El primer beso, el nacimiento de un hijo o el sí quiero el día de tu boda son momentos que nunca se olvidan. Pero hay muchos otros recuerdos que no duran para siempre. En la mayoría de ocasiones los sacamos de nuestra memoria porque el cerebro no les presta la atención suficiente. Tendemos a recordar lo inesperado y aquellas cosas que nos provocan emociones positivas. Así se crean momentos únicos.
Por lo tanto, si todos los días son iguales, acabamos por olvidarlos. "Puedes ir a trabajar andando todos los días y no acordarte de casi nada de lo que ha pasado en el trayecto. Pero si un día vas por el paseo de la Castellana y te cruzas con un elefante, te vas a acordar el resto de tu vida", explica a Verne Bryan Strange, director del Laboratorio de Neurociencia Clínica del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Como decía el escritor italiano, Cesare Pavese, "no recordamos días, recordamos momentos".
El padre de la psicología moderna, William James, defendía que los eventos con una carga emocional dejan una cicatriz en tu cerebro. "Por eso cuando alguien te ataca o sufres un accidente, tienes un recuerdo muy fuerte", sostiene Strange, que también dirige el departamento de Neuroimagen de la Fundación Centro de Investigación en Enfermedades Neurológicas. Lo mismo ocurre con los recuerdos de buenos momentos. "La misma parte del cerebro, la amígdala, es sensible a eventos negativos y positivos".
Recurrir a experiencias originales como el festival Singin’ in the Cave puede ayudar a crear esos recuerdos positivos. En este evento, artistas como Coque Malla, Maika Makovski y Alondra Bentley cantan en una barca en medio de un lago en Les Coves de Sant Josep (Castellón). El festival, que se celebró por primera vez en 2016 y cuya última edición finalizó a mediados de octubre, tiene lugar en un espacio natural único.
Y es que cuando nos lo pasamos bien o estamos ocupados, el tiempo pasa más rápido. O eso nos parece. "La percepción que tenemos del tiempo es subjetiva depende del cúmulo de sucesos significativos que nos pasan en nuestra vida. El tiempo siempre transcurre del mismo modo, es la sensación lo que varía", afirma Félix Viñuela, coordinador del Grupo de Estudio de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neurología.
"Cuando focalizamos la atención en los hechos porque los disfrutamos, dejamos de percibir el tiempo interior y sentimos que un momento pasa más rápido", sostiene Viñuela. Al contrario, cuando no ocurre nada relevante a nuestro alrededor, el tiempo pasa más despacio. Es decir, si algo no nos atrae, lo más probable es que no prestemos atención. Y por lo tanto, lo olvidemos. El cerebro es el único órgano del cuerpo que mejora con su uso, tal y como explica Viñuela.
Por lo tanto, cualquier recuerdo va a hacer que el cerebro esté en en forma: "Nada de lo que memoricemos ocupa un espacio irrelevante". En la era digital, muchos tendemos a grabar los momentos especiales con el objetivo de recordarlos para siempre.
Pero hacerlo puede ser contraproducente: "Al prestar atención al teléfono no estamos disfrutando del momento sino que nos distraemos y luego no podremos recordarlo". Así que si no quieres tener que recurrir al móvil para revivir un momento especial, guárdalo, abre los ojos, pon el oído y disfruta.
El cerebro modifica nuestros recuerdos
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