El 20 de julio, el periodista Oriol Querol acudió al mercado de los Encants en Barcelona. Es uno de los mercados de antigüedades más conocidos de la ciudad. Paseando entre las mesas llenas de reliquias, una de ellas captó particularmente su atención. "Era muy ecléctica", dice el periodista de Salvados (LaSexta) a Verne por teléfono.
En varios de los objetos había un nombre apuntado: Emilio Miró Paniello. Todo lo que estaba en la mesa perteneció a esta persona. "El nombre estaba por todas partes. Todos los objetos eran muy curiosos. Tenía los aparatos y fotos de toda una vida en unos pocos metros cuadrados", añade Querol. Mientras exploraba entre los objetos, escribió "Emilio Miró Paniello" en Google. Para su sorpresa, aparecieron varias noticias sobre él. Estaban relacionadas con la esquela que su familia publicó en La Vanguardia cuando murió.
Después de su muerte, el piso fue vaciado y los objetos, tras pasar por al menos tres intermediarios, acabaron en los Encants. Es un proceso habitual ante un fallecimiento. Varios medios se hicieron eco de aquella curiosa esquela, que hablaba de Miró como un hombre que murió "sin haber aportado nada de interés". Como explicó la familia en RAC1, emisora que acudió al funeral, Miró escribió el texto y dejó instrucciones para que fuera publicado cuando muriese.
A Querol no le cuadraba la afirmación de la esquela con los objetos que estaban ante él. Rebuscando un poco más, encontró el diario personal de Miró. "El vendedor me pedía 50 euros. Lo acabé comprando por 10". El periodista ha volcado parte del contenido del diario en un hilo de Twitter que, en un día desde el 2 de septiembre, ha sido retuiteado más de 10.000 veces. Parece que Miró sí aportó bastantes cosas.
¿Os acordáis de la misteriosa esquela del hombre que había “dejado este mundo sin haber aportado nada de interés”? He encontrado algo, una especie de cápsula del tiempo, que demuestra que eso no era verdad. Hagamos un viaje, hacia el mejor verano de su vida.⬇️ pic.twitter.com/nh7F16E01M
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Bien, pues meses después, y como hago de vez en cuando, me pasé por los Encants, en Barcelona. Es uno de los mercados de antigüedades más viejos de Europa y hay una cosa de este lugar que me fascina: el proceso que siguen los objetos hasta llegar allí.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Consultando algunos de esos papeles, enseguida apareció un nombre: Emilio Miró Paniello. Allí mismo, y por curiosidad lo metí en Google y… ¡boom! Con la primera entrada enseguida encontré la esquela y até cabos. Y claro, mi interés se multiplicó por mil. pic.twitter.com/LqBPUBMB4e
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Pero entonces, me fijé en un artículo en concreto. Un montón de papeles mecanografiados esparcidos por el suelo. pic.twitter.com/9zOXGfhHIG
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Puedes leer el hilo completo al final del artículo. En él, Querol cuenta lo mejor de ese diario, compuesto por 560 páginas escritas entre el 13 de octubre de 1960 y el 21 de diciembre de 1962. Es decir, el tiempo en el que Miró tenía entre 20 y 22 años. "Habla mucho de política, que si la Unión Soviética esto, que si el Congo lo otro; también habla de cine, analiza una película en cinco páginas; escuchaba mucho la radio... Ante el diario es como un niño al que le cuenta todo lo que le ha pasado durante el día".
El extremo detalle del diario de Miró empezó a aburrir a Querol, pero acabó dando con algo que captó especialmente su interés. "Estaba enamorado de su prima Mari, que vivía en Monzón (Huesca), con la que se mandaba cartas. Ella tenía 17 años. Por lo que escribe, los 15 días que pasaron juntos en Barcelona y Pirineos en verano del 61 fueron, posiblemente, los más felices de su vida. Se pasó meses escribiendo sobre esas dos semanas", dice. En estos fragmentos se aprecian los sentimientos de Miró.
