En el Hospital Universitario de Aarhus, en Dinamarca, no se puede fumar, pero hicieron una excepción con un paciente al que le quedaban pocas horas de vida: “Se llamaba Carsten Flemming Hansen -comenta a Verne por correo electrónico un portavoz del centro-. Había sido ingresado hacía unos días con una ruptura de aneurisma de aorta y, como estaba demasiado enfermo para someterse a cirugía, era cuestión de horas antes de que muriera por una hemorragia interna”.
Su mayor deseo, explican, “era un cigarrillo mentolado y una copa de vino blanco”. No se puede fumar en el hospital, pero tanto las enfermeras como su familia estaban de acuerdo en que “el último deseo de Carsten Hansen era más importante que el tratamiento, la prevención y las normas contra el tabaco”, así que llevaron su cama hasta un balcón, “donde pudo disfrutar del cigarrillo, la copa fresca y la hermosa puesta de sol con su familia”.
El hospital publicó en su página de Facebook la foto de este momento. Desde el viernes 7 de abril se ha compartido unas 4.500 veces, sumando unos 2.500 comentarios y casi 70.000 reacciones.
No es la primera vez que atienden a una petición similar, explican: “Las necesidades de los pacientes siempre son lo primero y no podemos poner eso en una fórmula”. En este caso, decidieron publicar la foto, con permiso de la familia, porque “hay muchas historias acerca de lo terrible que puede ser morir de un aneurisma de aorta” y porque “queríamos abolir tabús sobre la muerte”. Es importante, aseguran, “proporcionar una muerte digna”.
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