Andy Murray reivindica los logros de las tenistas ante la pregunta sexista de un periodista

El año pasado también lo hizo tras ganar el oro olímpico en Río

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Andy Murray, en la rueda de prensa
Andy Murray, en la rueda de prensa. AP

Andy Murray cayó eliminado el miércoles en cuartos de final de Wimbledon por el estadounidense Sam Querrey.

El tenista escocés, por tanto, no podrá levantar su tercer título en Londres, después de los de 2013 y en 2016.

Precisamente, tras ganar su primer título, el de 2013 contra Novak Djokovic, se habló mucho de que Andy Murray había roto una sequía británica de 77 años en el All England Tennis Club, el exclusivo escenario donde se celebra el torneo.

No era verdad. Pese a que los tenistas británicos llevaban desde 1936 -cuando lo hizo Fred Perry- sin levantar el trofeo, las jugadoras británicas lo habían hecho hasta en cuatro ocasiones desde entonces: Dorothy Round (1937), Angela Mortimer (1961), Ann Haydon (1969) y Virginia Wade (1977). Y esto, sin contar los torneos de dobles.

Ayer, en la rueda de prensa de Murray tras su derrota, un periodista hizo una pregunta que, otra vez, minusvaloraba los logros de las tenistas.

—Sam es el primer jugador estadounidense que llega a las semifinales de un grand slam desde 2009... —empezó diciendo el periodista.

La pregunta se refería al hecho de que ningún tenista estadounidense, desde que Andy Roddick llegara a las semifinales en los torneos de Australia y de Wimbledon, había llegado tan lejos como Sam Querrey en alguno de los torneos grandes (Australia, Roland Garros, Wimbledon y Open USA).

—Jugador masculino... —interrumpe Andy Murray al periodista

—¿Perdona? —contesta el periodista.

—Jugador masculino... —repite Murray sin cambiar el gesto.

Para comprender bien este intercambio, debe notarse que, en inglés, la palabra "jugador" ("player") se emplea indistintamente para masculino y femenino, y que no hay un artículo que marque la distinción de género.

El tenista escocés, pues, reprendía al periodista por menospreciar las conquistas de las jugadoras estadounidenses que habían alcanzando las últimas rondas de los grandes torneos

Solo Serena Williams, por ejemplo, suma 13 torneos de grand slam desde 2009.

Y tampoco es que haya que rebuscar mucho en los cuadros de los torneos: este mismo año, Venus Williams está en las semifinales de Wimbledon.

Y en el Abierto de Australia de este año hubo tres tenistas estadounidenses entre las cuatro semifinalistas: Serena Williams (que ganó el torneo), Venus Williams (que fue finalista) y Coco Vandeweghe.

No es la primera vez que Andy Murray protagoniza un cruce de palabras similar con un periodista. Tras ganar en Río su segundo oro olímpico, un periodista le preguntó:

—Eres la primera persona en la historia en ganar dos medallas de oro olímpicas en tenis. Es una hazaña extraordinaria, ¿no?

A lo que Murray respondió:

—Venus y Serena han ganado como cuatro cada una.

El mundo del tenis ha vivido recientemente otros episodios de sexismo, como cuando —aunque luego matizó sus palabras— Novak Djokovic dijo: "Tenemos muchos más espectadores en los partidos de hombres, deberíamos ganar más".

En la misma línea, el director del torneo Indian Wells se vio obligado a dimitir en 2016 al afirmar que las jugadoras "se aprovechan del éxito de los hombres".

El "éxito de los hombres" quizás tenga mucho que ver con que el deporte femenino apenas reciba cobertura en comparación con el masculino.

En esta edición de Wimbledon, precisamente, Andy Murray y Venus Williams se han pronunciado reclamando más partidos femeninos en las pistas centrales del All England Tennis Club, donde actualmente se juegan más partidos del cuadro masculino.

Sobre la diferente cobertura que reciben los deportes masculino y femenino, un documento del Consejo Superior de Deportes español señala que "en una investigación realizada en 108 países y presentada en septiembre de 2010, las mujeres solo son sujeto de las noticias de deporte en el 11% de todas las informaciones deportivas; los hombres, en el 89%. Pero los resultados para España son aún más bajos: las deportistas mencionadas fueron el 6%; los deportistas, el 94%".

En España, cuando Gala León fue nombrada capitana del equipo de Copa Davis, Toni Nadal, exentrenador y tío de Rafa Nadal, dijo: "No deja de sorprenderme por varias razones: no es una persona que conozcamos en el circuito masculino, lo que es una dificultad añadida para ella, no tener conocimiento del juego del circuito masculino; creo que no conoce a los jugadores, al menos a Rafael; y hay una dificultad logística difícil de solventar, porque en los equipos de Davis se pasa mucho tiempo en los vestuarios con poca ropa y con una mujer no deja de ser extraño". Más tarde se corrigió afirmando: "No soy machista, soy anticuado".

En 2014, Andy Murray no mostró tantos reparos, ya que eligió como entrenadora a la exjugadora francesa Amélie Mauresmo, lo que le convirtió en el primer tenista de elite entrenado por una mujer.

Aunque su relación profesional duró algo menos de dos años, durante esa época Murray aumentó su porcentaje de victorias —de un 75,6% a un 79,4%— y ganó sus dos primeros títulos en tierra (entre ellos el Masters 1.000 de Madrid). En total, bajo las órdenes de Mauresmo sumó siete títulos a su palmarés, aunque ninguno de ellos fuese un grand slam.

Amélie Mauresmo, sin embargo, no fue la primera preparadora en la vida de Andy Murray. Durante su adolescencia, Judy, la madre del tenista, se ocupó de sus entrenamientos. De ahí que, en una ocasión, el tenista declarase: "Siempre he tenido una fuerte influencia femenina en mi carrera".

Precisamente, a raíz de su defensa de las tenistas en Wimbledon, Judy le ha dedicado un tuit cariñoso a su hijo Andy: "Ese es mi chico":

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