El 50% de los trabajadores españoles busca un ambiente laboral agradable. Y en la zona EMEA (Europa, Oriente Medio y África), el 19% de los trabajadores estarán tres veces más cerca de cambiar de empresa por una relación pobre con su jefe, según un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad.
Datos significativos y que revelan una rápida instantánea de cómo somos y qué queremos en el trabajo. El salario sigue siendo el primer elemento que apreciamos a la hora de aceptar un nuevo puesto, pero pierde enteros cuando se trata de valorar quedarse en una misma empresa.
En España nos importa la seguridad y le damos cada vez más importancia a la facilidad que nos ofrezcan para encontrar un mejor equilibrio entre la vida personal y la laboral; y al buen ambiente de trabajo, el cuarto factor más relevante para nosotros. En ambos elementos, un jefe que reconozca el buen trabajo, facilite y promueva las buenas relaciones y el buen ambiente resulta fundamental. A principios de 2018, Amstel elaboró un estudio del Índice de Reconocimiento en España, que arrojaba datos como que el 83% de los empleados no se sienten reconocidos por sus jefes.
Según Amstel Index, la herramienta que mide el reconocimiento en redes sociales y lo expresa en una escala de 0 a 100, si atendemos a los comentarios vertidos en Twitter el buen ambiente de trabajo viene dado más por los compañeros que por los jefes. Los primeros reciben un 60% de comentarios de reconocimiento, mientras que los segundos se quedan con un 46%, siendo más frecuentes los comentarios críticos (54%).
Y, sin embargo, haciendo zoom a los datos de Amstel Index hay que resaltar que cuando se habla de “jefa” en las redes sociales, el reconocimiento sube un 22%: la jefa recibe un 66% de mensajes positivos, siendo las virtudes humanas (17%) su valor más destacado; frente a un 44% de comentarios positivos recogidos alrededor de “jefe”, con el sentimiento de “enojo” (19%) como el más frecuente al hablar de superiores hombres.
Mi jefe, mi amigo
Volviendo a una foto más general, cuando se habla bien de los jefes en las redes sociales es para valorar sus virtudes humanas (14%) e incluso proclamar nuestra admiración por su persona o labor (13%). Como expone Amstel Index, el reconocimiento viene, sobre todo, dado por un acto positivo del jefe al empleado, como regalar días libres, el permiso de salir antes… Datos que refuerzan las teorías psicológicas sobre la importancia de la motivación y cómo incrementarla en los espacios de trabajo.
“La mayoría de las personas son buenos trabajadores, que podrían ser mucho mejores si trabajaran en equipo con sus jefes, de forma que ambos trabajan juntos y eficazmente por el interés de la empresa”, explica Samuel Culbert, profesor de gestión y organizaciones en UCLA (University of California, Los Angeles) y psicólogo clínico.
Una voz fuerte en Estados Unidos en contra de la práctica de las revisiones anuales de empleados porque acaban siendo momentos de críticas desmotivadoras o halagos infructuosos. Según Culbert, “los empleados quieren ver a sus gerentes como aliados no como antagonistas”.
A estas alturas nadie pone en duda que recibir respuesta positiva de tus superiores es un estimulante para la motivación, para mejorar el rendimiento y aupar la autoestima. Se puede ver como un empujón para seguir avanzando, buscando el ascenso anhelado (salarial y de título) y desarrollando nuevas capacidades. Y, al contrario, las valoraciones negativas de nuestro trabajo pueden desmoralizar.
No obstante, hay expertos que ven matices en esta simplificación, como exponen Ayelet Fishbach y su equipo de la Universidad de Chicago. Depende de cómo se digan, quién los diga y en qué contexto, comentarios positivos pueden dejarnos igual o no animarnos a seguir mejorando porque hemos cubierto objetivos; y, al revés, comprometidos con un objetivo claro, comentarios negativos pueden animar a seguir mejorando en nuestro desempeño.
Los jefes tienen muchas variables con las que hacer malabares para lograr esa relación ideal que sea de confianza sin perder autoridad, amistosa sin dejar de liderar. Porque no hay duda de que si se consigue esa buena relación entre empleado y empleador, ese buen ambiente de trabajo, son todo ventajas: reducción del estrés, mejor comunicación y mayor desarrollo profesional.
Cómo acabar con mi jefe
Si no se persigue esa buena relación y se tiende a un liderazgo más a la antigua usanza, simplemente tirando de autoridad y frialdad (evitando tajantemente el interés personal), es cuando aparecen las críticas, como expone Amstel Index.
El enojo o enfado hacia ellos por su abuso de autoridad o su incompetencia son los aspectos más frecuentes en las conversaciones observadas en redes sociales sobre jefes. Y según Randstad, el 27% de los trabajadores buscarán un nuevo empleo basándose en la falta de reconocimiento de sus jefes.
Por último, los coach profesionales, Thuy y Milo Sindell, identifican un elemento más para impulsar la motivación: se trata de la identidad. Teniendo en cuenta que el trabajo es donde más tiempo pasamos al día y nuestra necesidad de cubrir el sentimiento de pertenencia, estaremos más motivados si nos sentimos identificados y orgullosos de la empresa con la que trabajamos y los jefes que tenemos. Amstel Index ratifica esta idea al observar que los comentarios en público positivos y hasta de admiración por los jefes son una realidad.
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