Guarromántico, la combinación perfecta entre lo vulgar y lo sensiblero

“Muchos creen que estoy aquí en busca de fama y aceptación, pero no. Estoy aquí porque me gusta escribir pendejadas, ¡muchas pendejadas!”. Así se lee en la descripción de Twitter de Guarromántico, un personaje mexicano que llegó a redes sociales con la intención de divertirse y entretener a quien quisiera soportar un humor guarro, pero tierno. “Quería crear un personaje de barrio, con cultura y que además fuera romanticón”, explica a Verne el joven de 27 años que lo creó y que prefiere mantener su anonimato.

Para este community manager originario de la Ciudad de México, el Guarromantico es como el ying y el yang: “Una cosa no está peleada con la otra. Creo que cuando escuchas su nombre ya sabes a lo que vas”. Y sí, al parecer muchos usuarios de redes lo saben y les gusta pues tan solo un año después de su creación cuenta con más de 143.000 seguidores en Twitter y más de un millón en Facebook.

Guarromántico habla de todo. #Brangelina, los problemas que aquejan al país, la soltería y, claro, cuando puede, suelta uno que otro albur. “Este guarro es un bueno para nada. No trabaja, no estudia y por ello tiene el tiempo de publicar lo que piensa y se le ocurre”, asegura su creador. “Aún así procura no publicar cosas agresivas y que no ofendan a nadie. Puedes decir una frase muy guarra , pero si la dices de buena forma a la gente no le va a enojar nunca. Sus publicaciones son para gente que sabe que el español del mexicano está lleno de picardía”.

Aunque en muchas publicaciones no lo parezca, de acuerdo con su autor, este guarro tiene muy claro que “el amor es la máxima alegría” y que el romanticismo es, sí cursilería, pero al final de cuentas es necesaria. “Este personaje es mi álter ego. Creo que todos lo tenemos. Uno puede decir muchas guarradas con sus amigos, pero al final con las chavas tienes que ser tierno y eres diferente. Las chicas hacen lo mismo. Supongo”.

Al Guarromántico no le molesta que la gente comparta sus ideas como si fueran suyas. “Todos tomamos ideas de todos. Seguir a otros nos ayuda a inspirarnos y a aterrizar lo que queremos decir”, dice. “No soy de los que va pidiendo crédito por todo. Es internet y a eso te atienes. Las redes sociales van de eso, de compartir. Si quiero ponerme pendejo mejor escribo un libro”.

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