Procrastinar ante un folio en blanco hizo que el cineasta e ilustrador belga Vincent Bal encontrara a su mejor aliado artístico: el sol. Desde el pasado mes de mayo, publica en su cuenta de Instagram un dibujo hecho a partir de las sombras que proyectan objetos cotidianos, como un patito de goma o una fruta. Unos pocos trazos en un folio de papel completan las figuras que componen a medias la luz natural y su inagotable imaginación. Sus trabajos celebran "la realidad y fantasía coexistiendo en una misma imagen", cuenta él mismo. Desde que llegó el otoño, el coautor de sus obras apenas se asoma en el complicado cielo de Amberes, así que ha reinventado su propuesta con la ayuda de una bombilla.
"Ocurrió por accidente, como tantas otras cosas en mi vida. Soy un firme creyente en que las coincidencias determinan la existencia de la gente", asegura Bal a Verne a través del correo electrónico. Pero la máxima picassiana que afirma que la inspiración te tiene que pillar trabajando se cumple en este caso a la perfección.
La ocupación principal de Vincent Bal es la de director de cine y de anuncios. Hace unos meses, estaba trabajando en un guion. En uno de esos tantos momentos en los que un creativo se enfrenta al bloqueo ante su escritorio, apareció la musa.
"Los rayos de sol entraron por la ventana y crearon una curiosa sombra con una taza de té muy particular, comprada en Vietnam, que había sobre la mesa. Su forma me hizo pensar en un elefante. Dibujé unas líneas sobre el papel para completar la imagen y lo compartí en Instagram. A mis seguidores le gustó y casi de inmediato empezaron a compartirlo. Me comprometí a hacer un garabato al día con objetos cotidianos, para ver cuánto podía mantener la promesa. Hasta el momento no he parado", cuenta sobre la colección de ilustraciones concebida para las redes sociales y plataformas online como Etsy.
Una vez planteado el proyecto, el tiempo fue creando un método de trabajo. Bal coloca un objeto que le gusta ante la luz y comprueba qué sombra proyecta. Gira el objeto hasta que ve algo que despierta su interés e intenta completar la imagen con unos cuantos trazos. "Cuanto más simple, mejor. El sol es mucho mejor artista que yo, así que intento intervenir lo menos posible. Lo importante es que la sombra construya la imagen", explica.
Aunque el arte de perder el tiempo -siempre de forma productiva- es importante a la hora de crear un dibujo para cada día, también lo es el estado de ánimo, asegura el belga. "Es importante mantener la mente abierta por completo. No forzar la imagen, esperar a que aparezca. Si estoy estresado, no sale nada. Es imprescindible hacerlo sin presión y sin reglas".
Hasta octubre siempre trabajó con luz solar, pero como el sol ha desaparecido en las últimas semanas en Bélgica, ha planteado un nuevo reto a su proyecto al usar una potente bombilla. "He de reconocer que no es lo mismo. La iluminación natural da mejores resultados", confiesa este ilustrador, educado en los clásicos del cómic de la cultura francoparlante, como Gaston Lagaffe, Lucky Luke y Astérix.
Pero no todo el mérito es de las sombras que proyecta la luz. Observando su colección de dibujos publicados hasta la fecha se puede encontrar un toque cinematográfico que nos traslada a su otra pasión artística. "Como todo cineasta, he sido antes espectador empedernido y, gracias a las películas que ha visto, he reservado un buen cargamento de imágenes en mi memoria.
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