Y cuando ya casi te habías olvidado del debate blanco y dorado / negro y azul que dividió internet en 2015, va una chancla y lo resucita. El 17 de noviembre, la brasileña Vanessa Marques publicó en Facebook la imagen de unas sandalias en las que, de nuevo, nadie se pone de acuerdo con el color. Este, además, coincide con el del dichoso vestido. Ha superado los 20.000 compartidos en cuatro días.
En los comentarios de la imagen se repite el mismo patrón que, en febrero de 2015, vertió en Twitter más de 700.000 mensajes en diez horas. No hay matices: hay quien, clarísimamente distingue en las sandalias dos colores, blanco y dorado, y hay quien lo ve, también clarísimamente, negro y azul.
¿Y por qué no nos ponemos de acuerdo con el color?
Después de la polémica del vestido, a la que incluso marcas y músicos entraron al trapo, el catedrático de Ergonomía de la Universidad Complutense Julio Lillo Jover, coautor de Percepción del color y daltonismo, explicó a Verne que este fenómeno ocurre por la llamada “constancia del color”.
Nosotros identificamos, por ejemplo, una camisa blanca, aunque la veamos en una habitación menos oscura o iluminada por una bombilla amarillenta. En todas estas situaciones "el cerebro compensa ciertos excesos y defectos de la iluminación del entorno” y produce un resultado similar (ver un color blanco). Esta compensación es útil para identificar objetos en diferentes ambientes: sería muy caótico cambiar de habitación y que nos diera la impresión de que nos hemos cambiado de camisa por ver los mismos objetos con colores diferentes.
En el caso del vestido, Jover explicó que, pasando la imagen por una aplicación que permite conocer cuánta energía refleja la imagen del vestido en las distintas partes del arcoíris, el resultado era similar a la que produciría un vestido blanco con luz azulada.
Sin embargo, el mismo resultado podría también lograrse iluminando un vestido azul con luz blanca (la situación real en la que se obtuvo la fotografía). Como la fotografía no proporciona información espacial suficiente para escoger entre estas dos alternativas, el vestido puede verse blanco (cuando el cerebro efectúa la compensación para iluminaciones azuladas) o azul (cuando no la efectúa). “Una vez lo ves de un color, el cerebro tiene tendencia a seguir viéndolo de la misma forma”, añadía Jover.
Además de eso, hay que recordar que en el mundo físico no hay colores: hay luz. Los objetos absorben parte del espectro electromagnético y reflejan el resto, que es lo que vemos y nuestro cerebro interpreta como color.
Así, que, ¿cómo lo interpeta tu cerebro? Vota:
Vale, ¿y de qué color son de verdad?
Havaianas, la empresa que fabrica estas chanclas, ha confirmado a Verne que el color real de este modelo es azul y azul oscuro, y que no están a la venta en España. Esta es la imagen del calzado que aparece en el catálogo de la tienda brasileña de la marca:
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