Gabriel de Biurrun es uno de los dueños del restaurante Landaben, situado en un polígono industrial de Pamplona. El local, abierto desde hace más de 30 años, se encuentra ampliando su oferta con la construcción de un hotel que todavía no se ha inaugurado. Este martes, el establecimiento recibió por error una crítica negativa en Google Maps, lamentando la mala calidad de los colchones. El propietario, que suele contestar siempre a los comentarios dejados por los clientes en esta plataforma, decidió tomárselo con humor: "Es usted un adelantado a su tiempo", respondió al usuario despistado.
En los últimos tiempos, los propietarios de hoteles y restaurantes están alzando la voz contra lo que consideran la "dictadura del cliente" promovida por webs como TripAdvisor o Booking. Así lo ha hecho este hostelero, recurriendo en su caso a la ironía.
"El hotel todavía no ha abierto sus puertas y ya está usted probando sus camas con una antelación de tres semanas. Aprovechando esta paradójica situación, nos encantaría conocer más detalles sobre su pasada-futura experiencia. De este modo, podremos prevenir y solucionar las posibles incidencias el día que inauguremos. Tenemos especial interés en saber si la decoración será de su agrado o no le gustó; así como si el servicio de WIFI fue correcto o dará problemas", escribe De Biurrun en la respuesta publicada el 29 de agosto.
"Me gusta contestar siempre a los comentarios de Google, a modo de agradecimiento. No cuesta nada hacerlo porque es un servicio abierto y gratuito", cuenta a Verne el empresario, a quien le salta un aviso cada vez que alguien reseña su negocio. La respuesta comenzó a compartirse en Twitter a través del perfil @lafranziska y ha tenido repercusión en otras redes y en medios locales.
La respuesta del Hotel Landaben pic.twitter.com/5ilEWpkT1g
— FRANZISKA (@lafranziska) 29 de agosto de 2017
El negocio de Gabriel de Biurrun ya aparece listado en el servicio de Google Maps como Hotel restaurante Landaben, lo que quizá indujo error al crítico aficionado, que probablemente se refería a los colchones de otro lugar.
El dueño ha decidido no reportar el comentario a Google. Sabe por experiencia que la empresa "solo retira los comentarios que son insultantes o que agreden minorías". Asegura que demostrar que se trata de un comentario falso le cuesta más que responder en tono de broma. "Al final ha salido bien", celebra.
"El humor es la mejor forma de enfrentarse a la indefensión de las reseñas falsas. En otras plataformas ha llegado a ver comentarios concretos contra uno de nuestros camareros que, para hacer daño, alababan al mismo tiempo a dos trabajadores que ese día no se encontraban en el restaurante. Así detectamos que lo que contaba era mentira. Pero son webs donde, si no pagas, como propietario no puedes responder de forma pública", comenta este hostelero de Pamplona.
"A veces [los usuarios de estas webs] se creen críticos profesionales, cuando en realidad advierten de un error que ha sido puntual o, directamente, de estupideces", decía a Verne hace unos días Eva Bedriñana, dueña de los apartamentos rurales Casa Tata, en Asturias. Ella es una de las responsables de hoteles y restaurantes que opinaban hace unos días sobre las ventajas e inconvenientes de estar expuestos a las opiniones abiertas en internet.
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