Pilar Robles (Ciudad Real, 1994) necesitó menos de dos minutos para hacerse famosa como Lapili. Es el tiempo que duró la audición de Factor X a la que se presentó junto a su primo Alejandro como el dúo Glitch Gyals en abril de 2018. Desde entonces, el vídeo que recoge el momento supera los 21 millones de reproducciones. Lo que para muchos es simple petardeo, esconde más referentes de los esperados.
Lapili suele cantar, ya en solitario y cargada de ironía, a la belleza real y a la liberación femenina en éxitos virales como No depilada y Muslona, en el que hace percusión con sus propios muslos, mientras luce prendas que ella misma ha diseñado y que vende su propia tienda digital.
Aunque no lo parezca viendo su canal de YouTube, la cantante de 24 años no desentona entre los tres siglos de historia de la Real Fábrica de Tapices de Madrid donde se desarrolla esta entrevista en la que explica su otras facetas creativas. "¡Por fin alguien me pregunta por ello!", cuenta a Verne sonriente mientras pasea por el histórico edificio.
Estudió un grado superior centrado en arte textil en la Escuela de Arte de Granada y cuando se marchó a vivir a Madrid montó durante unos años un taller en la antigua Tabacalera de Madrid. Esa pasión por la moda que ha convertido en su profesión le llega por herencia directa, de una abuela diseñadora de trajes de flamenco y otra tejedora empedernida.
Defiende que en su ropa hay parte de su vida. Por eso intenta adaptarla a su personalidad. "Es muy complicado que alguien me encuentre en un Primark. Mi generación no tiene ni idea de cómo se fabrica un tejido ni de cuáles son los componentes de una tela", cuenta.
Más que ser una influencer, Lapili construye su propio universo referencial que reivindica en sus vídeos, como las obras de la pintora Lina Viktor o los ritmos urbanos de herencia africana del bailarín Incredible Zigi, con quien está a punto de colaborartras descubrirlo en Instagram.
¿Por qué conformarse con reciclar cosas cuando se pueden mejorar? es la pregunta que ha convertido en una de sus formas de vida. El concepto viene acompañado de un neologismo: el upcycling.
"Consiste en recoger materiales o productos que se considera que han llegado al final de su vida, que no se van a usar más y que van a acabar en desechos y se vuelven a utilizar para hacer productos que tienen una calidad superior a la que tenían anteriormente. Sería lo contrario al reciclaje común que conocemos todo el mundo, en el que cogemos unos productos y hacemos otro de menor calidad", explica.
En su último vídeo, No depilada, afronta el debate de qué es feminismo con una sencilla premisa: "hay que ser libre y hacer lo que uno quiera siempre con respeto a los demás y sin agredir a nadie de ninguna manera. Como dice la canción, tú puedes hacer lo que quieras con tu mondonguito".
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