Apuntarse al registro de donantes de médula no es lo mismo que hacerse donante: la probabilidad que aparezca algún paciente compatible es baja, y puede tardar años en llegar o no producirse nunca. A Antonio Romero, de 26 años, lo llamaron solo 10 días después de registrarse. “Me sonó el móvil y me dijeron: soy de la Fundación Josep Carreras, imagino que sabrás por qué te llamamos. La verdad es que no me lo imaginaba, pensé que sería para responder una encuesta o algo parecido”, cuenta por teléfono a Verne. Ha contado la historia de su donación en un hilo de Twitter, que ha superado los 8.000 retuits en menos de 24 horas.
Hoy, 4 de septiembre, hace justo un año que estaba así, y aunque parezca imposible, hice lo más importante que he hecho en la vida. pic.twitter.com/Qi4fEHVdZz
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Romero ha aprovechado que se cumplía un año de su donación para contar cómo fue todo el proceso [puedes leer el hilo al completo abajo]. “Decidí contarlo porque creo que hay mucho desconocimiento, hay gente que no imagina que sea algo tan sencillo e indoloro y por eso no se animan a hacerse donantes”, cuenta.
La historia de Romero comienza con cómo se apuntó al registro de donantes de médula (puedes leer cómo se hace, paso a paso, aquí). Tras recibir diez días después la llamada de la Fundación Josep Carreras, le hicieron unos análisis para confirmar su compatibilidad con el paciente. Una vez confirmada, tenía tres semanas antes de comenzar la donación.
“Esas tres semanas me comí mucho la cabeza pensando cómo estaría esa persona que me necesitaba y si podría ayudarla”, cuenta Romero a Verne. “Además, me pilló de vacaciones, así que tenía todo el tiempo del mundo para darle vueltas”. Tal y como explica el madrileño en el hilo, existen dos métodos de extracción de médula: de sangre periférica (el más común, con extracciones de sangre) y de médula ósea, con una serie de punciones en la pelvis. A Romero le practicaron el primero.
Imaginaos la sensación de responsabilidad al pensar que hay una persona en otra parte del mundo esperándote a ti. Que tú tienes lo único que puede hacer curarse a esa persona. Y que puedes dárselo.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) 4 de septiembre de 2018
El proceso, cuenta Romero en el hilo, consiste en una serie de inyecciones previas que permiten el paso de las células madre de la médula ósea a la sangre. Después, llega el día de la donación, en el que filtran la sangre del donante para extraer las células madre. Romero cuenta que pasó cuatro horas en la camilla y, después, para casa. “Cuando todo terminó, sentí cierto alivio tras tantas semanas de responsabilidad”, reconoce. “Estaba un poco cansado”.
El donante no conoce nunca al paciente que ha recibido la donación, pero existe la opción de llamar pasados 100 días para informarse de cómo ha ido todo. Romero, al principio, pensó en no hacerlo. “No sabía cómo iba a reaccionar si me enteraba que había salido mal”, cuenta a Verne. Este año, el joven conoció a algunos supervivientes de leucemía gracias al Centro de Transfusión de Sangre, y eso le animó a hacer la llamada. “Me di cuenta de que, con haberlo intentando y haber podido alargar algo más la vida de una persona, era suficiente”, explica.
No hizo falta ese consuelo: la Fundación Josep Carreras le anunció que el paciente al que había donado estaba en proceso de curarse y que todo había salido bien. “Es la mejor noticia que me han dado en la vida”, cuenta.
A continuación, puedes leer el hilo de Antonio Romero al completo. Si quieres más información sobre cómo hacerse donante, puedes leer este reportaje en el que lo contamos, paso a paso, en Instagram Stories. Y si quieres leer más experiencias de donantes, este es el testimonio de Juan Antonio Martín que, que donó por el método de médula ósea.
Hoy, 4 de septiembre, hace justo un año que estaba así, y aunque parezca imposible, hice lo más importante que he hecho en la vida. pic.twitter.com/Qi4fEHVdZz
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Todo comenzó un mes antes. Después de mucho pensarlo decidí inscribirme en el registro de donantes de médula ósea.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Es muy complicado encontrar un donante compatible con la persona que lo necesita. Por eso se hace un registro internacional. Una persona de cualquier parte del mundo puede necesitar tu médula.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Cuando te inscribes lo único que tienes que hacer es un pequeño análisis de sangre y dar tus datos. Es tan difícil que te llamen que una vez que lo haces te desentiendes.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Me llamaron a los 10 días. 😐
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Había una persona en el mundo que necesitaba mi médula para poder sobrevivir. Para poder curarse.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Fui al centro de transfusión de sangre de @Madridonasangre .
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Tocaba hacerse otro análisis de sangre para confirmar la compatibilidad.
Y así fue: yo era la persona del mundo más compatible con el receptor.
