De dónde vienen los nombres de las Comunidades Autónomas españolas

Conocer su origen, con más de 1.000 años de antigüedad, sirve también para conocer su historia

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Bandera de Galicia, una de las 17 comunidades del país, ondeando en el Pazo de Raxoi. Foto: <a href="https://www.flickr.com/photos/elentir/">Contando Estrellas</a>. Licencia <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/"_self">C.C. 2.0</a>
Bandera de Galicia, una de las 17 comunidades del país, ondeando en el Pazo de Raxoi. Foto: Contando Estrellas. Licencia C.C. 2.0

La distribución por autonomías del estado español es relativamente novedosa desde el punto de vista histórico: fue conformada a partir de 1978 con la llegada de la Constitución y los posteriores estatutos autonómicos. Los nombres de estas comunidades, sin embargo, tienen miles de años de historia, y conocer su origen sirve también para conocer las raíces de la región. Aunque la procedencia de muchas de ellas no está confirmada, existen multitud de teorías sobre su posible origen. Recopilamos las de las nuestras 17 comunidades y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Andalucía: proviene de Al-Andalus, el término con el que musulmanes se referían a la península ibérica durante la Edad Media. El origen de Al-Andalus no es claro y existen varias teorías al respecto: que proviene de Vandalucía, tierra de Vándalos (pueblo que ocupó algunas regiones del sur de España en el s. V); que, como indica el hispanista Ian Gibson, proviene de la expresión goda Landa-hlauts (“tierras de sorteo”, ya que los visigodos distribuían las tierras conquistadas por sorteo) o que es la derivación del griego Atlantis, “isla atlántica”.

Aragón: su nombre procede de uno de los Ríos que nace y transcurre por la comunidad, el Río Aragón. El nombre del río podría provenir de las raíces indoeuropeas Arg o Ter (usadas para designar “fluir” o “río”) ambas utilizadas en el nombre de muchos ríos españoles. Otra hipótesis, escrita por el historiador siciliano Lucio Marineo Sículo a principios del s. XVI en Crónica de Aragón, sostiene que la procedencia es mitológica: Hércules instaló un altar (ara) en un río, donde se celebraban juegos lúdicos (agonales). La fusión de ambas palabras (ara+agonales) dio lugar a Aragón.

Principado de Asturias: el filólogo Xose Lluis García Arias, autor de Toponimia Asturiana, explica que en escritos de la época de la conquista romana aparecen ya las palabras Astures, Asturia y Astura, “que hacen referencia, respectivamente, a un pueblo, al país que habita y a un río importante”. Estas podrían provenir del Indoeuropeo Aitz-Ura, ”agua que brota entre rocas”, o del celta stur, “río”, que también aparece como nombre de otros ríos europeos.

Islas Baleares: en sus Notas sobre la toponimia griega de las islas del archipiélago balear, el especialista en estudios bizantinos Juan Nadal Cañellas explica que “Baleares” proviene de la raíz helena Bal-, “lanzar” o “tirar” (de ella derivan, por ejemplo, bala o balón). Fue denominada así por los honderos que defendían la isla, que lanzaban piedras contra los atacantes.

Canarias: el filólogo e investigador Jairo Javier García explica en Tópica –una colección de artículos para el Instituto Cervantes sobre los orígenes de la toponimia española– que el archipiélago recibe su nombre por la creencia de estas islas eran las Canariae, "perreras" o "con abundancia de perros", que nombraba el historiador latino Plinio en sus relatos. Sin embargo, todavía no es claro que las Canariae de Plinio fueran realmente nuestras Canarias.

Cantabria: el diccionario toponímico del filólogo Xulio Concepción explica que la palabra Cantabria procede del vocablo indoeuropeo kant, “piedra” y el celta briga, “fortaleza”. Kantabriga podría significar “fortaleza de piedra” o “roca fortificada”.

Castilla-La Mancha: las cinco provincias que actualmente conforman esta comunidad autónoma han pertenecido históricamente al Reino de Castilla y, salvo Guadalajara, todas pertenecen a la región natural de La Mancha. La designación "Castilla-La Mancha" proviene de la actual división autonómica, así que se trata de un topónimo moderno. Este es el origen de las diferentes partes de la denominación:

  • Castilla: La teoría más extendida sobre la procedencia de "Castilla" es que es que proviene del latín castellum, diminutivo en latín de castrum, que significa literalmente fortaleza o campamento militar y que podría interpretarse como "tierra de castillos". Sin embargo, algunos investigadores como Enrique Cabrejas consideran que esta hipótesis es errónea. En El origen de Castilla, este historiador e investigador del lenguaje sostiene que el nombre proviene del celtíbero Ka-Stil-La, cuyas tres partes significan, respectivamente, "un lugar", "torre" o "columna" y "piedra" o "roca". 
  • La Mancha: Jairo Javier García explica en Tópica que el origen más probable de La Mancha sea el árabe mányà, "alta planicie". El investigador también señala otras hipótesis como que provenga del latín mácula, "mancha", por la diferencia de color con los terrenos próximos.

Castilla y León: la Comunidad Autónoma de Castilla y León tiene su origen en la fusión de dos regiones en 1983, Castilla la Vieja y León. La procedencia etimológica de Castilla es la misma que en el caso de Castilla-La Mancha (explicada arriba). León, explica Jairo Javier García en Tópica, "proviene del asentamiento romano de la Legio Septima Gemina, de forma que León procede directamente del sustantivo legione(m), 'legión'".

