dios como ser superior, creador del mundo.

Telendo, da. Vivo, airoso, gallardo.

Temulento. Borracho, embriagado.

Ignoran que el humo intoxica y no hiere, y que el etilismo intoxica también, y que aquel a quien afecta se le llama ebrio y la retahíla de sinónimos que desde beodo conducen hasta temulento. Pues sí, aunque no se crea, el niño mamado llegó temulento al centro sanitario; cualquier cosa menos herido. Sí que lo estaba, en cambio, aquel desventurado que, según un diario, "resultó herido en dos de sus piernas"; pobre, ¿verdad? Y es suerte que sólo fuera en dos.

Fernando Lázaro Carreter, en EL PAÍS, en 2003.

Tendalera. Descompostura y desorden de las cosas que se dejan tendidas por el suelo.

Teratología. Estudio de las anomalías y monstruosidades del organismo animal o vegetal.

Quiere decirse que la teratología tiene tradición en España. Cela tiene otro cuento de un niño que sospecha que le crecen desigualmente las orejas, y todo el día se las está midiendo, a mano, juntando luego las manos cuidadosamente, para ver la diferencia.

Francisco Umbral, en EL PAÍS, en 1986.

Terebrante. Dicho del dolor: Que produce sensación semejante a la que resultaría de taladrar la parte dolorida.

Una cruz de 150 metros de alto, con brazos de casi 50 metros que tienen una anchura que permite que dos hileras de coches puedan ser aparcados en paralelo en su interior, una altura entre el suelo y la cúpula de dimensiones inhumanas, capillas dedicadas a las vírgenes patronas de los que contribuyeron a la victoria franquista en la guerra, una estética terebrante, un edificio que da miedo.

José María Calleja, en EL PAÍS, en 2011.

Tesela. Cada una de las piezas con que se forma un mosaico.

Timocracia. Gobierno en que ejercen el poder los ciudadanos que tienen cierto nivel de renta.

Tiralevitas. Persona aduladora.

Toba. Pequeño golpe que se da impulsando los dedos índice o corazón con el pulgar.

Tolondro, dra. Aturdido, desatinado. Apl. a pers., u. t. c. s. Bulto o chichón que se levanta en alguna parte del cuerpo, especialmente en la cabeza, de resultas de un golpe.

Tolvanera. Remolino de polvo.

Topolino. Dicho de una chica de mediados del siglo XX: Que seguía la moda, las costumbres y las actitudes del momento. También y dicho de un zapato: De plataforma muy alta y en forma de cuña, usado por las chicas topolinos. Era un coche pequeño y de forma redondeada, fabricado en Italia a mediados del siglo XX.

La chica topolino era la eterna chica española de clase media, con estudios o con ganas de tenerlos, que no creía mucho en toda aquella hierofanía, que había aprendido, con intuición, a distinguir el presente de la actualidad.

Francisco Umbral en EL PAÍS, en 1985.

Toriondo, da. Dicho especialmente de una vaca: Que está en celo.

Tósigo. Veneno, ponzoña. Angustia o pena grande.

Se habla de la terrible resaca del vermú y se habla de ella con razón: nada hay más atroz si el aperitivo se prolonga y con él las dosis del fascinante tósigo.

Pedro Ugarte en EL PAÍS, en 2007.

Triache. Café de calidad inferior, compuesto del residuo o desperdicio de los granos requemados, partidos, quebrantados, etc.

Quien viaja en coche y necesita reconfortarse con un cafelito, tiene derecho a que se lo sirvan auténtico. Sin embargo, qué rayos meten en los pocillos esos Borgia de la carretera para que sus cafés sepan a vomitivo, es un misterio indescifrable. Dicen expertos que son cafés cuneros, triache posiblemente, o con mayor probabilidad guanina, alquitranados además para que su infusión adquiera el color negro característico del mismísimo sieso. Podría ser. Aunque, por su olor y su sabor, parecen igualmente molienda de algarroba, o picón del brasero, o cicuta a granel, o sapos y culebras.

Joaquín Vidal en EL PAÍS, en 1992.

Trincapiñones. Mozo de poco juicio.

Trinquis. Trago de vino o licor.

Tripudio. Baile, danza.

Truismo. Verdad obvia y trivial, perogrullada.

Afirmar que la arquitectura solo existe por la necesidad de construir es un truismo. Mi filosofía personal es que somos constructores, incluso aunque nos acerquemos al tema desde el punto de vista del diseño.

Norman Foster en EL PAÍS, en 2013.

*Texto redactado por Jaime Rubio con aportaciones de Mari Luz Peinado, Héctor Llanos, Gloria Pina, María Sánchez, Pablo Cantó, Anabel Bueno y Lucía González.

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