La Empresa Municipal de Transportes de Madrid colocará carteles en los autobuses públicos de la capital para intentar detener el manspreading o despatarre masculino, es decir, la costumbre de muchos hombres de abrirse de piernas cuando se sientan, incomodando a las personas situadas junto a ellos. El argumento que muchos esgrimen para justificar este hábito es sencillo: "Necesito abrirme de piernas para que mis partes no se aplasten".
Pues bien, Rafa de la Rosa, un biólogo sevillano de 24 años que vive en Bilbao, tiene un mensaje para esos hombres: "Ni con el miembro más monumental del mundo tiene sentido que me digáis que NECESITÁIS tener las piernas abiertas 40-50 centímetros". Este tuit es uno de los que componen el hilo que publicó en Twitter el jueves 8 de junio. "Yo les sufro, como todo el mundo. Hay algunos que casi te ponen la rodilla encima", dice a De la Rosa Verne por teléfono. En dos días, el hilo acumula miles de retuits. Esta es su explicación completa.
Como hombre cis con pene me gustaría hablar levemente del #Manspreading
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
He escuchado y leído que el hecho de que los hombres vayan/vayamos con las piernas abiertas en el metro tiene una razón fisiológica.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Ya que requerimos una temperatura testicular inferior a la del resto del cuerpo para poder tener una correcta formación de espermatozoides.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Voy a empezar diciendo que esto es verdad, pero que abrir las piernas no ayuda en nada. Sobre todo si llevas calzoncillos y pantalones.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Y, aunque hay mucho tonto suelto, no os veo yendo con los cataplines al aire en público para la buena salud de vuestros soldados.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Así que la teoría fisiológica queda desmontada (y soy biólogo con formación más que comprobada) porque la temperatura se alcanza igual.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Ahora bien, hay quien dice que tener las piernas cerradas es incómodo y doloroso porque tenemos algo "colgando entre las piernas".
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Por anatomía: el pene no cuelga entre las piernas sino que está en el bajo vientre, en el pubis, y sale hacia delante, no hacia abajo. pic.twitter.com/iY1HhZUFxE
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Esto tiene una razón biológica: el pene hacia delante del macho facilita la penetración de la hembra para procrear. Es así en los primates.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Esto nos permite tener las piernas rectas y no arqueadas y tener una zancada correcta que no nos joda la cadera :D
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Así que somos capaces, como hombres, de mantenernos de pie sin necesidad de abrirnos de piernas (aquí imagen estándar buscada en google): pic.twitter.com/PRwag9r1zS
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
¿Ves la separación de sus piernas? Es justo la que tienen desde que comienzan en la cadera, es la longitud de su cadera exacta.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Es decir, sentados también somos capaces de mantener las piernas a esa longitud y que aún así tengamos hueco más que suficiente para "todo".
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Por si queda alguna duda, os hago un croquis: pic.twitter.com/VbZuO4KW7E
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Vaya, que ni con el miembro más monumental del mundo tiene sentido que me digáis que NECESITÁIS tener las piernas abiertas 40-50 cm.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Y, por cierto, las mujeres también sudan. Cuando llevan falda, el roce de muslo contra muslo es brutal, y no se espatarran.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Así que si ellas pueden ser decentes y ocupar un solo espacio, vosotros (nosotros) también.
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Que ya vale de pone de excusa vuestros santso cojones y la supuesta fisiología de estos. Me sonáis a esto, literal: pic.twitter.com/e9oyXcyhF2
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
Hala, sed felices, un besi y tengamos un transporte público cómodo para todos ^^
— Rafa de la Rosa (@dragon_mecanico) 8 de junio de 2017
"El hilo tiene su parte humorística, pero sobre todo intento que sea didáctico", explica De la Rosa, que considera "obvio" que el despatarre masculino es una práctica negativa, "pero no todo el mundo parece tenerlo claro". De ahí su explicación a base de tuits. De la Rosa valora positivamente la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid e invita a otras ciudades a seguir el mismo camino: "Esto pasa en todos sitios".
La @EMTmadrid añade una nueva señal a bordo del bus para evitar el #manspreading: "Respeta el espacio de los demás". https://t.co/Xg5LFWb4TA pic.twitter.com/KSyeU45gAi
— Ayuntamiento Madrid (@MADRID) 6 de junio de 2017
Asegura que la mayor parte del feedback que ha recibido en Twitter ha sido positivo, pero también denuncia insultos y amenazas. "No entiendo por qué hay tanta gente a la que le sienta tan mal que se le explique algo tan simple. Ir abierto de piernas con gente al lado está mal", comenta. De la Rosa dice que nunca ha recriminado el manspreading a nadie in situ, "pero así se lo estoy diciendo a mucha gente a la vez".
"Hace tiempo que escuchaba a gente, entre ellos a algunos amigos, diciendo que necesitaban abrirse de piernas al sentarse o se les recalentaban los huevos. Como explico en el hilo, esto es una tontería enorme, ya que el cuerpo tiene sus propios instrumentos para regular la temperatura corporal. En circunstancias normales, te sientes como te sientes, tus testículos están a 34 grados", añade el biólogo, que también se dedica a escribir libros de fantasía y terror.
Su conclusión es sencilla: "Simplemente, sentarse y abrir las piernas con gente al lado es una falta de educación". Los médicos coinciden con el análisis de De la Rosa. The New York Times dedicó un artículo al fenómeno del manspreading en 2014 y los expertos consultados también incidían en que no hay ningún motivo que justifique una apertura de piernas desmedida para ganar en comodidad.
Más allá de iniciativas como la de Madrid, hay otras formas de luchar contra el despatarre masculino. Por ejemplo, en Seúl (Corea del Sur) colocaron en 2016 pegatinas en el suelo de algunos vagones de metro para que los hombres supieran cuánto podían abrir sus piernas sin molestar.
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