Yásnaya Aguilar es una lingüista y escritora mixe de 38 años que recuerda con claridad cuando la comandanta zapatista Esther del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) se dirigió desde la tribuna a los diputados y senadores del Congreso mexicano en 2001. Cubierta con un pasamontañas, Esther reivindicó la soberanía y los derechos de los pueblos indígenas en sus territorios. Despreciada por muchos de los políticos de la época, la Cámara se encontraba medio vacía pero el mensaje de la comandanta insurgente junto al de otros integrantes del EZLN resonó con fuerza entre los muros del palacio legislativo:
“Quienes no están ahora ya saben que se negaron a escuchar lo que una mujer indígena venía a decirles y se negaron a hablar para que yo los escuchara. Esta tribuna es un símbolo. Por eso convocó tanta polémica. Por eso queríamos hablar en ella y por eso algunos no querían que aquí estuviéramos”, dijo la comandanta.
Dieciocho años después, y al igual que Esther, Yásnaya Aguilar, mujer e indígena mexicana subió a la tribuna de la Cámara de Diputados y lanzó un contundente mensaje al Estado, en este caso en su lengua originaria, el mixe o ayuujk.
La activista de la Sierra Norte de Oaxaca habló de la grave crisis que atraviesan las lenguas en México en el marco de las actividades por el Año Internacional de las Lenguas Indígenas. En 200 años, la población hablante de ellas se ha reducido de un 65% a un 6,5%, según el INEGI, pasando de ser una mayoría a una minoría en el país. Aguilar acusó a México de haber participado, a través de sus políticas públicas, en la desaparición de las lenguas originarias.
“Nuestras lenguas no mueren, las matan. El Estado mexicano las ha borrado con el pensamiento único, la cultura única, el Estado único”, expresó Aguilar durante su intervención. “Fue México el que nos quitó nuestras lenguas, el agua de su nombre nos borra y nos silencia. Aun cuando han cambiado las leyes, estas continúan siendo discriminadas dentro de los sistemas educativos, de salud y del judicial”, en referencia a la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de 2003 por la que se reconocen los derechos de los 68 pueblos originarios que existen en México.
“Todas las lenguas son tan válidas como el castellano en México, las lenguas indígenas también son lenguas nacionales, pero hay una brecha de implementación. En el Estado solo es válido el monolingüismo”, explica la también poetisa en entrevista telefónica con Verne.
Para Yásnaya Aguilar existe un “lengüicidio” en México que está acabando con la cultura de los pueblos indígenas, quienes han recibido golpes, discriminación y regaños por hablar su idioma materno. “Tu lengua no vale. Para ser ciudadano mexicano necesitas hablar la lengua nacional, el español. ¡Deja de usar tu lengua!”, dijo Aguilar en el Congreso en referencia a las represalias que recibía de pequeña en la escuela por hablar mixe.
“Las lenguas son importantes pero son mucho más importantes sus hablantes. Las lenguas mueren porque sus hablantes son discriminados y violentados”, agrega y asegura que la desaparición de las lenguas indígenas tienen que ver con un proceso impulsado por las políticas públicas del Gobierno desde la conformación del Estado mexicano en 1810.
Según el Catálogo de Lenguas Amenazadas de la Universidad de Hawái, cada tres meses muere una lengua en el mundo y de acuerdo a la UNESCO, en 100 años se habrán extinguido al menos la mitad de lenguas del planeta.
“Ahora los discursos han cambiado pero debe haber un cuestionamiento de la supuesta unidad y homogeneidad que planteó el Estado mexicano con una sola historia, un solo símbolo, una sola bandera, una sola lengua, una sola cultura… Ser mexicano es un estatus legal, no es un estatus cultural”, añade la lingüista quien considera al país un estado multinacional al que el nacionalismo ha hecho mucho daño.
“A nuestras lenguas las matan también cuando no se respetan nuestros territorios, cuando las venden y concesionan, cuando asesinan a quienes las defienden. ¿Cómo va a florecer nuestra palabra en un territorio del que se nos despoja?”, dijo en su intervención.
Yásnaya Aguilar señala a Verne que además de la violación de las lenguas originarias también se producen en su comunidad, San Pedro y San Pablo Ayutla Mixe, una violación del territorio y de sus recursos naturales. "Un grupo armado tomó nuestro manantial en 2017, nos cortaron el agua y desde entonces no tenemos acceso al agua. Los gobiernos no han hecho nada para solucionarlo. Hubo un muerto y secuestraron a cuatro mujeres", cuenta Aguilar quien espera lograr una solución al problema gracias a su intervención en el Congreso mexicano.
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