Aunque al principio se lo niega a sí mismo y habla de amistad, muy pronto se hace evidente que Emilio está enamorado de su prima Mari. pic.twitter.com/JxgRKYvBcs
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Tras darle muchas vueltas, Emilio se arma de valor y le manda la carta de invitación a Mari. Pero pasan los días y no hay respuesta. Y Emilio se desespera. pic.twitter.com/eCFt2vRlUf
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y por fin, llega la respuesta. ¡Mari ha dicho que sí! pic.twitter.com/4oeAdX3BbQ
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Emilio se pasó todo el viaje dándole vueltas a si tenía que decirle a Mari lo que sentía por ella. pic.twitter.com/VjNaOZem1K
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Miró no confesó sus sentimientos y las respuestas de Mari a sus cartas cada vez se espaciaron más. "El deseo de Emilio -lo dice en varias ocasiones- era que Mari leyera algún día las páginas del diario. Pero casi 60 años después, los papeles habían aparecido en el suelo de un anticuario. Así que probablemente Mari nunca lo vio", dice Querol en uno de los tuits del hilo. Por ello, empezó la búsqueda de esta mujer. Tenía bastantes datos con los que empezar.
¿Qué habrá sido de ella? Me propuse encontrarla para entregarle el diario.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Mari era prima hermana de Emilio por parte de la madre de él, con lo que las tres pistas eran:
El segundo apellido: Paniello.
La edad: algo más de setenta.
El pueblo: Monzón, en Huesca.
Así consiguió dar con una de las hijas de Mari, que la puso en contacto con la protagonista del diario. ¿Qué fue de ella? "Mari se casó con otro hombre en 1967. Hicieron el viaje de novios a Cataluña. Y claro, visitaron a sus primos. Le presentó su marido a Emilio, y antes de irse se dieron un abrazo. Fue la última vez que se vieron. Mari y su marido se fueron a vivir a Bilbao y tuvieron tres hijos", cuenta Querol en Twitter.
El periodista quedó con Mari y su hija el 30 de julio para darles el diario de Miró. "Ellas estaban veraneando en la Costa Dorada, aquí en Cataluña, y fui a verlas. A Mari le hizo mucha ilusión. No tenía ningún recuerdo de él. Casi no se creía que le estaba regalando el diario. Lo han llevado a encuadernar y todo. Me mandaron una foto", añade Querol.
Y por fin, tras casi seis décadas, el diario está ya donde le corresponde: en manos de su protagonista. pic.twitter.com/7SuiLtYtk1
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
¿Cómo se siente el autor de la historia respecto a Miró? "Me da mucha pena. Esas dos semanas fueron muy especiales para él. Se pasó meses escribiendo sobre aquellos días". La familia del fallecido autorizó a Querol para que publicase el hilo. Le ayudaron mandándole fotos de su juventud. Verne se ha puesto en contacto con un miembro de la familia de Miró y nos ha confirmado la veracidad de la historia de Querol.
Miró, que murió a los 77 años, estudió Química y trabajó en Fecsa (Fuerzas Eléctricas de Cataluña). "Era muy inteligente y muy culto. Hizo muchas cosas, pero era muy modesto", dijo la familia en RAC1 cuando les preguntaron por la esquela. Le encantaba el belenismo. También contaron que su madre era de Monzón, el pueblo de Mari, y su padre era un periodista catalán.
