25 cosas que los abuelos tenían en casa

Visitar la casa de los abuelos es como ir a un pequeño museo de la decoración viejuna: da igual que hayan cambiado de hogar hace un año o si lo han reformado recientemente, sus repisas siempre estarán llenas de adornos genuinos que no encontrarás en Ikea. El cómico Sergio Fernández, El Monaguillo, se puso a recopilarlos en Twitter:

En las respuestas a este tuit –y con el hashtag #AbuelosMd1– otros usuarios han recopilado algunos de esos motivos decorativos para el programa Más de uno (Onda Cero). Estos son algunos de ellos:

1. Las figuras de cerámica

El clásico indispensable es la de perrete, aunque cualquier escena bucólica sirve: un joven pescando, una pequeña paseando con una cestita... Para ser 100% genuinas, deben haberse caído al suelo y que se observe, claramente, la grieta por dónde se volvió a encolar.

2. Vajilla Duralex color caramelo

Hay muchas bromas alrededor del Nokia 3310 y su indestructibilidad, pero un vaso de esta vajilla podría destruir este teléfono móvil. Ningún otro juego de platos puede sobrevivir a tantas caídas.

3. Pinturas de caza

Escenas de cazadores, de pesca, de picnic... El rollo bucólico-pastoril tiene que estar representado en las paredes de casa de los abuelos. Los dibujos suelen tener una calidad bastante baja, pero no te rías de ellos: tal vez los pintó tu padre cuando tenía tu edad.

4. Tapetes de punto para "abrigar" los muebles

Cualquier cosa que entre a casa de los abuelos es susceptible de ser abrigado: desde la repisa de un mueble o la superficie de una mesa a la cabeza de un nieto.

5. Los cubrebaños

Una de las partes favoritas que "abrigar" en casa de las abuelas. Pueden ser de punto, ganchillo o visillo, según las habilidades de los abuelos a las agujas.

6. Envoltorio de plástico en el mando a distancia

En casa de los abuelos, el mando de la tele solo se saca de la funda para cambiarle las pilas. Esta lo protege de todo: caídas, bebidas que se caen... Y suciedad, que se queda toda en la funda y le da ese característico color traslúcido.

7. El cazo desconchado de la leche

Si hay desconchados, la leche sabe mejor, sin duda.

8. Figuritas de colonias Avon

Reconócelo: tú tampoco sabías que esta figura era realmente un tarro de colonia la primera vez que la viste.

9. El hule de la mesa de cocina

Desde el transparente que acaba cogiendo un color traslúcido –y que deja ver el centro de mesa de punto que hay debajo– hasta los impresos con motivos de cualquier tipo: un mapa de España, punto, flores...

10. El llamador de la puerta de la entrada

¿Quién quiere timbres teniendo llamadores? Pegarle un par de golpes es irresistible.

11. Muñecas que dan miedo

Los ojos de estas muñecas han traumatizado a más niños que todos las películas de terror del planeta juntas.

12. Colección de recuerdos de comuniones

Su espectacularidad es directamente proporcional al número de hijos y nietos. Si te avergüenzan tus recuerdos de comunión, busca los de tu madre y verás.

13. La estufa y el brasero de gas

Tener una llama de verdad cerca de tus zapatillas de estar por casa no es buena idea. Pero y lo calentita que vas a estar, qué.

14. La andaluza sobre la tele

Imposible pillar buena señal en una tele de los 70 sin esta figura. Actualmente, se encuentra en peligro de extinción por culpa de las televisiones planas. Es imposible poner a la muñeca encima, haciendo equilibrios, encima de una.

15. Un San Pancracio con su moneda de 25 pesetas

Se supone que sirve para que vayan bien los negocios, pero realmente sirve para completar cualquier hueco que quede libre en una encimera. Además, es de las primeras cosas que se nos vienen a la cabeza cuando recordamos las pesetas.

16. Muñecas cubre-papel higiénico

El papel higiénico debía ser considerado algo muy indecoro para que hubiera necesidad de esconderlo de esa manera.

17. Recuerdo de alguna catedral

Puede ser una cruz con el nombre de la catedral, una miniatura de metal, un llavero o el mejor de todos: una cucharilla.

18. Las alfombras-cuadro

Los motivos son los mismos que los del resto de cuadros bucólicos, pero están hechos de tela y suelen ser más grandes. Si no están acristalados, aprovecha, tienen una de esas texturas que da gustito ver y tocar.

19. Las cuerdas barrocas con pompones para recoger las cortinas

Recuerdan a los cintos que llevan los nazarenos en sus túnicas en Semana Santa. ¿O utilizan los nazarenos las cuerdas de las cortinas?

20. La falda de la mesa-camilla

En buena parte de la península, a esta ropa de mesa se la conoce como sayas, y el que las ha probado sabe que son una trampa: si caes bajo su manto, es posible que tardes muchísimas horas en conseguir salir.

21. Cenicero de recuerdo de "estuve en [aquí una ciudad] y me acordé de ti"

Puede que las cientos de colillas que han aterrizado en él hayan hecho que el mensaje haya perdido alguna letra, pero lo importante es el detalle. Te recomendamos un experimento: pregunta a tus abuelos quién se lo regaló. Es posible que no se acuerden de esa persona que se acordó de ellos.

22. La bolsa de agua caliente

Toda la sabiduría de abuela concentrada en una bolsa de plástico. Antes de reírte de ella, pruébala: nunca un litro de agua ha dado tanta felicidad. 

23. Cortinas dentro de muebles

A los abuelos y abuelas les gusta que la vajilla tenga intimidad. Por eso, los muebles acristalados deben llevar cortinas en su interior. Lo que hagan los vasos cuando no los miras es solo cosa de los vasos.

24. Muñeca militar

Pueden llevar o no banda, pero hay un accesorio que nunca falla: la corneta.

25. Teléfono de rula

El ruido del marcador del teléfono, girando y volviendo a su posición inicial, es tan icónico para una generación como para la siguiente el del módem de 56k.

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