“El año que viene buffet”. Si alguna vez has oído esta amenaza en Nochebuena, Navidad o Nochevieja es porque tu madre, tu tía, tu tío o a quien le tocará preparar el menú para 20 bocas adultas más ocho infantiles en alguna de las fechas claves navideñas acabó agotado de un trabajo, a veces, tan ingrato.
Cocinar en Navidad es aún más laborioso que hacerlo el resto el año por la cantidad de comensales y por las expectativas puestas en el convite. Antes, los chefs familiares han tenido que estrujarse el cerebro, volver a verse los casi 1.700 episodios de Karlos Arguiñano o revisar todas las cuentas foodies de Instagram para coger ideas y sorprender a los invitados.
Después, una vez decidido el menú, han ido a la compra, seguramente más de una vez y probablemente a más de un mercado distinto y ya, por fin, se han puesto a cocinar, dejando aún un rato para hacer un tetris en el salón y poner la mesa para todos los primos. Cuando llega la hora, la familia se sienta a la mesa y devora sin parar.
Dar las gracias por algo que ocurre normalmente o reconocer el trabajo de alguien que siempre damos por hecho, como es preparar la cena de Nochebuena para toda la familia, a veces se nos olvida. Estamos tan acostumbrados a que esas personas lo hagan siempre que no paramos a pensar en el esfuerzo y aunque siempre lo hagan bien, también necesitan esa palmadita. “De una forma o de otra, todo el mundo sueña con destacar, con ser admirado, aclamado o incluso aplaudido”, explica el doctor en psicología Leon F. Seltzer en Psychology Today.
Mucha admiración por madres y abuelas
Hoy, ese agradecimiento llega muchas veces de forma virtual. Amstel Index, una herramienta que mide el reconocimiento en redes sociales y lo expresa en una escala de 0 a 100, empezó este lunes 24, víspera de Navidad, a buscar comentarios que junto al término “cena” incluyera alguna expresión de halago, felicitación o agradecimiento y encontró que el 54% de las menciones expresaban admiración por la cena familiar, en general, o por la cocinera, en particular.
Hablamos de cocineras en femenino porque, según las menciones analizadas por Amstel Index, las madres y abuelas siguen siendo quienes se encargan de las cenas de Nochebuena y por eso son ellas quienes más aparecen en la conversación. Un 43% habla de la labor de las madres en los fogones durante estas fiestas, y el 84% de esos mensajes reconocían su trabajo (frente al 16% crítico).
Les siguen las abuelas (31%) y ya más lejos los padres (12%), los abuelos (9%), las tías (3%) y los tíos (2%). Además, a las abuelas no solo se les agradece su labor en la cocina, sino simplemente su compañía, su función de anfitriona o su labor como nexo de unión familiar. Mientras que los padres son los más criticados (39%) por esa marcada desigualdad en los hogares.
Como dato curioso, los veganos y vegetarianos han verbalizado más su agradecimiento (9%) a esas madres cocineras que les han aceptado y les han preparado un menú adaptado a sus preferencias alimenticias.
Dígale al chef que estaba muy bueno
“El año que viene cenamos en un restaurante”. Esta es otra amenaza recurrente que en más de un hogar se ha hecho realidad. Cada vez más restaurantes abren en las fechas señaladas de la Navidad. Y quizá el agotamiento ante el esfuerzo lleva a los chefs domésticos a rebelarse sin sucesor a la vista en la cocina. Entonces, la familia al completo o disgregada acaba en un restaurante.
En estos casos, la necesidad de agradecer y reconocer la labor del otro continúa, simplemente hemos cambiado de fogones. Ahora no cocina tu madre, tu tía o tu cuñado, pero lo hace alguien a quien, posiblemente, no conoces y que está trabajando en un día festivo para la mayoría.
Según los datos recogidos por Amstel Index, tenemos muy claro el sacrificio que ejercen los profesionales trabajando en cualquier sector durante la Nochebuena. Recogieron un 89% de mensajes de reconocimiento hacia ellos, donde se incluyen los camareros, que son un colectivo especialmente defendido en redes sociales. El 38% de los comentarios en los que se menciona a camareros son críticas a aquellos que no saben agradecer su trabajo.
No esperes las gracias, gracias
El 58% de los que tuvieron que cocinar en Navidad para familia o amigos, manifestó en Twitter su disgusto o molestia por no ver su labor más reconocida. Frente al 42% que simplemente aceptan su papel de chef familiar sin ponerlo en cuestión y cocinan para los demás con gusto. Estos datos hablan de la idea de auto-reconocimiento y aceptación personal de la que hablan los psicólogos.
“Cuando alguien no te da el reconocimiento que crees que mereces es mejor no tomárselo de manera personal. Por varias razones, es crucial que cuando ejecutas algo bien, demuestras habilidades o talento, te comportas desinteresadamente, aprendas a felicitarte a ti mismo”, dice en Psychology Today Leon F. Seltzer. Cocina para los demás, pero también para ti.
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