La historia de Emilio Miró Paniello
¿Os acordáis de la misteriosa esquela del hombre que había “dejado este mundo sin haber aportado nada de interés”? He encontrado algo, una especie de cápsula del tiempo, que demuestra que eso no era verdad. Hagamos un viaje, hacia el mejor verano de su vida.⬇️ pic.twitter.com/nh7F16E01M
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
La esquela se publicó el 8 de febrero. La versión catalana tenía un texto diferente: “ha muerto (...) sin haber modificado demasiado el mundo que le rodeaba”. La historia se hizo viral. pic.twitter.com/s4BLpKaJQx
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
El programa @islandiarac1 entrevistó a dos familiares del muerto. Dijeron que fue Emilio quien dejó escritas las esquelas. Contaron que había fallecido de neumonía. Que vivía solo desde que falleció su madre y que su padre había muerto con la División Azul, al lado de los nazis. pic.twitter.com/wubuvUZ7jU
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Explicaron también que Emilio fue químico de profesión. Que tenía una malformación en los huesos -era jorobado-, y que por eso vivió siempre encerrado en casa y en sí mismo. Que era muy inteligente y culto. Y la cosa terminó ahí.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Bien, pues meses después, y como hago de vez en cuando, me pasé por los Encants, en Barcelona. Es uno de los mercados de antigüedades más viejos de Europa y hay una cosa de este lugar que me fascina: el proceso que siguen los objetos hasta llegar allí.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
En muchos casos funciona así: una persona que vive sola muere. Los familiares le encargan vaciar el piso a un profesional, que vende todo a un anticuario. Este crea un lote y lo lleva al mercado. Hay una subasta y los comerciantes pujan por los lotes, que luego venden por piezas.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Una vez hablé con un vaciador de pisos. Me contó que en ocasiones algunos familiares le llaman desde el hospital, nada más morir el familiar. Y que incluso una vez le pidieron que vaciara un piso con el cuerpo todavía presente.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Total, que a menudo todo el género de un puesto proviene del mismo piso. Son cápsulas del tiempo de veinte metros cuadrados en las que se amontonan recuerdos e historias de toda una vida. Luego, en unas horas, todo desaparece troceado y vendido al mejor postor. pic.twitter.com/DZTO6gj8VZ
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Precisamente uno de esos puestos me llamó especialmente la atención. Este. Era muy completo. Tenía de todo: cuadros, libros, discos, aparatos de radio, de video, magnetófonos, cintas, un sombrero de copa, postales, revistas, objetos religiosos...y muchos papeles. pic.twitter.com/jnydH9o1OY
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Consultando algunos de esos papeles, enseguida apareció un nombre: Emilio Miró Paniello. Allí mismo, y por curiosidad lo metí en Google y… ¡boom! Con la primera entrada enseguida encontré la esquela y até cabos. Y claro, mi interés se multiplicó por mil. pic.twitter.com/LqBPUBMB4e
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Tenía ante mí los objetos personales del misterioso hombre de la esquela. No había duda. Y no podía desaprovechar la oportunidad de averiguar más. Escaneé todo el inventario, buscando un artículo que mereciera especialmente la pena ser inspeccionado. Pero es que había cientos.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Había objetos relacionados con su profesión de químico. pic.twitter.com/jFT1cGxWNd
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Montañas de cintas de vídeo con varias películas en cada una de ellas. pic.twitter.com/5cJFdVdtpT
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Aparatos de todo tipo. pic.twitter.com/OL584I8AMW
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Muchas carpetas. Parece que Emilio tenía una obsesión por la documentación y la clasificación. Tenía archivos de todo tipo. Recortaba artículos de prensa, los fechaba, los agrupaba con cinta adhesiva y los clasificaba. Como este dossier sobre los juegos de Barcelona 92. pic.twitter.com/5y2r0csIwC
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
También conservaba toda la documentación (programas, papeletas, artículos) de todos los procesos electorales de su vida, perfectamente archivados. pic.twitter.com/33dY9PVK10
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Incluso había un ordenador portátil prehistórico. pic.twitter.com/RPeW3j8cm4
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Pero entonces, me fijé en un artículo en concreto. Un montón de papeles mecanografiados esparcidos por el suelo. pic.twitter.com/9zOXGfhHIG
