Likes, selfis, comentarios, visualizaciones… La era de las redes sociales es definitivamente narcisista. Exponiéndonos en Instagram o Twitter a través de fotos, opiniones, vídeos, ¿buscamos el reconocimiento de los otros o solo reforzar la valoración que tenemos de nosotros mismos? ¿Es una forma de mejorar la autoestima y el amor propio o una manera de compararnos con los otros y presumir.
La psicología está buscando respuestas urgentes a este cambio rápido y constante en la sociedad actual. Se pregunta si esta muestra de amor propio, esta demostración de nuestras habilidades, talentos, capacidades es saludable o solo una actividad narcisista. Y, sobre todo, se plantea si el ejercicio de reconocimiento de uno mismo lleva a la felicidad e invita a valorar más a los demás.
La herramienta Amstel Index, que mide el reconocimiento en redes sociales y lo expresa en una escala de 0 a 100, escuchó la conversación en Twitter durante 15 días buscando las expresiones positivas de ese autorreconocimiento y vio que manifestaciones de autohalago estaban, principalmente, relacionados con el físico (20%), la inteligencia (18%) y las aptitudes (62%). Incluyendo en esta última categoría todo ese tipo de expresiones comunes de autocelebración que no especifican ninguna habilidad o rasgo concreto, tipo: “Soy una crack”, “soy un hacha”.
Según Amstel Index, además, el término más usado para reconocer el físico es guapo y guapa. Para reconocer una aptitud se emplea más crack. Y para referirse al aspecto intelectual la palabra genio es la más frecuente.
Como curiosidad, el 8% de todas las menciones recogidas en la escucha incluían un insulto o palabra malsonante, aunque siempre usadas en un sentido positivo para reforzar el piropo: “soy un puto genio”, “soy una puta crack”.
Autoestima vs. narcisismo
Sobre esta exposición (¿sobreexposición?) de nosotros mismos, la psicología tiene mucho que decir y sigue estudiando y sacando nuevas conclusiones. “El amor propio y la autoestima saludables están basadas en creer que tenemos un número de cualidades positivas y que otros también tienen esas cualidades”, explica la doctora en psicología Tara Well.
El problema está cuando solo nos valoramos a nosotros mismos y dejamos de valorar a los demás o solo los usamos para reforzar nuestra confianza personal. “Si no nos queremos a nosotros mismos o nos sentimos seguros, a menudo buscamos compararnos con otros, creyendo que somos mejores en una habilidad concreta, nos sentiremos mejor con nosotros mismos. Necesitar que otra gente sea peor en algo para que seamos mejores es un rasgo habitual del narcisismo y no es una forma real de percibir a otra gente”.
Solteros vs. en pareja
Desde hace poco en España y en otros países el 13 de febrero ha empezado a llamarse el Día del soltero, una efeméride que los chinos llevan celebrando desde los años noventa el 11 de noviembre. Aunque naciera como reacción a la idea tradicionalmente establecida de que la vida es más feliz en pareja, se ha ido desarrollando cada vez más como un día en el que reivindicar el amor… por uno mismo.
Cuidarse física y mentalmente, apreciarse, valorarse, reconocerse, repetirse mantras que otorguen seguridad. Son algunas de las claves que dan los profesionales para aprender a enarbolar el amor propio.
Huir de la habitual crítica personal con pensamiento positivo o aprender a mirarse al espejo no buscando los defectos son otros de los consejos más concretos que dan. Un trabajo que, en líneas generales, tienen que hacer más las mujeres. Como prueba Amstel Index, los hombres escriben un 18% más de menciones de autorreconocimiento en redes sociales.
Amor propio y ajeno
Sin embargo, los psicólogos apuntan que la autoestima y el amor propio no deben basarse en elementos externos. “Nuestra cultura competitiva nos dice que necesitamos ser especiales y destacar por encima de la media para sentirnos más a gusto con nosotros mismos, pero no todos podemos estar por encima de la media”, dice la psicóloga Kristin Neff.
Esa comparación constante puede llevarnos en dirección contraria al destino deseado: la felicidad, explica Neff: “Siempre hay alguien más rico, más atractivo o con más éxito. Y aunque a veces logramos mantener nuestra autoestima en un momento dorado, no aguanta”.
“El reconocimiento a los demás es aún una asignatura pendiente en España. No obstante, en Amstel creemos firmemente en que es una tendencia que se puede revertir, y por eso hemos creado Amstel Index, una herramienta a través de la que medir el índice de reconocimiento en redes sociales. Porque pese a que nos cueste hacerlo, a todos nos gusta que se reconozca aquello que hacemos bien”, dice Elena Morales, responsable de Amstel en España, que ha creado este índice para llamar la atención sobre cómo entre todos podemos revertir esta tendencia y elevar el nivel de reconocimiento en nuestro país.
Según una investigación realizada por la Universidad de Michigan entre estudiantes, esa valoración personal no basada solo en uno mismo puede llevar a problemas de salud y mentales.
La doctora encargada del estudio, Jennifer Crocker, encontró que aquellos estudiantes que basaban su autoestima en la apariencia, lo que otros decían sobre ellos y las notas sufrían de mayor estrés.
Su conclusión fue que si el ejercicio de autorreconocimiento tiene un objetivo más grande que uno mismo, es más beneficioso. “Si la gente pudiera adoptar fines no centrados en ellos mismos sino en algo más grande, como crear algo para alguien o contribuir con otros, entonces sería menos susceptible [a los efectos negativos de perseguir la alta autoestima]”, dice.
Es decir, la idea de que valorarnos o reconocernos más a nosotros mismos vaya encaminada a valorar más a los demás. Esa es la clave para la felicidad el día del soltero o el día de San Valentín: reconocer lo bueno en los otros para estar más a gusto con nosotros mismos.
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