La historia de desamor de Emilio, que creyó haber dejado el mundo "sin aportar nada de interés"

El periodista Oriol Querol encontró en un mercado el diario de un hombre cuya esquela fue muy difundida en febrero

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El 20 de julio, el periodista Oriol Querol acudió al mercado de los Encants en Barcelona. Es uno de los mercados de antigüedades más conocidos de la ciudad. Paseando entre las mesas llenas de reliquias, una de ellas captó particularmente su atención. "Era muy ecléctica", dice el periodista de Salvados (LaSexta) a Verne por teléfono.

Cortesía de Oriol Querol

En varios de los objetos había un nombre apuntado: Emilio Miró Paniello. Todo lo que estaba en la mesa perteneció a esta persona. "El nombre estaba por todas partes. Todos los objetos eran muy curiosos. Tenía los aparatos y fotos de toda una vida en unos pocos metros cuadrados", añade Querol. Mientras exploraba entre los objetos, escribió "Emilio Miró Paniello" en Google. Para su sorpresa, aparecieron varias noticias sobre él. Estaban relacionadas con la esquela que su familia publicó en La Vanguardia cuando murió.

La Vanguardia

Después de su muerte, el piso fue vaciado y los objetos, tras pasar por al menos tres intermediarios, acabaron en los Encants. Es un proceso habitual ante un fallecimiento. Varios medios se hicieron eco de aquella curiosa esquela, que hablaba de Miró como un hombre que murió "sin haber aportado nada de interés". Como explicó la familia en RAC1, emisora que acudió al funeral, Miró escribió el texto y dejó instrucciones para que fuera publicado cuando muriese.

A Querol no le cuadraba la afirmación de la esquela con los objetos que estaban ante él. Rebuscando un poco más, encontró el diario personal de Miró. "El vendedor me pedía 50 euros. Lo acabé comprando por 10". El periodista ha volcado parte del contenido del diario en un hilo de Twitter que, en un día desde el 2 de septiembre, ha sido retuiteado más de 10.000 veces. Parece que Miró sí aportó bastantes cosas.

Puedes leer el hilo completo al final del artículo. En él, Querol cuenta lo mejor de ese diario, compuesto por 560 páginas escritas entre el 13 de octubre de 1960 y el 21 de diciembre de 1962. Es decir, el tiempo en el que Miró tenía entre 20 y 22 años. "Habla mucho de política, que si la Unión Soviética esto, que si el Congo lo otro; también habla de cine, analiza una película en cinco páginas; escuchaba mucho la radio... Ante el diario es como un niño al que le cuenta todo lo que le ha pasado durante el día".

El extremo detalle del diario de Miró empezó a aburrir a Querol, pero acabó dando con algo que captó especialmente su interés. "Estaba enamorado de su prima Mari, que vivía en Monzón (Huesca), con la que se mandaba cartas. Ella tenía 17 años. Por lo que escribe, los 15 días que pasaron juntos en Barcelona y Pirineos en verano del 61 fueron, posiblemente, los más felices de su vida. Se pasó meses escribiendo sobre esas dos semanas", dice. En estos fragmentos se aprecian los sentimientos de Miró.

Miró no confesó sus sentimientos y las respuestas de Mari a sus cartas cada vez se espaciaron más. "El deseo de Emilio -lo dice en varias ocasiones- era que Mari leyera algún día las páginas del diario. Pero casi 60 años después, los papeles habían aparecido en el suelo de un anticuario. Así que probablemente Mari nunca lo vio", dice Querol en uno de los tuits del hilo. Por ello, empezó la búsqueda de esta mujer. Tenía bastantes datos con los que empezar.

Así consiguió dar con una de las hijas de Mari, que la puso en contacto con la protagonista del diario. ¿Qué fue de ella? "Mari se casó con otro hombre en 1967. Hicieron el viaje de novios a Cataluña. Y claro, visitaron a sus primos. Le presentó su marido a Emilio, y antes de irse se dieron un abrazo. Fue la última vez que se vieron. Mari y su marido se fueron a vivir a Bilbao y tuvieron tres hijos", cuenta Querol en Twitter.

El periodista quedó con Mari y su hija el 30 de julio para darles el diario de Miró. "Ellas estaban veraneando en la Costa Dorada, aquí en Cataluña, y fui a verlas. A Mari le hizo mucha ilusión. No tenía ningún recuerdo de él. Casi no se creía que le estaba regalando el diario. Lo han llevado a encuadernar y todo. Me mandaron una foto", añade Querol.

¿Cómo se siente el autor de la historia respecto a Miró? "Me da mucha pena. Esas dos semanas fueron muy especiales para él. Se pasó meses escribiendo sobre aquellos días". La familia del fallecido autorizó a Querol para que publicase el hilo. Le ayudaron mandándole fotos de su juventud. Verne se ha puesto en contacto con un miembro de la familia de Miró y nos ha confirmado la veracidad de la historia de Querol.

Miró, que murió a los 77 años, estudió Química y trabajó en Fecsa (Fuerzas Eléctricas de Cataluña). "Era muy inteligente y muy culto. Hizo muchas cosas, pero era muy modesto", dijo la familia en RAC1 cuando les preguntaron por la esquela. Le encantaba el belenismo. También contaron que su madre era de Monzón, el pueblo de Mari, y su padre era un periodista catalán.

La historia de Emilio Miró Paniello

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