El Instituto Gastronómico Casserole en Culiacán (Sinaloa) publicó un anuncio en Facebook para promocionar un curso de cocina mexicana y oriental. “¿Te vas a casar y no sabes cocinar?” es la pregunta-gancho de la publicidad que ha sido compartida más de 5.000 veces en cuatro días y que decenas de usuarios han calificado de sexista en la sección de comentarios. La publicación fue borrada de la página dos días después.
La idea de la publicidad surgió de varios comentarios de mujeres, próximas a casarse, que pedían a la escuela un curso rápido de cocina, dice Juan Antonio Espinosa, coordinador regional del Instituto. “Nos pedían un curso rápido y sencillo”, comenta. “El curso es para mujeres y hombres que no han tenido mucho tiempo para aprender a cocinar por su trabajo o estudios. Nunca fue nuestra intención menospreciar a las mujeres y pedimos una disculpa”.
Arely Ochoa, encargada de marketing de la escuela, opina que su publicidad fue malinterpretada. “Yo comparto la idea de que todos los miembros de una familia deben aportar a las tareas del hogar y no solo las mujeres”, comenta. “En mi casa, mi papá, mi hermano, mis tíos cocinan. Lo único que hicimos fue escuchar las peticiones de nuestros prospectos”.
En la cascada de más de 2.000 comentarios, el equipo de redes del instituto ha respondido a los usuarios que el curso de cinco meses es unisex. “No hemos dormido porque nos hemos dedicado a leer y responder comentarios”, asegura Ochoa. Tres días después de publicar el anuncio original, la escuela compartió una nueva versión del anuncio. En lugar de una novia, se ve un novio y el mensaje: “Ustedes lo pidieron. Para futuros esposos”.
Ochoa explica que el motivo de esta publicación fue aclarar que el curso también está diseñado para hombres y para aprovechar el ruido del otro anuncio para promocionar la escuela. “Queremos darnos a conocer y lo estamos logrando”, comenta.
La publicidad no sería considerada sexista en una sociedad igualitaria, opina Catalina Ruiz, columnista y fundadora de la plataforma feminista (E)sterotipas. “No tiene nada de malo que una mujer casada quiera aprender a cocinar”, dice. “Desgraciadamente vivimos en una sociedad machista y la publicidad refuerza la noción de que las mujeres deben quedarse en casa haciendo un trabajo no reconocido económicamente”.
La escuela responde a una demanda basada en la percepción de las mujeres sobre su papel en la sociedad, añade la autora. “Creen que para ser buenas esposas deben saber cocinar. Las mujeres lo ven como una obligación y responde a las frases que se nos dicen una y otra vez, que hay que mantener contentos a nuestros maridos y que la forma de llegar a su corazón es por el estómago”.
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