Cataluña: la palabra Cataluña llevas más de mil años documentada y, sin embargo, su origen sigue siendo un misterio. El filólogo e historiador Luis Rubio García recogió hasta siete teorías diferentes sobre su procedencia: que su origen sea el godo Gottland ("país de los godos"); que provenga de la tribu celta de los catalauni; que derive del personaje legendario Otger Catalón; que derive del topónimo Mons Catanus, que dio lugar al municipio de Moncada y Reixach; que se trate de una deformación de la palabra íbera Lacetani, del pueblo íbero de los lacetanos; o que, al igual que las castillas, se trate de una derivación de Castellanus, "tierra de castillos".

Comunidad Valenciana: esta comunidad debe su nombre a su capital de provincia y esta, a su vez, a un asentamiento romano, Valentia. Esta designación, explica el filólogo Jairo Javier García, podría traducirse como "poderosa" o "vigorosa", "nombre que se ha tratado de justificar por ser en su origen una colonia de soldados que habían participado en la conquista de Hispania".

Extremadura: La teoría más conocida defiende que la Comunidad Autónoma debe su nombre a la expresión Extrema Dorii, que significaría "extremos del Duero". Sin embargo, el experto en historia medieval Bonifacio Palacios explica en Sobre el origen y significado del nombre de Extremadura que esa hipótesis ya ha sido refutada y que, actualmente, se considera que proviene de "extremo" pero no del Duero, sino del reino castellano tras la reconquista.

Galicia: esta comunidad recibe su nombre, explica Jairo Javier García en Tópica, "del pueblo antiguo que combatió contra los romanos a su llegada a estas tierras del noroeste peninsular, los kallaicoi". Este nombre celta es el que habría derivado en el actual Galicia.

La Rioja: la teoría más extendida es que esta comunidad autónoma recibe su nombre de uno de los ríos que riegan sus tierras, el Río Oja. Sin embargo, esta teoría tiene sus detractores: En La Rioja, su origen y etimología, el investigador Tomás Ramírez Pascual defiende que el origen es el latín Rivalia, que "describe una región surcada por diversos riachuelos".

Comunidad de Madrid: esta comunidad uniprovincial recibe su nombre de la capital del país, cuyo origen es la fortaleza musulmana medieval denominada Maŷrit. "La cuestión que se plantea aquí es si ese nombre árabe era original a partir de maŷrà, 'arroyo", cuenta Jairo Javier García en Tópica, "o más bien, una adaptación de un nombre anterior". En ese sentido, la teoría principal apunta a que Maŷrit era un derivado de matrice, vinculado al cauce o nacimiento de ríos.

Comunidad Foral de Navarra: la teoría más extendida señala que el nombre de esta región podría provenir del vocablo prerromano naba, "tierra entre montañas". Otra hipótesis, defendida por el investigador Manuel de Lecuona, sostiene que su origen podría ser el árabe nahar o naharra, "río" o "ribera".

País Vasco: según explica la enciclopedia de cultura vasca Auñamendi, el gentilicio castellano vasco, con el que nos referimos a los habitantes de Euskadi, deriva de uasco, utilizado por los romanos para designar a los vascos. Otra teoría recogida en esta enciclopedia es que procede de basoko, "de la montaña" o "del bosque", aunque actualmente está descartada.

El término Euzkadi fue creado por Sabino Arana a finales del siglo XIX. El historiador Xabier Zabaltza, en El significado de la palabra Euzkadi, explica así el origen del neologismo: "Si Vizcaya significaba 'conjunto de los vascos de abajo'... ¿Por qué no llamar a Vasconia 'conjunto de todos los vascos', esto es, Euzkadi? Por eso dice Sabino que Euzkadi es el nombre 'más natural, más castizo y más adecuado para significar al Pueblo Vasko (sic) en conjunto".

Región de Murcia: según el filólogo Jairo Javier García, el nombre de la ciudad de Murcia, "que por extensión denomina a su vez la provincia y la región", procede del latín aqua murcida, "agua estancada". Durante el dominio árabe, la ciudad se conoció como Medina Mursiya, la ciudad fuerte que, según García, sería "una reinterpretación del topónimo latino". El investigador murciano Antonio de Hoyos, en Murcia, Mursiya y otros topónimos de origen indoeuropeo, señala otras posibles procedencias: que derive de Venus Myrtia, sobrenombre de la diosa romana Venus, o que su procedencia sea latina pero que esta derive de una palabra indoeuropea anterior.

Ceuta: el nombre de esta ciudad autónoma proviene de las siete colinas sobre las que se erigió, que actualmente también dan nombre a, por ejemplo, un instituto de la región. En su fundación romana, la zona era conocida como Septem Frates ("los siete hermanos", aludiendo a las colinas), según explica el Diccionario de etimologías de la lengua castellana. Tras la conquista árabe, ese Septem derivó a Sebta, de la cual procede el nombre de la ciudad. 

Melilla: esta ciudad autónoma fue conocida en la época romana como Rusadir y su posterior cambio de nombre sigue siendo un misterio. El cronista de la ciudad, Francisco Mir Berlanga, explica en su Resumen de la historia de Melilla que podría derivar "del sustantivo Melil, es decir, fiebre" o "que la ciudad tomó el nombre de un prestigioso bereber llamado Melil".

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