Una persona en promedio no invierte más de 10 segundos de su atención en un video publicado en Facebook, según la oficina de medición de audiencias de EL PAÍS América. En Snapchat, este lapso es de menos de cinco segundos. Con estos parámetros, leer un libro de 500 páginas o toda una saga literaria parecería algo imposible para el internauta común. “Las redes sociales están encima de nosotros día con día y nos sumergen, nos están ahogando”, dice a Verne Rocío García de León o Rosie Gardel, una de los booktubers mexicanos e invitados especiales en La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) este año.
Aun así, García de León dice que es posible leer y estar conectado a las redes sociales, aunque tal vez no al mismo tiempo. “La lectura, el leer en papel, sirve como un escape de la realidad”. Para la booktuber Jimena Jurado estar conectado incluso ayuda a ampliar tu conocimiento literario. “Creo que internet está siendo un nuevo recurso para llegar a más lecturas, a más autores”. Ellas y otros dos booktubers presentes en la FIL de Guadalajara: Marco Antonio López Ortega, del canal El Libro Cegatón y Abril G. Karera de Ensayos de Abril aseguran en entrevista con Verne que a diferencia de la creencia popular, leer libros no es un hábito extinto entre los jóvenes.
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