No hagas caso a Mathieu: el rendimiento físico sí se resiente por el tabaco

No solo empeora la forma física, sino que puede afectar más a los deportistas de alto nivel

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Jeremy Mathieu, fingiendo dar una calada a un cigarrilo durante un Periscope de su excompañero de equipo Gerard Piqué. Ahora, Mathieu juega en el Sporting de Lisboa
Jeremy Mathieu, fingiendo dar una calada a un cigarrilo durante un Periscope de su excompañero de equipo Gerard Piqué. Ahora, Mathieu juega en el Sporting de Lisboa

En el Tour de Francia de 1927 se tomó una fotografía muy conocida entre los aficionados al ciclismo y que, 90 años después, es impensable: en ella aparecen los belgas Julien Vervaecke –que sería tercero ese año– y Maurice Geldhof pedaleando durante una etapa. Y mientras, cada uno se fuma un cigarro. Gustaaf Van Slembrouck, ganador de dos etapas en esa edición, es el que enciende el pitillo a Geldhof.

Aunque ya no se ven escenas como esta, el tabaco no ha desaparecido del deporte. Además de los muchos deportistas que han sido pillados fumando –Bradley Wiggins, Anna Kournikova, Zinedine Zidane...–, algunos lo han hecho, y lo hacen, públicamente. Uno de los casos más conocidos es el de Jeremy Mathieu. El exjugador del Barça –ahora en el Sporting de Lisboa– es un fumador reconocido, y defendía en una entrevista publicada esta semana en el diario deportivo Record que "lo que importa es el estado de forma en el campo". Sin embargo, pese a lo que dice Mathieu, "se ve indudablemente afectado por el consumo de tabaco", explica Pedro Manonelles, presidente de la Sociedad Española del Medicina del Deporte.

El tabaco produce una disminución del rendimiento deportivo tanto a corto como a largo plazo. A corto, "la interposición de partículas en los pulmones y la producción de moco dificultan la respiración", explica Manonelles por teléfono a Verne. A largo, "produce riesgos crónicos como infecciones, flemas, aumento de la incidencia de catarros y aumento de las probabilidades de sufrir cáncer de pulmón o cardiopatía isquémica". Estos efectos son de sobra conocidos, y cuesta creer que haya deportistas de élite –que además son figuras públicas– que sigan ignorándolos en 2017.

La percepción del rendimiento

Manonelles no duda de que si Mathieu (o cualquier otro fumador, ya sea deportista de élite o no) dejara el tabaco mejoraría su rendimiento físico. ¿Cómo puede ser que este futbolista –e incluso su médico cuando jugaba en el Valencia– considere que su físico es bueno a pesar del tabaco? "La percepción del rendimiento depende del deporte, y en los deportes de equipo los factores fisiológicos no son tan determinantes como, por ejemplo, en un maratoniano", cuenta el especialista.

Cuantos más factores entren en juego además de la forma física –estrategia, habilidad, tácticas de equipo...– más se diluye la percepción del rendimiento físico individual. "Por eso, aunque cada vez son menos, es más común encontrar fumadores en los deportes de equipo que en los individuales", cuenta Manonelles.

El tabaco, peor para un deportista de élite

La defensa natural del cuerpo contra las infecciones es el sistema inmunológico, y el deporte puede tanto fortalecerlo como debilitarlo. "El ejercicio moderado produce algunos efectos beneficiosos sobre la capacidad de respuesta inmune", explica el estudio Impacto potencial de la actividad física en el sistema inmune, publicado por. Sin embargo, el ejercicio intenso, como lo es el deporte profesional, genera el efecto adverso: "hace a los atletas más suceptibles de infecciones".

El tabaco no solo afecta al rendimiento de los deportistas de élite, sino que llega a ser más perjudicial para ellos que para el resto de personas que realizan deporte moderado. "El consumo de todo tipo de sustancias tóxicas puede afectarles más", explica Manonelles. "El tabaco no es una excepción".

Los tiempos han cambiado

En la entrevista en Record, Mathieu afirma que no es el primer deportista que fuma, ni será el último. Es cierto, aunque cada vez es más complicado encontrar deportistas como él e imposible encontrar escenas como la de Vervaecke y Geldhof en el Tour de Francia de 1927. "Hace años, en muchos deportes se fumaba por hábito social y por desconocimiento de los efectos", cuenta Manonelles. "Ahora, todo está medido al milímetro y se intenta suprimir todo lo que pueda afectar mínimamente al rendimiento".

No es el rendimiento el único motivo por el que cada vez son menos los atletas que fuman. "Actualmente el deporte no es solo un divertimento, sino que también representa unos valores", considera Manonelles. "Ya no solo está mal visto por el público sino que, además, es sancionable en muchos casos". La nicotina sigue sin considerarse una sustancia prohibida pero, a título particular, hay quienes ya la sancionan. "Hay equipos y patrocinadores que, en sus claúsulas con deportistas, incluyen una prohibición del tabaco".

Uno de los últimos ejemplos se vio el pasado abril en el equipo argentino Boca Juniors, que sancionó a dos de sus jugadores por fumar mientras grababan un directo en Instagram. Un año antes, expulsaron a otro jugador del club por fumar en el vestuario.

En el fútbol, uno de los futbolistas que mejor representa el cambio de actitud frente al tabaco es Johan Cruyff. Fue fumador reconocido hasta 1991, año en el que dejó de fumar por un grave problema cardiaco. Fue consciente entonces de los perjuicios del tabaco y se sumó a una campaña impulsada por la Generalitat de Cataluña para alertar de los riesgos que tenía para la salud. En el anuncio, contaba que había tenido dos grandes vicios en la vida, el tabaco y el fútbol. "El fútbol me lo ha dado todo en la vida. En cambio, fumar casi me lo quita".

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