Imaginaos la sensación de responsabilidad al pensar que hay una persona en otra parte del mundo esperándote a ti. Que tú tienes lo único que puede hacer curarse a esa persona. Y que puedes dárselo.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Tras confirmar la compatibilidad comenzó la cuenta atrás. En cuestión de tres semanas se iba a hacer efectiva la donación.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Te citan un día en un hospital y te hacen todo tipo de pruebas: análisis, radiografías, electros, te pesan, te miden, te preguntan, te repreguntan y te vuelven a preguntar...
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Una semana más tarde vuelves. Si todo está bien se confirma la donación. Firmas unos papelitos y pa'lante.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
La donación se puede llevar a cabo de dos maneras: sacando las células de la sangre de las venas o sacando las células del hueso de la cadera.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Casi todo el mundo dona las células madre directamente de sus venas. Es un proceso sencillito muy parecido al de donar sangre.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Yo doné por ese método.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Durante cuatro días tienes que pincharte unas inyecciones que provocan que las células madre salgan de los huesos hacia las venas. De esa forma, luego se pueden recoger fácilmente.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Desde el momento que te pones la primera inyección, ya no puedes echarte para atrás. El receptor también se está medicando. Está destruyendo su médula para sustituirla por la tuya. Si no la recibiera sería fatal para él.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
No os voy a engañar, no fueron los cuatro mejores días de mi vida. Las inyecciones te dejan el cuerpo un poco pachucho. Como si cogieras una gripe.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Te duelen los huesos, los riñones, estás cansadillo. Pero bueno, un Nolotil y tiras.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Te duelen los huesos, los riñones, estás cansadillo. Pero bueno, un Nolotil y tiras.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
El último día tienes que madrugar, pincharte por última vez e ir para el hospital.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Una vez allí te tumban en una camilla. Te acomodan y te pinchan en los dos brazos.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
La sangre sale por el tubo que te han pinchado en uno de los brazos, pasa por una máquina que la filtra y recoge las células madre, y entra por el tubo del otro brazo.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Te tiras tumbado en la cama como 4 horas.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Me vi enterito el primer programa de la temporada de @anarosaq. Yo soy más de @susannagriso, pero es lo que había.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
A las 4 horas ya había dado todo lo que tenía que dar y se me había pasado el mal rollo del cuerpo que me habían provocado las inyecciones.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Me desengancharon de la máquina y me mandaron a casa.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Al día siguiente por la mañana llamaron al timbre. Era un mensajero. Traía un desayuno completo de parte de la @fcarreras ♥♥.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Yo ya estaba como una rosa, pero me cogí el día libre para asimilar todo lo que había pasado.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Que una persona reciba la médula de un donante no significa automáticamente que se vaya a curar.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Esa persona comienza un proceso jodidillo mediante el cual su cuerpo tiene que asimilar la nueva médula.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
La donación es completamente anónima. No puedes saber, bajo ningún concepto, quién ha recibido tus células.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Pero hay una cosa que sí te dicen: a los 100 días puedes llamar para saber si el trasplante ha ido bien.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Yo no me atreví a llamar. Si las noticias no eran buenas no sé cómo me habría sentado.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Pero hace un par de meses me atreví a preguntar.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Llamé y me dieron la mejor noticia que me han dado en la vida. ¡El receptor estaba bien! No había rechazo y estaba en proceso de curarse.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
¿Qué pretendo contando todo esto? En primer lugar que seamos conscientes de que solo entre el 25 y el 30% de las personas que necesitan un trasplante de médula encuentran un donante compatible dentro de su familia.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
En segundo lugar, que aunque exista un registro de donantes internacional, sigue siendo muy difícil encontrar una médula compatible.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Y en tercer lugar, que donar médula ósea es un proceso sencillo y seguro, que no duele y que no tiene efectos secundarios.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Imaginaos cómo sería todo este proceso si todo el mundo fuera donante de médula.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Me gustaría agradecer tanto al Centro de Transfusión de Sangre de @Madridonasangre, como a la @fcarreras la labor que hacen y lo bien que acompañan a las personas. Y también a mi familia, en especial a @CarlosCaarr, por acompañarme en todo este proceso. 😊
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
Si quieres más información sobre la donación de médula ósea: https://t.co/jPvGZMfuxT
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
¡También más info en la página de @Madridonasangre!https://t.co/wkPkrZ2ahq
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 4, 2018
¡Mil gracias a todos por la difusión!
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 5, 2018
Afortunadamente, esta no es una historia aislada. En sus 30 años de existencia, la @fcarreras ha encontrado 14.000 donantes anónimos compatibles para pacientes españoles, cada uno con su propia historia. 😊 pic.twitter.com/qJipIWn30E
Muchos me estáis preguntando dudas sobre la donación, pero es un poco difícil contestaros a todos.
— Antonio R. Ajenjo (@ARAjenjo) September 5, 2018
Además, quien mejor os puede contestar es @fcarreras. ¡A seguirlos! 🐦https://t.co/LJWMaiqZmx
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