Igual lo has leído en las noticias, se lo has escuchado a los políticos o incluso lo has usado en alguna conversación sin saber muy bien qué significaba. Es el término “ideología de género” que nada tiene que ver con “estudios de género” o “teoría de género”. Se parecen, pero no. Pablo Casado lo ha resucitado en las últimas semanas en su campaña para las primarias del PP, como si fuera un monstruo al que abatir. Literalmente, dijo que era "un colectivismo social que el centro derecha tiene que combatir". Lo hizo en una entrevista en esRadio, en el programa de Federico Jiménez Losantos.
Pero, ¿qué es la ideología de género de la que habla Pablo Casado? Resulta que el término tiene más que ver con la religión que con la teoría académica, aunque ha terminado siendo política. Se popularizó principalmente cuando el papa Benedicto XVI - Ratzinger- empezó a usarla para advertir de los “peligros” que podría traer el feminismo, especialmente contra la familia tradicional. En España, los sectores de derechas y ultracatólicos lo adoptaron para oponerse a la ampliación de la Ley del aborto, como recoge esta columna de 2009 de Concha Caballero:
La derecha social y eclesial ha acuñado un término con el que designan los males sociales actuales y que denominan "la peligrosa ideología de género" que está impregnando las leyes actuales. Los think tank del pensamiento ultraconservador elaboran documentos, libros y artículos con un argumento común, tan fácil de comprender como un cuento infantil: la familia tradicional es la fuente de toda felicidad y fuera de ella sólo hay soledad y conflicto social”.
“En el contexto de la política hacer alusiones a combatir la ideología de género hace mención a ir en contra de los avances en igualdad de los derechos de las mujeres que se han producido fundamentalmente en el siglo XX como el acceso a la educación, a la igualdad de derechos civiles, y de forma más específica contra los avances sociales y leyes relacionadas con la salud sexual y reproductiva de las mujeres, la lucha contra la violencia machista o los derechos del colectivo LGTBI”, explica Rosa San Segundo, catedrática y directora del Instituto de Estudios de Género de la Universidad Carlos III.
Los que hablan de la ideología de género suelen acompañarlo de palabras como “adoctrinamiento” “radical” y tildarla como “peligrosa”. También aseguran que existe una agenda perfectamente planificada para imponer sus planteamientos a través de leyes innecesarias y adoctrinar a los niños en las escuelas sin el consentimiento de sus padres.
“En el fondo, muestra mucho desconocimiento y es un mal uso de la palabra. Creo que es una confusión con un uso interesado porque todos tenemos ideología, está implícita en todo lo que hacemos. Siempre nos educan con una perspectiva ideológica. En este caso, usan ideología de género para hablar del pensamiento feminista y sus logros, como para desacreditarlo”, opina Asunción Bernárdez Rodal, directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense. “Pero ellos también tienen ideología de género, todos la tenemos, solo que la de los sectores más religiosos es una ideología basada en la desigualdad de la mujer”.
La prueba de Google también lo demuestra: la búsqueda “ideología de género” remite a resultados de páginas como conelpapa.com o catholic.net. Cuando alguien utiliza este término está eligiendo de manera consciente la idea que quiere transmitir y dónde se sitúa respecto al mensaje feminista. Y es importante. Pero cada vez que resucita ese término, que vuelve a tomar fuerza en el debate público, también resucita un histórico cántico de las manifestaciones “fuera los rosarios de nuestros ovarios”.
ESTOS DÍAS, ME HA GUSTADO MUCHO LEER
1. La Mala y las gitanas (Valencia Plaza ). La nueva canción de la Mala Rodríguez ha dado pie a esta entrevista con este titular tan potente: “Las gitanas son las primeras mujeres feministas que conocí”. Pero tiene muchas más frases interesantes, sacamos dos:
"Cuando empecé a escribirla [la canción] no estábamos saliendo a la calle y me daba miedo no saber explicar bien la idea que tenía en la cabeza. Ahora ya no tengo que explicarlo. Estamos al fin conectadas y esto solo acaba de empezar".
"Para mí ese es el mensaje de Gitanas: no estás sola. No estamos solas. Y es algo que hemos sentido la mayoría desde pequeñas. Porque no nos vemos en las películas, no nos vemos en los libros, en las series, en la música… por qué no estábamos diciendo nuestras cosas".
2. Esa píldora que nos dan (Playground). Recuerdo que la primera vez que fui al ginecólogo le comenté que me dolía mucho la regla. Me respondió: “Tú lo que quieres es que te mande la píldora, ¿no? Pues ya está”. Yo no sabía si quería la píldora, así que no la acepté. Este reportaje habla sobre los riesgos de los anticonceptivos hormonales, pero -más allá del punto de vista médico- lo que más me ha interesado es cómo los aceptamos con total normalidad y a muy pocas nos han hablado de los riesgos. Y seguimos preguntándonos: ¿Por qué aún no tenemos una píldora masculina?
3. Cuéntame cuántas mujeres hay (Civio). Que sí, que todos aplaudimos muchísimo que el Gobierno de Pedro Sánchez tuviera mayoría de mujeres y que es importante romper techos de cristal. Pero la paridad no se construye solamente con las ministras. Civio ha puesto en marcha un contador en el que se pueden seguir los nombramientos de altos cargos. De momento, los hombres ganan.
4. Croacia no es tan cool (Pikara Magazine). Una imagen que se ha repetido mucho en redes sociales y medios durante los partidos es la de la presidenta croata viviendo los partidos entre el público y no en el palco, animando como una más. Moderna y campechana. Pero Croacia está lejos de ser un ejemplo de modernidad en temas como los derechos reproductivos.
5. Buenospadres y malasprofesionales (El País). Es durísimo ver en cifras cómo a los hombres se les premia laboralmente por tener hijos mientras que a las madres se las castiga: “En la gran mayoría -excepto Luxemburgo, Polonia y Croacia- los padres cobran más que los trabajadores sin hijos. Al comparar qué ocurre con las empleadas, la maternidad conduce a sueldos más bajos en el caso de ellas en la mayoría de países, salvo nueve naciones en las que se encuentra precisamente España, cuya diferencia muestra otro sesgo más: las madres tienen menos presencia en el mercado de trabajo”.
BRINDEMOS
Por Serena Williams, por el debate sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución (con todo lo que conlleva) y porque, afortunadamente, cada vez somos menos permisivos con gestos tan clasistas como este.
ESTO HAY QUE VERLO
Hoy, por partida doble.
Ahora que han bajado los decibelios de la música de las fiestas del Orgullo y que hemos dejado atrás las celebraciones y el brilli-brilli, quiero contaros que en Verne este año dedicamos la semana a visibilizar a las lesbianas. De entre todos los artículos que publicamos, había dos vídeos que quiero rescatar: el primero es un diálogo entre la activista Beatriz Gimeno y la youtuber Melo Moreno. En su charla se refleja el cambio generacional que hemos vivido en España en pocos años.
El segundo vídeo es un monólogo desternillante y sin complejos de Elsa Ruiz: “La transexualidad explicada como si fuera una pizza con piña”.
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