Los países tienen bandera, himno y folclore... ¿y también un ADN nacional común a todos sus ciudadanos? En México, ese debate ha generado muchas reacciones en redes sociales desde el lanzamiento de una campaña publicitaria de Aeroméxico que habla de la existencia de porcentajes de “ADN mexicano” entre ciudadanos del sur de Estados Unidos (EE UU).
Un buen número de usuarios ha tildado la campaña de sinsentido y hasta de racista en razón de la diversidad multicultural del país, pero los expertos difieren.
No existe el ADN mexicano. México es una mezcla geneticas poblacionales, asiaticas, europeas y africanas. Hablar de porcentajes, implica una supremacía. Pésimo comercial
— Juan Esteban Cetina (@JuanEstebanCeti) 18 de enero de 2019
Amigues, el ADN mexicano NO EXISTE. México es un país multiétnico, multilingüe y multicultural agrupado bajo un Estado simbólico. México NO es una "raza"y con suerte nunca lo será. Digan NO al Vasconcelismo. https://t.co/bVxthLCKnn
— Tania Tagle (@Tania_Tagle) 17 de enero de 2019
El director general del Instituto Nacional de Medicina Genómica, el doctor Francisco Xavier Soberón, descarta en entrevista con Verne que exista un ADN estrictamente mexicano en un país tan diverso, formado por 65 pueblos indígenas y sucesivas olas de inmigración europea, asiática y africana.
Sin embargo, el avance de los análisis genéticos permite hablar sobre cromosomas específicamente vinculados al territorio que hoy ocupa México, como menciona también a Verne el doctor Federico von Son de Fernex, fundador y director de Mi ADN México, empresa dedicada a este tipo de pruebas genéticas. “Hay una diferencia entre nacionalidad y ancestría genética”, explica el médico. Algo particularmente cierto en México, dada la diversidad de sus habitantes.
“Un porcentaje del ADN puede provenir con una probabilidad muy alta de ancestros mexicanos. Por tanto, no creo que la publicidad de Aeroméxico sea engañosa”, asegura Soberón. Von Son de Fernex también concuerda en que es posible definir orígenes étnicos que son exclusivos a un país.
Las empresas que se dedican al análisis de la ancestría son cada vez más precisas a la hora de determinar el puzzle genético de una persona. “Antes solo llegaban a señalar el origen por continentes, pero ahora ya se puede saber la región”, explica Soberón. La empresa estadounidense Ancestry, una de las líderes del sector, puede analizar más de 700.000 secciones del genoma de una persona con una simple muestra de saliva y compararlas después con una enorme base de datos. Tras un análisis que dura entre 6 y 9 semanas, el resultado clasifica el cromosoma según 26 regiones de todo el mundo.
Aunque no hay un ADN prototipo, sí existe un elemento común en la mayoría de mexicanos: el mestizaje.
La mayor parte de ciudadanos de este país tiene al menos un 30% de ascendencia indígena o europea, según Soberón. Son menos comunes los extremos, es decir, la gente con cromosomas casi enteramente indígenas o europeos. La composición también varía según la región y la concentración de pueblos originarios. Cuanto más al norte, más incidencia genética europea; cuanto más al sur, más indígena -el 27% de la población de Chiapas, unos de los Estados con más población amerindia-, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Hasta ahora, los análisis no alcanzaban a vincular el ADN con un pueblo indígena específico - por tanto, el porcentaje amerindio de un texano como los que aparecen en el vídeo publicitario de Aeroméxico, podía pertenecer a un pueblo indígena basado en México o en EE UU. Sin embargo, el determinar la procedencia según el pueblo indígena está cada vez más cerca. El equipo de Somos lleva tres años colaborando con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México para recopilar muestras de salivas de subgrupos étnicos del país, como los mayas, los mixtecos o los wixárikas. “Por ahora tenemos entre 9 y 13 subgrupos mapeados”, explica Von Son de Fernex. “La idea es seguir expandiendo la base de datos pero es un trabajo de mucho tiempo y muy costoso”.
El interés que despierta la genealogía entre los mexicanos va en aumento y eso ayuda. “Los servicios de ancestría se han vuelto más finos a medida que sus clientes crecen”, dice Soberón. Ancestry, con sede en Utah, EE UU, acaba de lanzar sus actividades en México -solo acepta solicitudes por invitación ante la alta demanda- y ya existen varias empresas mexicanas como Somos con este tipo de oferta. Tras pasar años preguntándose si tenía algún porcentaje de origen amerindio, los pedacitos genéticos de Von Son de Fernex ya encajan: una aplastante procedencia europea, como delata su apellido, deja un hueco para un 3.6% maya y otro 5.9% nahua.
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