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Enseguida me di cuenta de lo que era: el diario personal de Emilio. No me lo podía creer. Si en algún lugar podían encontrarse respuestas al misterio de este personaje, era en esas páginas. Lo compré.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Antes de irme, escuché una conversación entre el vendedor y un cliente, un hombre de unos cincuenta y pico. Le interesaban sobretodo las radios o los magnetófonos, y finalmente compró uno de ellos. Le pregunté por qué.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Me contó que trabajó hace tiempo como reparador de televisores. Ahora compra aparatos antiguos para arreglarlos cuando se jubile. Como el magnetófono llevaba puesta una bobina, le pedí el contacto. Si algún día lo reproducía, me interesaba saber el contenido de la grabación.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Me fui a casa y me puse manos a la obra. Como el diario había provocado interés entre varios visitantes, las hojas habían quedado escampadas. Las había juntado al comprarlas, pero era un caos. Estaba todo mezclado, con hojas escritas a mano y otras mecanografiadas. pic.twitter.com/K3s8EAIqeG
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Por suerte, Emilio había sido muy meticuloso en la numeración, así que con un poco de paciencia, era posible ordenarlas. Al fin, lo conseguí. En total, 280 hojas con 560 páginas escritas entre el 13 de octubre de 1960 y el 27 de diciembre de 1962. Tenía 20 años. Vamos allá. pic.twitter.com/LPsxSJsKLX
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Las primeras páginas están escritas a mano. En ellas Emilio anticipa los temas que tratará. Uno de ellos es la actualidad, como las elecciones que están a punto de celebrarse en EEUU: Kennedy vs. Nixon. JFK sería elegido presidente a los pocos días y asesinado a los dos años. pic.twitter.com/SasEEjJE4x
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
También habla de la actualidad deportiva. Aquí escribe mientras en la radio transmiten un Madrid - Barça de la Copa de Europa. El Barça pasaría aquella eliminatoria y llegaría por primera vez a la final, en Berna, donde...bueno, no hace falta hablar de lo que pasó. pic.twitter.com/kAqv7rhp8J
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Poco a poco, el diario se va volviendo una referencia obligada para Emilio. Tiene conversaciones con él e incluso le pide perdón cuando se salta un día. pic.twitter.com/YG8XJZh6ia
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Llega el año nuevo, 1961. Y los Reyes Magos le traen una máquina de escribir. Entre esto y el invierno, frío y lluvioso, Emilio se va aislando del mundo y volcando más en su diario. Cada vez es más íntimo y atormentado. pic.twitter.com/e9HX9ZE3gs
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Emilio le da muchas vueltas a todo, hasta un punto obsesivo. Uno de los temas recurrentes es el de sus dudas respecto a Dios. pic.twitter.com/uZnBOcauSx
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
De hecho, Emilio a menudo menciona el internado religioso en el que estudió. Habla de los curas, de los castigos que le infligían, y cuenta que allí vió “demasiadas cosas”, aunque nunca llega a concretar. pic.twitter.com/Xw859L5ZSG
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
En varias ocasiones Emilio contempla que alguien lea su diario en un futuro. Es uno de los motivos por los que he decidido publicar fragmentos. Pero un día, el 6 de mayo, especifica que quiere que esa página concreta sea confidencial. Lo he respetado: no voy a contar lo que dice. pic.twitter.com/CUTWyV806N
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Por cierto, ¿recordáis al señor que conocí en el puesto, el que compró el magnetófono de Emilio? El hombre no tenía intención de dedicarse a ello todavía, pero leyendo el diario me picaba tanto la curiosidad que le insistí, y lo puso en marcha. Y me envió esta nota de voz: pic.twitter.com/7eHFvFSB7N
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Dura casi media hora, en la que Emilio, que era químico, explica las características de los elementos de la tabla periódica, uno a uno. Es muy curioso escuchar su voz. En el diario, la química le sirve a Emilio para interpretar algunos aspectos de la vida. Como el amor. pic.twitter.com/P2SesOBWRd
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y hablando de amor, vamos ya al que es, sin duda, el tema estrella del diario: Mari, la prima hermana de Emilio.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Mari Carmen tiene 17 años y vive en Monzón (Huesca). Se vieron por última vez en el pueblo y desde entonces han mantenido una relación epistolar.
