Cuando el Instituto Puig de Sa Font de Son Severa (Mallorca) abrió sus puertas hace 19 años, el profesor Jaume Sureda ya formaba parte del claustro de profesores. El día de su jubilación, los alumnos y sus compañeros docentes decidieron rendirle homenaje con una sorpresa. Cientos de personas le esperaron en los pasillos para aplaudir su último paseo hacia la salida. Un vídeo que recoge el momento se ha publicado en el perfil de Facebook del centro. "Tiene una habilidad con los alumnos que muchos desearíamos", explica a Verne el director del mismo, Joseba Julen Adrián Gorostiza.
El homenaje del profesor, al que sus compañeros describen como una persona "tranquila y llena de paciencia", cuenta con miles de reproducciones en su publicación original. "El viernes fue un día lleno de emociones, lágrimas y risas en nuestro instituto. Nuestro amigo, Jaume Sureda, decidió retirarse. Una imagen vale más que mil palabras... así que solo queremos decir: felicidades y disfruta de tu nuevo camino. Se retirará del trabajo, pero no de la vida. Aquí te dejamos un pequeño detalle mientras hacemos el montaje de todos los vídeos que tenemos", dice el post del IES Puig de Sa Font.
En la sección de comentarios pueden leerse reacciones de algunos de sus alumnos y exalumnos. "Precioso. Sin duda se lo merece, un profesor que motivaba a sus alumnos y un trato estupendo", dice una de las usuarias de la red social.
Este centro de secundaria está situado en un municipio de la costa balear, a 70 kilómetros de Palma y al que llega constantemente inmigración. Sus particulares condiciones geográficas hacen que entre sus 750 alumnos haya una enorme diversidad de adolescentes, de 26 nacionalidades diferentes y realidades sociales muy dispares, explica su director.
El profesor Jaume Sureda impartía hasta ahora la clase de sociales y se llevaba bien con todo el mundo. "Siempre ha tenido muy buena mano con los chavales, lo que explica la reacción que puede verse en el vídeo", comenta quien hasta ahora era su superior.
El recorrido se realizó a lo largo de las cuatro plantas del edificio y en el trayecto de más de 15 minutos, además de los besos y abrazos de algunos de sus alumnos, Sureda recibía regalos y postales de ellos. Tras la emotiva y multitudinaria despedida, se quedó diez minutos solo, sentado y en silencio en la sala de profesores, para tratar de asimilar lo que había ocurrido, nos cuenta uno de sus compañeros.
Pero todavía quedaba una sorpresa más por desvelar que no se muestra en el vídeo. Su mujer, también profesora en un colegio cercano, le llevó a un restaurante donde más de 60 profesores le esperaban para comer con él. "Se quedó impresionado, porque no se esperaba tantos homenajes, y le costó algo reaccionar. Estaba emocionado y lleno de gratitud", cuenta el director.
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