Aunque al principio se lo niega a sí mismo y habla de amistad, muy pronto se hace evidente que Emilio está enamorado de su prima Mari. pic.twitter.com/JxgRKYvBcs
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Emilio escribe cartas a Mari casi todos los días. Pero ella no sigue el mismo ritmo y él empieza a obsesionarse. pic.twitter.com/jvz0AsUZTu
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y entonces, Emilio tiene una idea. Quiere invitar a Mari a visitar Barcelona en verano. pic.twitter.com/et3ySb7ROM
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Tras darle muchas vueltas, Emilio se arma de valor y le manda la carta de invitación a Mari. Pero pasan los días y no hay respuesta. Y Emilio se desespera. pic.twitter.com/eCFt2vRlUf
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y por fin, llega la respuesta. ¡Mari ha dicho que sí! pic.twitter.com/4oeAdX3BbQ
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Falta mucho para que llegue el verano y Emilio no deja de pensar en la visita de Mari. Incluso imagina y ensaya el diálogo que tendrá con ella cuando baje del tren. pic.twitter.com/8g7pAnmOxv
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Emilio cuenta los meses, las semanas y los días que faltan para ver a Mari. Lo tiene todo previsto, incluso el itinerario de la visita a la ciudad. pic.twitter.com/6E8TBmvnCs
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y por fin, llega el día. Emilio escribe una última entrada antes de salir hacia la estación. Tras mucho tiempo de espera, ya solo quedan unas horas para ver a su prima Mari. pic.twitter.com/blAGO0LwAo
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y tras estas líneas, y después de diez meses ininterrumpidos de diario, llegan dos semanas de silencio.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
¿Subió Mari a ese tren? ¿Qué pasó cuando llegó? ¿Qué habrá pasado estos quince días?
Hasta que al final del verano, escribe esto: pic.twitter.com/n2zptzgevy
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
A la mañana siguiente, Emilio y Mari visitaron la ciudad. Fue un día feliz para Emilio. pic.twitter.com/TafFKXZjws
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Tras unos días en Barcelona, Emilio, su madre y Mari viajaron al Pirineo Aragonés. El plan era que a la vuelta, Mari se quedara ya en Monzón y madre e hijo volvieran a Barcelona.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Emilio se pasó todo el viaje dándole vueltas a si tenía que decirle a Mari lo que sentía por ella. pic.twitter.com/VjNaOZem1K
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y finalmente llegó el día de la separación. Emilio y su madre iban a subir al tren de vuelta a Barcelona. En la estación tuvo una última oportunidad. pic.twitter.com/lRcMmgs9vV
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
La vuelta a la rutina, en septiembre, fue dura para Emilio. A pesar de su insistencia, las cartas de Mari se fueron espaciando durante el otoño y los lamentos de Emilio se fueron agriando. pic.twitter.com/eHM1mvOfwD
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y poco después, ya en invierno, el diario se acaba. No hay despedida. Simplemente se acaba. Puede ser que las hojas se perdieran en todo el proceso, o puede ser que Emilio se cansara.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
En cualquier caso, el deseo de Emilio -lo dice en varias ocasiones- era que Mari leyera algún día las páginas del diario. Pero casi sesenta años después, los papeles habían aparecido en el suelo de un anticuario. Así que probablemente Mari nunca lo vio.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
¿Qué habrá sido de ella? Me propuse encontrarla para entregarle el diario.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Mari era prima hermana de Emilio por parte de la madre de él, con lo que las tres pistas eran:
El segundo apellido: Paniello.
La edad: algo más de setenta.
El pueblo: Monzón, en Huesca.
Me puse a hacer llamadas a gente del pueblo.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
En una de ellas me hablaron de una persona que podía cuadrar con el perfil. Así que llamé. Y…
¡Era ella! Charlamos un rato y me contó la historia de su vida. Mari siempre supo que Emilio estaba enamorado de ella, pero no era correspondido. Para ella era su primo hermano, y le tenía cariño, pero nada más.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Mari se casó con otro hombre en 1967. Hicieron el viaje de novios a Catalunya. Y claro, visitaron a sus primos. Le presentó su marido a Emilio, y antes de irse se dieron un abrazo. Fue la última vez que se vieron. Mari y su marido se fueron a vivir a Bilbao y tuvieron tres hijos.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Desde que Mari Carmen se enteró este año de que Emilio había muerto, tenía una espina clavada: no conservar ningún recuerdo de su primo. Estaba en mis manos solucionarlo, así que fui a verla para regalarle el diario.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Y por fin, tras casi seis décadas, el diario está ya donde le corresponde: en manos de su protagonista. pic.twitter.com/7SuiLtYtk1
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
Fin.
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018
¡Nos vemos en el próximo hilo!
Mientras tanto, aquí tenéis otros:
Galo: https://t.co/h8GV79hTkg
La Sagrada Familia: https://t.co/BMCjKnQH5L
El negativo: https://t.co/noy337MRtg pic.twitter.com/D1EBnIxnnz
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!